Pintaba como el combo perfecto. Rafael Haller pretendía dar un salto de calidad en su carrera deportiva y decidió abandonar su casa futbolística después de 11 años. En Nacional, querían encontrarle un competidor directo a Leandro Lozano, que ya por entonces parecía ser el dueño indiscutido del lateral derecho. Sin embargo, la travesía, por ahora, no ha resultado como ninguna de las dos partes lo esperaba.

Fue una operación que se completó con la adquisición del 50% de su ficha, un 40% que le quedó a Danubio y el 10% restante para el propio jugador, que pidió dejar “algo” en agradecimiento.

Pese a que el acuerdo se cerró en los últimos días de diciembre, no fue hasta enero que venció contrato y Nacional dio a conocer públicamente la contratación.

Hechos los papeles, solo faltaba pasar raya en la cancha y, a juzgar por lo que presenció Ovación en el primer entrenamiento del año, Haller parecía pedir pista pronto. Pero eso sí: para sostener el buen rendimiento que lo había despuntado como una de las revelaciones del Campeonato Uruguayo en 2023 no alcanzaba solo con dejar buenas impresiones en una mañana de fútbol en Los Céspedes.

Eso estuvo claro desde el día uno para Álvaro Recoba, por entonces entrenador del plantel principal, que pese a haber sido el responsable de llamarlo, no se encandiló con las luces y posteriormente reconoció que no lo veía al “100%”.

“Hoy se entrena de una manera y capaz que en Danubio era de otra. No es mejor ni peor, pero (...) la verdad está adentro de la cancha”, fue una de las primeras reflexiones que hizo.

La prueba más clara de sus declaraciones la marca lo poco que lo utilizó: apenas cuatro partidos oficiales (tres de ellos como titular) durante el primer semestre.

En su fuero íntimo, Haller -coinciden dos jugadores que lo conocen- seguramente haya hecho autocrítica de su bajo desempeño, que no ha cumplido con las expectativas que tenían quienes fueron a buscarlo.

Leonardo Maine/Archivo El Pais

Sin embargo, la llegada de Esteban Conde al cuerpo técnico de Martín Lasarte podría darle un giro a su suerte en Nacional, advierte otro de los consultados. Con el Coco, mostró su mejor versión en Danubio (jugó 29 partidos).

Haller, que con 23 años es el sostén de su mamá, es un chiquilín “humilde”, de “muy buen carácter” y que no baja los brazos con la “actitud” y las ganas que muestra, decía Recoba.

Ahora, le están buscando una salida a préstamo que lo “refresque”, aunque no hay ninguna propuesta encaminada, confirmó Ovación.