Rodrigo Chagas: lo ficharon a cambio de una bici, lloró por Nacional y se enorgullece con su padre barrendero

Jugaba picados por un Charrúa (bebida típica de frontera), estuvo a punto de dejar el liceo pero lo convencieron de seguir y quebró en llanto después de debutar con Nacional.

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Rodrigo Chagas, jugador de Nacional, con su medalla de campeón del mundo Sub 20.
Rodrigo Chagas, futbolista de Nacional, con su medalla de campeón del mundo Sub 20.
Foto: Juan Manuel Ramos.

Había una vez un niño que pidió a cambio de su primera transferencia una bicicleta. Era un niño al que se lo veía todas las tardes jugando en el barrio 19 de Junio, en un campito con más tierra que pasto. Todo para poder tomarse un Charrúa (bebida típica de la frontera).

Era un niño que sabía que en su casa de Artigas faltaba más de lo que sobraba y que aquel objeto glamoroso que le habían regalado solo era una excepción para pasar de Misiones a Pintadito, porque no había margen para los lujos.

—De chico se dio la separación de mis viejos y mi viejo era el único que trabajaba. Vivíamos con lo justo. Lujos nunca tuvimos. Con el pasar de los años mejoramos un poco, pero siempre nos costó bastante.

Ese niño hoy es casi un hombre y lleva el nombre de Rodrigo Chagas. Tiene 19 años y es un niño devenido en futbolista, que fue campeón del mundo Sub 20 y al que su pueblo recibió como un rey la primera vez que fue de visita en todo el año.

Recorrió todas las escuelas en una caravana y dejó miles de sonrisas inocentes de niños que lo veneraban a su alrededor. La bienvenida salió tal cual lo había ideado José, su padre. Padre que no solo recibió las felicitaciones por el hijo, sino que también se robó la atención por su cuenta al derrochar humildad y compartir un sincero testimonio de vida relatando su pintoresca tarea como barrendero municipal de la ciudad.

Rodrigo Chagas, futbolista de Nacional y de la selección uruguaya Sub 20.
Rodrigo Chagas, jugador de Nacional y de la selección uruguaya Sub 20.
Foto: Juan Manuel Ramos.

—Hoy en día muchos aparentan ser una cosa y son otra. Mi viejo es el claro ejemplo de que hay que ser transparente y que venir de una familia trabajadora no te quita mérito; al contrario— asegura el pibe.

Para el pequeño Chagas no ha sido sencillo procesar toda esta ola de información que lo acaparó de la noche a la mañana en los últimos meses. Pasó de ser un simple juvenil de Nacional, venido del interior, a ser un representante de todo el Uruguay, campeón del mundo, y a ganar miles y miles de seguidores en las redes sociales.

Aunque relata todos los pasajes muy a gusto y descontracturado, también muestra un dejo de sensibilidad al mencionar a su padre, que sigue viviendo lejos y es su “ídolo”.

—Es mi punto débil. Cuando hablo de mi viejo, mis hermanos, mi familia, sale mi parte más sensible. Uno intenta aguantarse esa emoción al hablar de ellos, pero no puede porque son los que siempre están, tanto en las buenas como en las malas. Eran los que estaban al pie del cañón cuando ni siquiera jugaba.

Rodrigo Chagas, jugador de Nacional y de la selección uruguaya Sub 20.
Rodrigo Chagas, futbolista de Nacional y de la selección uruguaya Sub 20.
Foto: Juan Manuel Ramos.

Sus recuerdos son tan frescos como variados. Van desde las veces en que se le pinchaba la bicicleta en Artigas y se hacía una maratón con su hermano para poder ir a practicar —porque su padre no los podía llevar a los dos en moto— hasta la vez que el año pasado apareció frente a cámaras y rompió en llanto, después de convertir un gol para ganarle 2-0 a Peñarol en el clásico de Tercera, frente a su familia.

Pero, ¿cómo fue que Chagas se convirtió en el 8 polifuncional que todos conocemos hoy y que luce como un jugador con proyección a futuro?

Como estudiante y jugador, estaba en la duda de seguir (o no) los estudios. A tal punto que pensó en dejar de lado el bachillerato para enfocarse en el fútbol y “ponerle cabeza” a una sola cosa. Le salían mal los pases y le iba mal en algunas materias. Pero lo superó.

Rodrigo Chagas en el entrenamiento de Nacional.
Chagas entrenando con Nacional.
Foto: @Nacional

El clic —dice él— se dio en 2021. El responsable, en parte, fue Martín Ligüera, entonces entrenador de Tercera, que al notarlo malhumorado se le acercó a hablarle.

—Me venía frustrando y Martín se dio cuenta de que me pasaba algo. Me sacó para hablar aparte y le dije que me frustraba cuando daba un mal pase o estaba mal posicionado y él me dijo: “Vos quedate tranquilo que por algo estás acá. Tenemos confianza y sabemos que tenés cosas para darnos y que tenés un potencial. No me mintió; me dijo que quizás ese año no iba a jugar tanto, pero me aseguró que en el siguiente ya iba a tener un lugar y sumar muchos más minutos de lo que podía imaginar. Y tuvo razón.

El origen y los inicios en el fútbol

Chagas con su medalla de campeón del mundo.
Rodrigo Chagas con su medalla de campeón del mundo.
Foto: Juan Manuel Ramos.

Chagas, para los suyos “Petiño”, era la sensación del pueblo ya con 15 años, cuando jugaba en Progreso.

Su talento era tal que era tenido en cuenta para la selección de Artigas y un día el técnico de su club le dijo que tenía una oportunidad especial de mostrarse.

Había llegado un representante de Montevideo a verlo y él, mientras hacía el calentamiento, trataba de procesar toda la información que le habían contado, desbordado por los nervios.

En la cancha ni se notó. De hecho, pudo lucirse y dio la asistencia del gol ganador que le dio un boleto directo para Montevideo.

—En el año anterior, lo había agarrado a mi padre y le había dicho si algún día me iba a llegar una oportunidad. Él me dijo que me iba a llegar, pero a su tiempo. Y así fue. Él siempre fue positivo y es lo que destaco suyo. Le pasa algo malo y trata de rescatar lo bueno.

La experiencia en el Mundial Sub 20

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Chagas, feliz, con su medalla.
Foto: Juan Manuel Ramos.

Lo bueno le llegó en forma de medalla. Chagas fue el comodín del técnico Marcelo Broli en el plantel de la selección uruguaya Sub 20 y se adaptó cual camaleón en el lugar que lo precisaran.

—Me sentí un privilegiado. Cuando llegué a Artigas, sentí el apoyo de toda la gente, vi a los niños felices y desatando una locura por mí que no se paga con nada. No tiene precio.

El debut en Nacional y la previa a la revancha con Boca

Metropolitanos vs Nacional
Bruno Damiani y Rodrigo Chagas - Nacional vs Metropolitanos, 1-0, Copa Libertadores de Futbol 2023, en el Estadio Parque Central de Montevideo, ND 20230628, foto Juan Manuel Ramos - Archivo El Pais
Juan Manuel Ramos/Archivo El Pais

Tan emocional como su primera entrevista fue su debut en Nacional por el Campeonato Uruguayo. Entró solo cuatro minutos contra Boston River (victoria 3-1), pero en el final se desplomó y liberó las cargas. Diego Polenta, atento a la situación, lo abrazó y le sacó la ficha enseguida, cuenta.

—Tenía una carga de emociones. Fue mi debut y estaba mi viejo y ¡qué mejor que con el Parque lleno! Uno a veces se lo imagina, pero cuando le toca vivirlo la cosa cambia. Necesitaba descargarlo. Y mirá que me aguanté... Pero en ese momento dije “ta, lo logré”.

Ansioso por la revancha contra Boca Juniors, Petiño está a la espera de lo que se viene la próxima semana. Dice que en el Parque Central hubo un “recibimiento que nunca había visto” y que para pasar necesitarán un “poco” de suerte: “Los partidos de copa son de igual a igual. Podemos hacer un buen partido en La Bombonera si entramos concentrados”.

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