SELECCIÓN
El entrenador argentino, como lo reconoció recientemente Andrés D'Alessandro, se mueve por desafíos y en la Celeste le sobran.
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Andrés D’Alessandro, entrevistado por Juanjo Buscalia, pintó de cuerpo y alma a Marcelo Gallardo al precisar que el “Muñeco” se mueve por “desafíos”. Y no se quedó allí, porque añadió: “Uruguay es un gran desafío”. Bien, ese es el gen especial que puede llegar a desarrollar un vínculo entre la Selección uruguaya de fútbol y el entrenador que acaba de volver a coronarse campeón con River Plate de Argentina.
Es que si de desafíos se trata, a Gallardo le esperan por delante un montón de retos deportivos importantes que pueden provocar un antes y un después en su carrera profesional.
Pero también hay retos personales, que colaboran para que se vayan asentando un poco más las convicciones como entrenador y se forje, gracias a ello, una aura de genio.
Para tener en cuenta
Uruguay está séptimo
Con el mismo puntaje que Chile (16), pero peor saldo de goles, Uruguay está en el séptimo puesto. Perú y Colombia están arriba pero tienen 17 unidades.
Los partidos que vienen
En la próxima doble fecha Uruguay visitará a Paraguay en Asunción el 27 de enero y será anfitrión de Venezuela en el Centenario el 1° de febrero de 2022.
Los puntos que precisa
Con ocho de los 12 puntos que restan por disputarse a Uruguay le alcanzaría para ingresar de forma directa a la Copa del Mundo de Catar 2022.
Empecemos por un hecho de gran significado: Gallardo forja los equipos a su gusto. Trabaja con los jóvenes y los va moldeando. Con Uruguay y para los cuatro partidos de las Eliminatorias tendrá que asumir el papel de conductor de un grupo que tiene su historia. Y tendrá que liderar a jugadores consagrados internacionalmente. Es provocador el tener que orientar, por ejemplo, a dos de los más grandes delanteros del mundo de los últimos diez años.
Saber conducir hacia el éxito a jugadores de la talla e historia de Luis Suárez y Edinson Cavani, por ejemplo, es una prueba exigente para el “Muñeco”.
El otro gran reto es sortear con éxito el objetivo de llevar a Uruguay a la Copa del Mundo y perdurar en el mandato para iniciar un proceso deportivo.
Acá hay mucho en juego porque un fracaso deportivo, en tan solo cuatro contiendas, puede transformarse en una mancha para la carrera que está cumpliendo.
Además, tanto para Uruguay como para el entrenador esta historia no puede terminar como aquella que se dio con otro argentino: Daniel Passarella. El “Káiser” fue anunciado en 1999 como entrenador de Uruguay y no dirigió al equipo en la Copa América de Paraguay, responsabilidad que asumió Víctor Púa. Dirigió 14 partidos, ganó seis, empató cuatro y perdió cuatro. Renunció el 20 de febrero de 2001. Debido a ello la AUF y Passarella fueron a juicio por el contrato.
Si clasifica al Mundial de Catar 2022, entrará en el terreno de conseguir ser el décimo director técnico que orientando a una Selección que no es la de su país la mete entre los cuatro mejores.
Los últimos cuatro conductores que consiguieron lograrlo fueron el español Roberto Martínez con Bélgica (Rusia 2018), el brasileño Luiz Felipe Scolari con Portugal (Alemania 2006), el holandés Guus Hiddink con Corea del Sur (Corea y Japón 2002) y el austríaco Ernst Happel con Holanda (Argentina 1978).
Queda claro que hasta la fecha ninguna selección nacional se consagró campeona del mundo con un orientador que no sea de ese país.
Pero también está la otra recompensa, que es nada más y nada menos que la de darle a la Selección de Uruguay un salto de calidad. Una superación deportiva para que el grado de exigencia para los adversarios se incremente. En pocas palabras, que Uruguay sea cada vez más competitivo y esté a la altura de las grandes selecciones.
Venir, trabajar con todas las selecciones, hacer crecer a los jugadores y evolucionar como DT. Si se mueve por los desafíos, acá le sobran.
La respuesta llegaría luego de las elecciones en River
Marcelo Gallardo todavía no definió si continuará por otro año en River o si terminará su vínculo con el club. Mientras en Argentina la versión que circula con mayor fuerza es que un compromiso político podría generar la extensión de la relación por otra temporada, en Uruguay lo que se maneja en la órbita de la AUF es que ese vínculo político simplemente fue acordado para dar el anuncio una vez concluido el acto eleccionario en el Millonario, lo que sucederá el sábado 4 de diciembre.
Lo que esto significa es que se trata de “un tema de días” para saber si aquella puerta que se abrió no fue un “sí” porque la interna de River le demandaba al entrenador argentino cumplir con ciertos pasos.
Desde la AUF se está dando una batalla inteligente y con mucha paciencia y contra una movida que seguramente provocará un impacto emocional en Gallardo, porque la hinchada de River se está convocando para realizar una marcha en la que le pedirá al DT que no se vaya.
También se sabe, porque así fue expuesto en los intercambios que se sostienen casi diariamente, que no se trata de una determinación exclusiva del hombre que encabeza al cuerpo técnico. Si Gallardo siente que hay respaldo y entusiasmo deportivo de sus colaboradores para cruzar el charco, probablemente se gane más terreno del que algunos creen que se pierde porque Flamengo se quedó sin DT.
A Uruguay, cabe remarcarlo, se le hizo saber que la oferta que está arriba de la mesa es la que se elevó desde Montevideo para que oriente al combinado uruguayo. Y que desde Brasil, en tanto, no llegó ni siquiera una señal de humo.
La AUF está 150% enfocada en Gallardo, pero no quiere sorpresas
Confiando que la información que van recibiendo sea tan exacta y precisa como los hechos que le fueran anunciados anteriormente, la AUF está 150% enfocada en la contratación de Marcelo Gallardo. Y no habrá movimiento alguno en otro sentido, pero eso no implica que no analicen con antelación un posterior paso.
Esto significa que, en la reunión que se celebrará hoy entre todos los integrantes del Consejo Ejecutivo, se hablará de lo que hay que hacer en caso de que la respuesta del entrenador argentino sea negativa.
Según supo Ovación, la nómina de candidatos ya sufrió una nueva reducción, por lo que hoy están con mejores posibilidades de resultar elegidos, si el plan Gallardo no tiene final feliz, Diego Aguirre y Alexander Medina. O sea, perdieron pie los nombres de Fabián Coito y Diego Alonso. De la misma manera que no pudo crecer el de Guillermo Almada.
La “Fiera” como ya fue informado por Ovación, cuenta con la aprobación del Ejecutivo por varias razones: se valora el armado de su cuerpo técnico, el fútbol que logra imponer en sus equipos, la autoridad que demostró en momentos importantes de su carrera y el hecho de que se comprobó que está templado para superar dificultades.
Corre con ventaja, además, porque ya había sido considerado y aprobado para orientar a Uruguay en octubre pasado, cuando se estuvo a punto de cerrar el ciclo Tabárez después de la debacle en Brasil.
El “Cacique”, en tanto, también tiene el visto bueno por similares aspectos que se ponderan de Aguirre. Por ejemplo, fue capaz de pelearle el campeonato a River en Argentina con menos armas que las que tenía Gallardo. Está liderando con templa y capacidad su carrera como entrenador y tampoco le tiembla el pulso a la hora de tomar decisiones fuertes. También consigue que sus equipos jueguen con intensidad y sean competitivos en cualquier circunstancia y campo de juego.