ENTREVISTA
El "Canguro" dirige la Sub 15 de River Plate, pero entiende que su labor va más allá de formar futbolistas. "Hay que tratar de que el chiquilín se desarrolle como persona".
Estaba poniendo una carne en el horno para el almuerzo y ya tenía unos zapallitos preparados para la noche. No es que su pasaje por la primera edición de MasterChef Celebrity lo haya marcado tanto, en realidad siempre cocinó. Sólo que ahora lo hace con otro nivel. “En casa la cocina es mía”, le había dicho el “Canguro” Richard Porta a Ovación hace tres años, cuando con sólo 34 y estando en Cerro sorprendió tomando la decisión de colgar los zapatos.
“No hice ningún curso, pero me gusta. Me encantaría ir a MasterChef, pero no tengo memoria. Hay cosas que me anoto, como las masas, por ejemplo. Aprendí solo”, siguió explicando en aquella oportunidad. “No descarto, ahora que tengo tiempo, hacer un curso de cocina”, agregaba. No lo hizo, pero aprendió en MasterChef y hoy sus tres hijas (Julieta, Jazmín y Josefina) y su esposa Natalia disfrutan de platos más sofisticados.
Hace dos años que dirige la Sub 15 de River Plate, el equipo del que es goleador histórico. Y no oculta que quiere dirigir Primera. “Estoy trabajando desde que dejé de jugar. Primero fui colaborador de Eduardo (Acevedo) en Defensor Sporting. Al año siguiente, Eduardo no dirigió y yo aproveché para terminar el curso y luego ya empecé en River”, contó quien también tuvo una breve experiencia dirigiendo a Keguay en la C, pero no resultó lo que esperaba.
“Mientras jugaba no lo tenía tan claro, pero apenas dejé de jugar supe que quería ser entrenador. En los últimos tiempos había cosas que me enojaban, me molestaban y era porque ya tenía la cabeza de entrenador. El futbolista siempre mira para sí mismo, pero cuando uno empieza a darse cuenta más de lo grupal, ya estás más del lado del entrenador. El jugador primero es individualista y después está lo grupal. Todos quieren jugar porque siempre se considera que pueden cumplir mejor la función. Después está en el entrenador generar con esos futbolistas un grupo y un equipo. Y que todos cinchen para el mismo lado”, explicó el exgoleador.
Dijo que aún no puede definirse como entrenador, que hoy es técnico de la boca para afuera y que recién cuando tenga la posibilidad de dirigir un equipo de Primera lo sabrá. “Hoy estoy dirigiendo, es cierto, pero en juveniles y es otra cosa. Uno tiene que tratar de enseñar y de que el chiquilín se desarrolle como futbolista y como persona, más que otra cosa. Más allá del resultado. Mientras que en Primera lo más importante es el resultado porque si no ganás, por más que tu equipo juegue bien durás tres partidos. Yo busco el resultado, quiero ganar y prefiero que sea jugando lo mejor posible. Pero en principio soy resultadista”, admitió.
Pero no sólo de cocina y fútbol vive el hombre. A Richard le preocupan muchos temas y uno de ellos es el de la depresión. No sólo por lo que sucedió con Santiago "Morro" García, quien fue compañero suyo en las dos etapas en que el “Morro” vistió la camiseta de Nacional.
El tema ya había comenzado a inquietarlo antes. “El año pasado había tenido un episodio con un chico de River, porque iba a ser papá con 15 años y pensaba que no iba poder ver a su hija porque se había peleado con la novia. En ese momento me di cuenta que el de la depresión era un tema que no se hablaba. Que no era posible que los chiquilines estuvieran pasando por eso”. Así las cosas, comenzó a contactarse con gente conocida y a hablar sobre el asunto. “Conozco a Santiago Oitaben, de Canastas UY, y él a su vez tiene muchos contactos. Fue una seguidilla de charlas que se dieron, mayoritariamente por mérito de Santiago. Decidimos que teníamos que crear una fundación para ocuparnos del tema”.
La fundación
La idea era que llevara el nombre del “Morro” y hacerlo lo más rápido posible para poder ayudar a los que sufren depresión rápidamente. “Queríamos que Santiago fuera como una bandera para que la gente tomara conciencia del problema. Uruguay tiene la tasa más alta de muertes por depresión en Sudamérica. Pero armar una fundación no es fácil, lleva mucho tiempo y en este momento tampoco pudimos acceder a la familia de Santiago para proponerles lo del nombre. Ellos están pasando por un momento muy complicado, como es lógico, y ocupándose de otros temas. No queríamos perder tiempo, ni esperar, entonces comenzamos a ponernos en contacto con las fundaciones que ya están trabajando en el tema y que no son muchas”.
Llegaron a un acuerdo con una que se llama “Te veo mañana”. “Es un grupo de voluntarios que lleva seis años trabajando en el asunto, pero no tienen difusión ninguna. La idea es darles visibilidad y darles una voz para que la gente que lo necesite pueda acceder a ellos más fácilmente”, añadió.
“Te veo mañana” se ocupa de dar charlas, conferencias y realizar talleres. “Nos decidimos a hacer esto porque nos dimos cuenta que la depresión y el suicidio son temas tabú, de los que no se habla. Y que las personas que pasan por eso no tienen dónde expresarse, dónde abrirse. Es darles un lugar para que lo hagan y si es necesario derivarlos con profesionales se lo hace por medio de ASSE y de la línea 0800. Pero cuanta más gente quiera sumarse, mejor. Buscamos que pase algo parecido a lo que sucedió con Canastas UY, que al principio eran muy pocos y se fue sumando cada vez más gente. No queremos que esto quede en la nada”.
La idea es que en el futuro y si la familia del “Morro” está de acuerdo la fundación cambie de nombre. Es más, en breve se realizará un homenaje para el exdelantero desaparecido. “Me afectó muchísimo lo que pasó. Había estado hablando con él por Whataspp unos 20 días antes de la tragedia, porque había una posibilidad para él en los Emiratos. Estuvimos conversando y no me di cuenta de que estuviera mal. Y eso me marcó”, contó.
“Cuando me enteré leyendo los portales pensé que se habían equivocado y que en cualquier momento lo iban a rectificar. Pero cada portal que abría decía lo mismo. Sinceramente, me destruyó”, admitió. “Santiago dio un mensaje, lo hizo de la peor forma, pero dejó claro que la estaba pasando mal y que no tenía dónde expresar lo que le estaba pasando. Se estaba guardando muchas cosas. La mayoría de las personas pasamos por un momento de depresión, en el que se nos va la cabeza, pero tuvimos a alguien que nos prestó el oído o nos dio su hombro”.
Porta y su participación en Mastercheff
“Fue un desafío precioso y a mí me encantan los desafíos. Cuando me lo propusieron yo justo acababa de terminar de estudiar y tenía tiempo. Luego por la pandemia se atrasó todo y yo ya estaba en las juveniles de River y en el equipo de la C y se sumó MasterCheff. Pero los desafíos te hacen abrir la cabeza y pude conocer gente nueva, con diferentes profesiones e historias de vida. Durante todo ese tiempo sólo pensamos en la cocina y en pasarnos recetas. Conocí el mundo de la televisión, a lo que no estaba acostumbrado. Pero nos mostramos tal cual somos, sin los zapatos de fútbol, la careta de carnaval o el micrófono los que cantan. Todos cocinamos, nos calentamos y nos emocionamos”, señaló.
“Sigo cocinando, pero lo hice siempre, solo que ahora aprendí otras técnicas, otros tips que puedo poner en práctica. Natalia, mi mujer, no cocinó nunca, no lo va a hacer ahora. Además, ella es la que limpia y ordena y está con unos proyectos nuevos que le llevan tiempo. Yo estoy de amo de casa. Todo lo que hizo ella durante 15 años cuando yo jugaba, ahora lo hago yo”.
La charla se interrumpió porque comenzaron a pelearse los perros. Tiene 10 en su casa del Prado: cuatro bulldog franceses, dos pomeranias, dos chiguaguas y dos salchichas. “Son de Natalia, que le encantan los perros. A mí también, pero no tantos. ¡Sabés cómo viven éstos! Para entrarlos hay que darles galletitas María. Je. Es lo que hay”.