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Hizo un proceso para profesionalizar aún más a Nacional, creó la “cultura Nacional” para generar el “primer club gigante del Uruguay”, en 2011 se animó a decir que quería que “Peñarol fuera campeón de la Libertadores”, fue el “superhéroe” de dos simpatizantes tricolores que eran perseguidos por hinchas mirasoles, pensó en José Fuentes para que fuera presidente del club de sus amores y se angustió al rememorar la última llamada que tuvo consu amigo Jorge da Silveira. Así es Ricardo Alarcón (75), un exdirigente que es muy diferente al resto.

En 2006 se convirtió en presidente de Nacional. Lo hizo en un momento en el que había “una grieta muy grande dentro del club”. Es por ello que él entendió que debía componer y producir una unión de todas las partes. A su vez, apuntó en otro aspecto: profesionalizar aún más la institución.

“Intenté cambiar las formas en las que se trabajaba. Fui creando áreas y responsables en cada sector. De esta manera, formé la comisión de contrataciones para separarme de las negociaciones con los representantes porque era muy desgastante”, le manifestó a Ovación.

Alarcón expuso que esa metodología de negociación que implementó en 2006 es muy “utilizada por los clubes en la actualidad”.

Además, creó otro ítem que es muy recordado: la cultura Nacional. Alarcón dijo que esto se hizo bajo el concepto de que al tricolor “lo hace grande su gente”.

El exmandamás de Nacional rememoró un discurso que dio ante varios hinchas sobre esta campaña. “No queremos ser un club grande en Uruguay, sino que pretendemos ser el primer club gigante del país”, comentó.

Foto: Estefanía Leal.

En su primer mandato fue campeón Uruguayo en 2008-2009 y llegó a la semifinal de la Libertadores en 2009.

A Alarcón le surgió un nuevo desafío en 2009, que fue la reelección en Nacional. Él quería que solo se presentara una lista. A unos meses de las elecciones apareció un contrincante: Mario Garbarino. A pesar de ello, Alarcón ganó la reelección. Unos días después se juntó en el restaurante del Sheraton con Garbarino y otra persona para hablar sobre Nacional durante tres horas. Ese otro hombre era José Fuentes.

Garbarino fue el único de la oposición que ingresó a la nueva comisión directiva. Al poco tiempo, Garbarino presentó la renuncia por “falta de tiempo”. Asimismo, propuso a su suplente, José Fuentes. Tras ese momento se generó una gran relación entre Alarcón y Fuentes. Tal es así que cada vez que Fuentes veía o llamaba a Alarcón le decía el “presi de los presi”. “José era un hombre muy reservado, pero siempre le gustó el fútbol y su vida fue Nacional”, contó.

En 2012, cuando se terminó su segundo período, Alarcón pensó en Fuentes para que lo sustituyera.

“Me dijo que sí y armó su grupo de trabajo”, sostuvo. Fuentes perdió esas elecciones y debió esperar hasta diciembre de 2021 para ser presidente de Nacional.

“José logró lo que siempre quiso: ser presidente de Nacional. Además, en poco tiempo, hizo una gran gestión que lo llevó a trascender”, relató muy emocionado.

Alarcón se acomodó en su sillón, se tocó varias veces la cara y su voz se quebró al hablar de la muerte de Fuentes, quien lo invitó para que fuera al Gran Parque Central en la vuelta de Luis Suárez al Club Nacional de Football.

“Me impactó lo que le pasó a José y fue muy injusto. Él era un hombre que tenía mucha paz, componedor, que logró desde la oposición seguir en las distintas directivas. Luego pudo dirigir al club y consiguió dejar un Nacional unido”, enfatizó.

Foto: Estefanía Leal.

En 2011 Peñarol llegó a disputar la final de la Copa Libertadores. En esa oportunidad, Alarcón, quien era presidente de Nacional, tuvo una declaración que causó mucha polémica. “Quiero que Peñarol salga campeón de América”.

“Siempre voy a hinchar por un equipo uruguayo”, le recalcó a Ovación. A su vez, indicó que le produjo “mucha tristeza” que Peñarol no haya podido sumar un punto en la fase de grupos de la Copa Sudamericana.

“A mí no me gusta burlarme del caído. Creo que es más noble cuando vos ganás y festejás tu triunfo, pero respetando al rival que le ganaste de buena manera”, dijo.

No obstante, marcó cuál es la gran diferencia que hay en la actualidad entre Nacional y Peñarol.

“Vi dos cosas que me sorprendieron. Vi que Peñarol va primero, empató (0-0 ante Wanderers) e insultaron a los jugadores y echaron al técnico. Nacional va segundo, perdió por goleada (3-0 contra Liverpool) y los hinchas no insultaron y el técnico sigue. Hay una diferencia y eso está en que tenés la casa en orden. Entonces podés enfrentar tempestades que vienen de forma imprevista”, dijo.

Foto: Estefanía Leal.

Alarcón aseveró en varias oportunidades que él “dice lo primero que piensa”. Siempre con un claro objetivo que es “lo mejor para el fútbol y la sociedad uruguaya”. Bajo esta línea, se cuestionó como no puede ir a ver a Nacional junto a sus nietos por la violencia que hay en el fútbol. A raíz de ello, siempre está dispuesto para mejorar esta situación y, sobre todo, para ayudar. Pues el 20 de noviembre de 2011 tuvo un gran gesto con dos hinchas.

Ese día, Nacional venció 2-1 a Peñarol. Ni bien finalizó el clásico, Alarcón abandonó el Estadio Centenario en su auto y cuando cruzó las calles Juan Paullier y José Rodó vio que dos jóvenes hinchas tricolores eran perseguidos por varios simpatizantes del conjunto mirasol.

Alarcón se acercó a esos dos hinchas y abrió la ventana del auto. “No lo dudaron y se metieron de un salto”, rememoró.

Unos años después, Alarcón asistió a un evento y le regalaron una caricatura de él como si fuera un superhéroe que tenía una nota especial: “Ganar el clásico del 20/11/2011 fue suficiente regalo. Pero saber que contamos con un presidente con esta disposición nos llena más de orgullo. Muchas gracias por su generosidad”. Eso fue escrito por los dos hinchas tricolores que Alarcón ayudó.

El expresdiente de Nacional guardó ese cuadro en un cuarto donde hay varias obras. Pero cada vez que vio ese regalo se sonrojó y a su vez se puso feliz porque pudo ayudar.

El 4 de julio falleció Jorge “Toto” da Silveira, referente del periodismo deportivo. Ese día, Alarcón lo vivió con tristeza ya que perdió “un amigo”.

Cuando se enteró que el Toto se despidió de su audiencia lo llamó, pero no le contestó y le pareció raro. Al rato recibió un llamado de Manuela, hija del periodista, y le confirmó que Da Silveira estaba internado y “no atendía el teléfono”.

Alarcón junto a su pareja, Pierana, fueron a ver la final del Mundial Sub 20 en Argentina donde Uruguay se coronó campeón. A los dos días de ese juego definitorio, le sonó el teléfono y era el Toto. “Fue como una llamada de despedida”, dijo con mucho dolor.

Alarcón recalcó que la “vida es muy corta”. Por eso, ahora solo quiere disfrutar junto a su mujer y su familia.