Un niño se planta con una bandera pegado a la tribuna del estadio de New York City. Mira de arriba a abajo. Sonríe. Y sostiene un mensaje dedicado a su ídolo: “Santi, me gustaría ser como vos”, le dice en inglés, desde lejos. El cartel se hace viral en cuestión de horas.
Ya se cumplieron tres años desde que un joven Santiago Rodríguez (24) desembarcó en la Major League Soccer y parece ser el tiempo suficiente para que haya dejado una huella. Las prueban están a la vista y se atan a un pico de madurez, que hoy, coinciden sus pares, llegó al punto máximo.
Se aprecia en una notoria mejora en su forma de hablar, en su estabilidad mental y en el rendimiento deportivo, que son algunos de los puntos que lo abrazan al mote de ídolo cuando los chicos dibujan en las cuadernolas a sus jugadores favoritos del New York City.
Allí aparece él, con su granito de arena, que de a poco lo ayuda a formar una semilla para sembrar guiños en el seno de la selección uruguaya. “Acá es raro encontrar a alguien que te haga un cartel y te diga que quiere ser como vos. Somos personas como todos. Lo único diferente que tengo yo es mi profesión, que te da esas pequeñas cosas que te alegran mucho, como que un niño se tome el tiempo de hacerte una dedicatoria. Lo vi después por redes sociales, le dije a la gente de marketing del club que contactara a su familia para que pudiera venir a algún entrenamiento y darle mi camiseta. No me lo esperaba; si bien he hecho bien las cosas acá, no es que soy un jugador que salió del club y lleva toda la vida. Fue muy impactante”.
Mientras sigue trabajando en silencio desde los Estados Unidos, sus números (16 goles y seis asistencias) lo sitúan en lo que, a su entender, es el “mejor año” de su carrera deportiva hasta ahora. Santi Rodríguez tiene todavía mucha tela por cortar, ya que solo tiene 24 años, pero por lo pronto la camiseta número 10 ya no le queda suelta: “Ha ayudado mucho esa exposición creciente de la MLS, pero a veces depende del gusto del entrenador. Quizás a veces no es que yo esté jugando mal sino que al entrenador le gusta otro tipo de jugador, y eso es algo que está fuera de mi alcance. Tengo que seguir trabajando para que en algún momento de verdad él piense en llamarme o en darme la oportunidad. Todo lo que estoy haciendo creo que ayuda. Me tengo que enfocar en lo mío, que es jugar y hacer las cosas bien, para estar pronto si algún día me toca ir a la selección”.
Santi Rodriguez seals the win for @newyorkcityfc from the spot! // Audi #MLSCupPlayoffs pic.twitter.com/wTsKhzMUiM
— Major League Soccer (@MLS) November 2, 2024
Quien fuera alguna vez reservado por Diego Alonso previo al Mundial de Qatar mira por el espejo retrovisor y reconoce que ha dado un salto: “Para mí, mi mejor psicólogo es mi familia”, sintetiza. Y amplía asegurando que, al cabo de cinco años jugando en Primera, su abuela sigue siendo un pilar y la pulseada la gana, en parte, por su especialidad para cocinar guiso. “La familia es el motor en general, pero si tengo que elegir a una persona es a ella. Si yo fuera un auto, sería el componente que necesito para que funcione el motor. Ella se lleva el premio”.
El amor de Santi Rodríguez por Nacional
Entre las locuras, todavía sigue grabado a fuego el día inolvidable en el que Santiago Rodríguez apareció como un hincha más, junto a Rodrigo Amaral, Agustín Sant’Anna y Hugo Magallanes cantando a todo pulmón en el corazón de la Tribuna Colombes del Centenario. Fue en ocasión de un clásico, en noviembre de 2019, cuando quedó afuera de una convocatoria. Con el diario del lunes, dice que lo volvería a hacer y pone las manos en el fuego porque sus amigos también lo harían: “Fuimos toda la vida ahí. Yo lo volvería a hacer. Iría de nuevo sin ningún problema. Creo que si hablara con ellos también lo harían. Me gusta ir a la popular y creo que, incluso, se disfruta más del partido alentando”.
Y, hablando de vueltas, ¿la puerta de Nacional se podría llegar a abrir en unos años? “Me gustaría. Desde que me fui siempre dije que quería volver a Nacional. Quizás este no es el momento adecuado, pero cuando me toque me imagino algo parecido a lo del Diente, que volvió, le está yendo bien, la gente está contenta. Lo que más me interesa es eso: que los hinchas me reciban de una manera alegre. Para mí, sería algo muy lindo volver a vivir en Uruguay y, más que nada, volver a defender a Nacional. En parte, soy jugador de fútbol gracias a Nacional”, dice.
Ahora, se centrará en New York tras clasificar por penales a las semifinales. Se enfrentará al equipo de Felipe Carballo, con quien viene de compartir un asado junto a una filial del club en Estados Unidos.
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