EN EL COMPLEJO

Ya podrían volver a bautizarlo, como cuando en 2017 dejó de ser el Club Atlético Torque para convertirse en Montevideo City Torque. Es que frente a Rentistas, como visitante, enganchó su cuarta victoria consecutiva y respetando una identidad futbolística muy clara. Si quieren, por lo forma en la que juegan, perfectamente podrían denominarle como su complejo deportivo.

Es que el equipo de Pablo Marini lucha por el campeonato jugando al fútbol. Y es una escuela diferente, una Academia en la que se ejecutan movimientos por parte de los futbolistas que llevan el balón y por los que esperan tenerlo en su poder.

Así, como en tantos otros partidos, poco importa la forma en la que entren en la cancha. Es que por encima del gran manejo de Lucas Rodríguez, de los desmarques de Matías Cóccaro o de los arranques de Gustavo Del Prete, hasta los zagueros Yonathan Rak y Diego Arismendi colaboraron para que Rentistas se viera superado ampliamente.

Para ser más precisos, el penal dudoso cobrado a favor del equipo celeste, que permitió el 2-0, no es capaz de opacar la diferencia que existió en la cancha.

De hecho, los goles llegaron al cierre de los dos tiempos y la verdad es que pudo y debieron anotarse antes. Si no ocurrió fue porque Cóccaro no cabeceó bien, porque a Del Prete le falló un tiro, porque la última pelota no se entregó de la mejor forma o porque un pique en la cancha no se realizó para el lado que se esperaba.

El “Bicho Colorado” nunca pudo sentirse cómodo en el juego y su única gran oportunidad la tuvo cuando Franco Pérez remató cruzado en el primer tiempo después de un buen pase filtrado.

Antes y después el partido siempre estuvo teñido de celeste. Con futbolistas que se encargaron de adueñarse de la pelota y de ejecutar desplazamientos aceitados. Montevideo City Torque tiene una identidad clara, fuerte. Aprendida desde el primero hasta el último. Y así vuelve a ponerse en la lucha de un torneo. Lucha, sí. Pero jugando al fútbol.