Santiago Silvaes uno de los mejores arqueros que tiene el fútbol uruguayo. Flaquito, jovencito (23 años) y con una técnica envidiable. Ya en la última temporada, cuando a Boston River lo dirigía Ignacio Ithurralde, el rendimiento de Silva fue una de las explicaciones del buen año del Sastre, al punto que relegó durante todo el año al banco de suplentes a un experimentado guardameta, con experiencia en el fútbol europeo, como Mauro Goicoechea, hoy titular en Danubio.
En el partido de este domingo contra Peñarol, por la tercera fecha del Torneo Apertura, Silva sacó a relucir una de sus principales virtudes: la de atajar penales. A los 22’ le ahogó el grito de gol a Matías Arezo con gran atajada contra la derecha y a los 39’ volvió a tapar una pena máxima, esta vez a Abel Hernández; aunque en este caso se lo hicieron en el rebote.
Después de dos goles de penal que le hizo Felipe Carballo (Nacional) en 2022, a Silva no le volvieron a anotar de penal. Le atajó a Gonzalo Vega (Fénix), Federico Barrandeguy (Plaza Colonia), Nacho González (Danubio), Matías Arezo y Abel Hernández. Además, Enzo Borges (Deportivo Maldonado) lo tiró afuera. Es decir, de ocho penales que tuvo en contra apenas le marcaron dos y en los últimos seis no le han podido marcar, aunque con el gusto amargo para él que en este domingo la Joya lo batió en el rebote.
A su vez, hay que recordar que en uno de esos penales contra Nacional, Silva había atajado en dos oportunidades, pero el árbitro lo hizo lanzar de nuevo por adelantamiento en un partido que terminó con un 0-6 en Trinidad (Flores).
Silva es un guardameta que, además, juega muy bien con los pies y arriesga en cada una de sus salidas, en algo que fue inculcado por Ithurralde y que ahora el venezolano Daniel Farías sigue con el mismo estilo, en el equipo que venció a Zamora y avanzó a la segunda fase de la Copa Libertadores.