Ruiz-Díaz, el australiano de sangre charrúa que perfecciona su español con goles en Juventud de Las Piedras

Dylan tiene 22, jugó en la Sub 20 de Australia y ve a Uruguay como su segunda casa: "Mi madre cocinaba arroz con leche en el almuerzo".

Dylan Ruiz-Díaz en Juventud de Las Piedras.
Dylan Ruiz Díaz, el australiano que es figura en Juventud de Las Piedras, lleva tres goles en cinco partidos con el cluib.
Foto: Juventud de Las Piedras

Por Diego Domínguez
Su sangre es australiana, pero su corazón es uruguayo. Su idioma madre es el inglés, pero se revuelve para hacerse entender en español. La historia de Dylan Ruiz-Díaz trasciende fronteras. Sídney (Australia) primero. Pulawy (Polonia) después. Y el centro deMontevideoahora.

Juventud de Las Piedras fue el destino elegido por este joven de padres uruguayos, quienes casualmente coincidieron en la escuela en el medio de Oceanía luego de que sus padres emigraran al mismo destino. Así, sin saberlo, formaron una familia esencialmente contagiada por las raíces uruguayas. Mates a media mañana. Asados los domingos. Y charlas esporádicas en castellano, que no eran regulares para evitar formar un nudo en la cabeza del niño al que ahora se le ocurrió desembarcar en Uruguay. “Cuando crecí lo hice con asados, murga, reggaetón, cumbia... todo eso había en mi casa. Mi madre cocinaba arroz con leche en el almuerzo, entonces para mí era como una casa uruguaya; no era australiana. Venir a Uruguay es un privilegio para mí”, dice en un forzado español Ruiz-Díaz, un futbolista de 22 años que supo formar parte de la selección Sub 20 de su país.

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Foto: Gentileza Dylan Ruiz-Díaz.

Después de debutar en la Primera División australiana, pasó un año y medio resbaladizo por Europa, donde tuvo grandes complicaciones para tramitar su visa. Le quedaron dos alternativas: volver a casa o probar suerte en Uruguay. Fue por lo segundo: “Siempre quise venir para acá. Había venido cuatro o cinco veces en mi vida y siempre me quedaron buenas sensaciones”.

El desafío que tomaron sus cuatro abuelos hace más de 100 años al dejar Uruguay para emigrar a Australia le sirvió de inspiración. El chico hizo lo mismo, pero a la inversa, más de un siglo después. Y, pese a no perder la sangre de Australia, alimenta todos los días su lado más uruguayo.

Hace poco menos de seis meses que llegó a Montevideo y ya es una de las sorpresas de la Segunda División Profesional jugando como mediapunta. Además del fútbol, perfecciona todos los días su español con clases.

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