Redacción El País
El primer amistoso del año le trajo alegrías a Nacional. No tanto por el resultado, que no es lo más relevante en un partido de preparación, sino por el funcionamiento colectivo y la forma en la que se ensamblaron los juveniles.

Álvaro Recoba optó por un once experiente en el primer tiempo ante Unión con jugadores de la talla de Diego Polenta, Mauricio Pereyra, Diego Zabala y Gonzalo Carneiro, pero ya para el complemento rotó y vio cómo su propio hijo hizo un golazo emulando su pegada. Jeremía destacó por su buen pie y la capacidad asociativa, a pesar de que tuvo un error con un pase precipitado hacia el arquero que pudo haber generado un gol del rival.

Pero no fue el único que aprovechó la oportunidad. Con Ignacio Suárez en la selección Sub 23, el que tomó la posta en el arco fue Facundo Machado, el campeón del mundo Sub 20. Y cumplió con creces. Atajó un mano a mano clave sobre Nicolás Orsini y, si bien es cierto que tuvo algo de responsabilidad en el 1-1 de Unión de Santa Fe al no poder contener el remate cerrado (tenía tapada la visión por Bruno Damiani),luego contuvo dos penales en la definición y le dio al tricolor la Copa Gustavo Munúa.

Foto: Juan Manuel Ramos.

Luciano Inverso, juvenil de 18 años que juega de extremo, también dio muestras de calidad y fue quien le dio la asistencia a Jeremía para el 1-0 parcial. “Lo bueno es que los muchachos que jugaron lo hicieron de buena manera”, destacó el director técnico tras el partido.

Ya pensando en el primer clásico del año entre Nacional y Peñarol, que se disputará mañana a las 21:45 horas en el Estadio Centenario, Recoba deberá definir si hay algún juvenil que jugará desde el arranque. El que parte con ventaja a priori es Machado más allá del arribo inminente de Mejía. Christian Oliva podría sumar sus primeros minutos tras el retorno.