Redacción El País
Se esperaba que se diera sobre las 10:30 y a las 10:30 fue. Acompañado de Jorge Nirenberg y Gonzalo Moratorio, se hizo presente en la sede de Nacional el presidente de Peñarol, Ignacio Ruglio. El mandatario aurinegro acompañó a sus colegas tricolores y a la familia de José Fuentes, fallecido en las últimas horas a causa de una afección cardíaca.
A pesar de que al velatorio se podía ingresar por distintas puertas, se tomó la decisión de que Ruglio junto al resto de los dirigentes mirasoles, ingresaran por una puerta ubicada por la calle Urquiza, la misma por la que dieron ingreso los dirigentes de Nacional.
Inmediatamente al ingresar saludó a parte de la dirigencia de Nacional que estaba presente en ese momento y también a la familia de José Fuentes.
Minutos más tarde dialogó con la prensa y aseguró: "Vinimos a despedir a un gran tipo y tengo el orgullo de decir que en un año y medio nos llegamos a querer. Hablábamos todas las semanas y nunca pensé tener esa relación con un presidente de Nacional".
"Si hoy estoy acá no por por protocolo, ni por dar un mensaje, es porque lo siento. Estos días los viví con mucha tristeza y hoy es la partida de un tipo de carácter durísimo, pero honesto. Fue un año y medio de reuniones, almuerzos y negociaciones y me decía: 'Siento que podemos estar del lado contrario, pero nunca nos vamos a faltar el respeto'", subrayó Ruglio.
"Nos hacíamos chistes cuando uno ganaba y el otro perdía y nunca me imagine que la relación iba a ser así. A lo largo de varios viajes cultivamos una amistad muy linda y en el proceso en el hospital lo acompañé siempre que pude. A la familia le dije: 'Vengo a despedir a un tipo que tuve el orgullo de conocer. Hoy se va un caballero'", indicó.
Entre los recuerdos de lo vivido juntos, Ruglio recordó una anécdota de ambos estando en Inglaterra: "Un día en Londres me dice: 'Viví unos años acá trabajando con el banco, mañana nos vamos a comer juntos y te muestro'. Metimos tres horas de caminata, llegamos a Trafalgar Square y había un uruguayo y nos mira a los dos y no podía creer. Pasamos por el Palacio de Buckingham y estaba el cambio de mando y en ese humor que tenía, a pesar de su carácter duro en las negociaciones, y me dice: 'En cualquier momento sale la Reina en pantuflas y dice: otra vez 3000 personas acá' y me tenté de una manera increíble", sentenció.