ENTREVISTA

Rodrigo Pastorini: "No hay necesidad, sintiéndote identificado en un club, de ir a otro"

El centrodelantero recordó su pasaje por Nacional y Peñarol, manifestó su deseo de volver a Wanderers y explicó qué sucedería si lo llama River.

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Rodrigo Pastorini en Perú junto a su hijo.

Un subibajas. Así era la ruta que atravesó el ómnibus que llevó a Rodrigo Pastorini de punta a punta en Perú, hace nada más que dos meses. El destino era Tarma. El rival: la Asociación Deportiva de esa ciudad.

Entre tantos países visitados a lo largo de su carrera, nunca había visto algo así: más de 20 jugadores durmiendo, el sol escondiéndose detrás de las montañas, y un camino de 50 kilómetros por delante que hicieron en dos horas.

Pendiente de la velocidad en la que se movían por la llanura, viajó sin pegar un ojo. La aventura fue parte de una de las tantas vivencias que le dejó el fútbol peruano en el último año.

El camino de ese día puede graficar a la perfección lo que ha sido parte de su carrera profesional, que pasó del ascenso al estancamiento, a una posterior recuperación y luego dio un salto al extranjero.

Con 32 años, Pastorini se despidió de la Academia Deportiva Cantolao, con siete goles en 34 partidos, en busca de un cambio de aires.

Uruguay puede ser una de sus próximas opciones. El extranjero la otra. La única certeza entre tanta incertidumbre es que se siente cómodo para seguir jugando. “Estoy en Uruguay esperando por concretar alguna oportunidad. Preferiría que fuese algo del exterior, porque son los últimos años que tengo para irme, pero tampoco me disgustaría que fuese acá; no tengo problema”.

Y se sinceró: “Cada vez que pienso en quedarme acá en Uruguay, me gustaría que sea en Wanderers. Después, hay que ver cómo se dan todas las situaciones, porque el trabajo es uno y no se puede elegir, pero siempre lo tengo presente. Si se me da la oportunidad de quedarme, ojalá pueda tener una chance en Wanderers”.

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Rodrigo Pastorini con su familia en Navidad.

Mientras disfruta de unos días de descanso en su campo de Florida, aprovecha para entrenar y leer sobre gerencia deportiva: “La idea es mantener la condición física, porque cuanto más tiempo estás (sin jugar), más dificil se te hace”, explicó.

Para eso, está trabajando con un preparador físico personal y analizando, con cautela, las propuestas que le llegan. De reojo también sigue las novedades del mercado que, hasta el momento, tiene a Peñarol como principal protagonista, primero con la firma de Sebastián Rodríguez y luego con el cimbronazo de otro ex Nacional: Leonardo Coelho.

Consultado por ambos casos, contestó: “No lo entiendo. Es muy difícil porque sabés que te metés en un lugar donde no partís con todas las de ganar. De repente si hubiesen elegido Nacional tenían muchísimo más aguante ante situaciones malas. Para mí, no hay necesidad, sintiéndote identificado en un club, de ir a otro. Y menos cuando tenés propuestas en los dos. No es que les dijeron ‘no los queremos’. Si el día de mañana a mí me llama River y no tengo otra oportunidad de trabajo, llamo a Wanderers; es trabajo. Pero ya si tenés los dos y tenés que elegir, es una decisión de cada uno”.

E insistió: “No creo que sea solamente un tema económico”.

Pastorini pasó por varios equipos uruguayos y encontró su lugar en Wanderers, club del que, con el paso del tiempo, se hizo hincha. En Nacional y Peñarol, por el contrario, jamás logró asentarse. Esto es lo que recuerda de la experiencia: “El día a día de los grandes es espectacular, es lo mejor que te puede pasar acá adentro de Uruguay, sobre todo por el reconocimiento, la gente y que jugás con estadio lleno siempre. Lo malo es cuando no te salen las cosas, que está todo mal, pero es parte del fútbol. En ninguno tuve el protagonismo que hubiese querido”.

Sobre su último pasaje por un grande (Nacional), aportó: “No creo que haya rendido mal, pero me faltó hacer goles. Porque el 9 no tiene que jugar lindo, tiene que rendir. Me acuerdo clarito de que en un partido con Progreso jugué de titular, jugué bien, y me sacaron un par de pelotas. Bergessio entró e hizo dos goles en 20 minutos. La gente lo que quiere es que el 9 haga goles y más cuando viene uno de otro equipo. Pienso que me pudo jaber jugado en contra no haber hecho goles en los momentos que jugué. Si te contrata un equipo grande es para que vos hagas goles”.

Pese a haber vestido las dos camisetas, no se siente parte de la “lista” de jugadores que dejaron su huella en alguna de las dos instituciones. “Sí estuve en los dos, pero no me tocó jugar como sí me tocó en Wanderers, donde yo me sentía partícipe”, dijo. Y aclaró: “Cuando fui a Nacional fue con muchísimos años de diferencia y tampoco fue que estaba identificado (con Peñarol)”.

ABRE PUERTAS

Rodrigo Pastorini. FOTO: Wanderers.

Después de dos ciclos inexitosos, como fueron Hércules en 2021 y Sud América hasta comienzos de 2022, la luz al final del túnel para Pastorini apareció en Perú, donde recuperó el nivel que había mostrado en años anteriores.

El Cantolao fue el 11° club de su trayectoria luego de su paso por Danubio, Peñarol, Racing, Wanderers, Santiago Wanderers, Petrolul, Murciélagos, Nacional, Hércules y Sud América.

Algo más experiente y con menos velocidad, el pasaje le sirvió para volver a ser ese centrodelantero encendido que llamó la atención en Wanderers y rápidamente comenzó a capitalizar las oportunidades en cancha con goles.

“Cómodo, como he estado en Wanderers, se me hace difícil de imaginar por la gente con la que me he relacionado y a la que le tengo mucho cariño. Pero una cosa es el cariño que le tengo a Wanderers y otra completamente distinta es la necesidad de trabajar. Ahí ya me ponés entre la espada y la pared”, apuntó.

EL FUTURO

Rodrigo Pastorini en Wanderers. Foto: Marcelo Bonjour.
Fernando Ponzetto

Ahora, que está más maduro y su rutina es menos exigente, quiere “aprovechar el tiempo” al máximo.

“Por suerte no he tenido lesiones graves y pude jugar todo el año. Tengo para seguir. Mientras esté bien y me sienta competitivo, no tengo pensado parar”, reconoció.

A diferencia de otras épocas, el centrodelantero prefiere aprovechar el rato de ocio para informarse, meterse campo adentro y disfrutar de las cosas simples, como estar lejos de la contaminación sonora de Montevideo.

Aunque todavía no piensa en el después, ya tiene planes por si acaso: “Me gustaría seguir vinculado al fútbol. De hecho, tengo el curso de entrenador y estoy terminando el de gerencia deportiva. Aun no tengo definido qué me gustaría en sí, pero si seguir vinculado. Me estoy preparando ahora que tengo momentos de sobra para hacerlo”.

Su lugar en el mundo es el campo e, independientemente de lo que pase con el fútbol, será su base por muchos años más. “Me gusta el campo. Estoy haciendo una casa a cinco o 10 minutos de Florida porque me gusta la tranquilidad. Tengo la experiencia de haber vivido acá mucho tiempo y en Montevideo también, donde parece que estás todo el tiempo al palo; acá el ritmo es distinto”.

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