Por Redacción El País
Real Madrid sigue camino a Wembley y se metió entre los ocho mejores de la Champions League. Pero no sin antes sufrir. El invitado a los festejos en el Santiago Bernabéu por el 122 aniversario del club Merengue fue el RB Leipzig que no se la hizo nada fácil a los de Carlo Ancelotti.

En la ida, con un magnífico gol de Brahím Díaz, el equipo español había rescatado una victoria que terminó siendo vital porque en el duelo de vuelta el protagonista fue el equipo de Marco Rose. De hecho, el Madrid se fue con silbidos al descanso y, aunque se puso en ventaja gracias al gol de Vinícius Junior, Leipzig empató rápidamente con Willi Orban y estuvo muy cerca de los penales.

Fede Valverde jugó todo el partido. Comenzó jugando como extremo por derecha pero, tras la salida de Camavinga en el entretiempo, el polifuncional uruguayo pasó a ocupar el puesto de volante por izquierda. En ambas situaciones, con buen resto físico y dinámica todo el partido.

El Leipzig se plantó en cancha del Madrid y en quince minutos tuvo dos situaciones con el mismo protagonista: Lois Openda. El belga remató dos veces al arco de Andriy Lunin pero en ambas ocasiones la pelota se fue ancha.

Hora de despertar para el equipo Ancelotti que sabía lo que se le venía y alineó en el once inicial a Aurélien Tchouameni y Eduardo Camavinga a los laterales de Tony Kroos pero hasta ese momento el equipo alemán mandaba en la cancha.

Sobre la media hora comenzó generar el equipo local envalentonado por Fede Valverde. Jugando como punta terminó defendiendo y yendo al suelo ante una trepada del buen lateral del Leipzig, David Raum, y luego asistió a Bellingham al que cerraron justo. El Pajarito también tuvo otro desborde y, cuando buscó el centro, se generó un desvío que no complicó al arquero Peter Gulacsi.

Pero el protagonista de la primera parte fue el Leipzig. Xavi Simons abrió el pie y obligó a Lunin a despejar al córner y, tras ese tiro de esquina, Openda tuvo su tercera chance del partido con una volea que se fue cerca del palo derecho del arquero.

El público despidió a los equipos con silbidos. Un poco de intimidación al rival y otro poco por reprobación ante un Real Madrid que, aunque está arriba en la serie, solo disparó una vez al arco.

Ballesteros/EFE

Para el complemento, Ancelotti corrigió. Salió Camavinga, ingresó Rodrygo y Fede Valverde se fue a jugar de volante por izquierda.

Pero el protagonismo seguía siendo la visita aunque no era la noche de Openda. Lunin le volvió a ganar el duelo al belga que desaprovechó, aunque ninguna fue demasiado clara, su cuarta ocasión de gol.

Sobre la hora de juego contestó el Real. Buen contragolpe liderado por Vini Jr., Valverde que cedió para Bellingham y luego de que su remate diera en Rodrygo llegó Tony Kroos para obligar a Gulacsi a una tremenda atajada aunque todo estaba invalidado por la posición del brasileño.

Creció el equipo local y cambió los silbidos del primer tiempo por palmas. Rodrygo le dio más profundidad y anunció haciendo trabajar al arquero pero la apertura llegó luego de un contraataque letal.

Lo lideró Bellingham y esperó hasta el último instante para pasarle la pelota a Vini Jr. cuando el brasileño tiró la diagonal de izquierda a derecha, definición cruzada del número 7 y a cobrar.

Pero el Leipzig no merecía estar abajo en el marcado y salió a buscar el empate con mucho orgullo. Centro de Raum y cabezazo de Willi Orban para marcar el empate a los 68 minutos, tan solo tres después del gol del Madrid.

Pero no le alcanzó a los de Marco Rose. Leipzig hizo todos los méritos; a los 81 un cabezazo de Orbán pasó muy cerca del palo y en los descuentos un tiro de Dani Olmo pegó cayó en el horizontal. El equipo alemán estuvo cerca de forzar los penales, pero en su cumpleaños el equipo Merengue se metió entre los ocho mejores de Europa.