Santiago Guzmán tiene 20 años, pasó a entrenar con Primera División en febrero y se ganó un lugar en el equipo de Tony Pacheco, al que le está muy agradecido, y cumple con una de las cuentas que tenía pendientes Montevideo Wanderers: promover a sus talentos de formativas.
“Jugué de todo”, confesó Guzmán del otro lado del teléfono y le contó a Ovación que empezó a jugar de doble 5 en Séptima con Martín Suárez, con quien hoy comparte plantel, pero también lo hizo de enganche, de 9 y de extremo, como el pasado fin de semana en el Parque Roberto ante Racing cuando convirtió su primer gol en Primera que valió la victoria e ilusiona al Bohemio con la chance de llegar a definir el Torneo Intermedio.
Santiago comenzó a jugar al fútbol en la escuela pero eso no era suficiente y le pidió a su padre que lo llevara a algún equipo. Buscaron al que estaba más cerca de su casa en aquel entonces, por la zona del hoy Antel Arena, y llegaron al Club Rocha de donde salieron jugadores como Facundo Bernal, Mathías de Ritis y, en la categoría que seguía Guzmán se repartía el mediocampo con el enganche del equipo: Alan Matturro. Allí estuvo hasta los ocho años, cuando jugó un amistoso con Wanderers de AUFI y allí siguió su carrera hasta el día de hoy.
Todavía recuerda a Jorge Gutiérrez, el DT que tuvo en las infantiles del Bohemio, y agradece a Ignacio Portillo, Diego Irigoyen y a Juan Manuel Martínez, que lo tuvo en los primeros años de juveniles y lo hizo debutar este año frente a Deportivo Maldonado, a quién le hizo el primer gol en el club. Vive entre Tres Cruces y el Cerro porque a veces está con su madre y otras con su padre, pero toda la familia se junta y forma una gran barra cada vez que le toca jugar. “Siempre me van a ver todos desde que soy chico. Mis padres, hermana, padrastros, abuelos, mi novia, su familia y un par de amigos”, contó entre risas el polifuncional de Wanderers que, como el pasado fin de semana, los busca en la cancha y retribuye el cariño con un el gesto del “puñito”.
Después del partido con Racing, que fue al mediodía, durmió “tremenda siesta” y lo sorprendió un mensaje en su celular. “Cuando era chico mi ídolo era Matías Cabrera y me escribió en Instagram, quedé re contento. Me siguió. Yo usaba la vincha que usaba él antes”, confesó Guzmán que hoy le presta mucha atención a Nico de la Cruz en la selección, a donde un día sueña con llegar.
Este verano, Guzmán subió al primer equipo con Esteban Crucci, entre otros, y enseguida se hizo querer. “En la pretemporada estaba bronceado, me reía por todo lo que me decían y me empezaron a decir ‘Carita’ por el helado y quedó”, dijo sobre el apodo que le pusieron en el plantel donde destaca la ayuda de referentes como José Alberti, Tito Formiliano y Gonzalo Vega mientras se sorprende día a día con Tabaré Viudez. “Tiene situaciones que decís ‘cómo sale de acá. Cómo tira ese pase”.
Omar Pérez también le habla y lo ayudó en la transición cuando lo que más le costaba era el ida y vuelta y le aconseja saber cómo resolver antes de recibir la pelota. En Wanderers los juveniles por fin se están ganando un lugar y juegan juntos en el primer equipo como cuando se juntan, aún con algunos que ya emigraron, a compartir la cancha pero de manera virtual en la modalidad de Clubes Pro del EAFC en la Playstation. Hay que dejarlos jugar.