Redacción El País
Rodrigo Aguirre, delantero de la selección de Uruguay, quien debutó en la selección mayor con un gol en la victoria 3-2 frente a Colombia por Eliminatorias, habló este sábado por la noche y recordó su noche soñada en el Estadio Centenario. También hizo alusión al día que Marcelo Bielsa le confirmó la titularidad en la Celeste y contó cómo fue su peor año en Mèxico que hoy agradece.
En referencia al contexto personal en el que le llegó su oportunidad en la selección mayor después de haber hecho todo el proceso en juveniles, dijo en diálogo con "Locos por el Fútbol" (Del Sol 99.5): "Me agarra en un momento donde, como ya me pasaron tantas, dije: 'Bueno, de algo hay que aprender, por algo pasan las cosas y tengo que aprender de esto'. Me agarró en esa sintonía, que disfruto de todas las cosas buenas que me pasan, que algo lo daba como algo normal, y en el fútbol casi siempre son más las que perdés que las que ganás, entonces hay que saber disfrutar los buenos momentos".
En este sentido, añadió: "Y después con la citación, imagínate que toda mi familia y mis amigos estábamos pendientes. Ya había estado reservado en las dos anteriores y a último momento al final no quedaba convocado, entonces la expectativa era muy grande y cuando se concretó no te puedo explicar lo que se siente el ser convocado a la selección, es una locura. No pisaba el complejo desde el 2012 o 2013. Cuando yo iba al complejo, llegabas a esa calle y doblabas a la izquierda nomás, ahora cuando fui tenía que hacer la rotonda para pegar la vuelta y dije: ‘Uy, esto es nuevo’. Ya ahí me empezó a sorprender, ja".
Rodrigo Aguirre y el día que Marcelo Bielsa le confirmó la titularidad en Uruguay
Aguirre se refirió al día en que Marcelo Bielsa le confirmó la titularidad en Uruguay: "El primer día en el Complejo Celeste ya sabía que iba a jugar porque tuve muchas charla con él y en la primera que tuve ya me lo dijo", comenzó.
Y luego contó cómo fue el intercambio mano a mano con el entrenador: "Todos los días antes del partido con 10 minutos de charla explicándome y mostrándome cómo yo jugaba en el América y qué era lo que pretendía de mí. Desde el primer día, yo salí del complejo y le conté a mi familia y mis amigos como loco, y me pasó algo que no me había pasado nunca. Y yo dije ta; voy a llevar al estadio y se me van a ir estos nervios, pero eran vértigos lindos, el momento del himno fue una locura, me temblaba todo el cuerpo, y además tenía de frente a mi familia, mis amigos, fue una locura. Hasta que no arrancó el partido, no se me fue todo eso. Hasta que no toque la primera pelota, los nervios que tenían eran impresionantes".