Redacción El País.
En los últimos años ha sido difícil escuchar públicamente al "Tanque" Santiago Silva. Dueño de una carrera de 20 equipos —ocho de ellos argentinos—, de 42 años, y con una personalidad que siempre sobresalió adentro del campo de juego, con una euforia particular a la hora de gritar los goles, el delantero está radicado actualmente en España. En Uruguay se formó en Central Español, tuvo un paso por Defensor Sporting, varios en River Plate y uno muy breve por Nacional, donde acumuló 526 minutos en 2002, en el segundo semestre del año.

En Málaga habló con el periodista uruguayo Enzo Olivera para el programa a través de Youtube llamado Salir Jugando. Mostró cómo está preparando el restaurant "Silvando", que tendrá comida española, uruguaya, argentina e italiana. "El chivito no puede faltar", bromeó, así como tampoco la milanesa napolitana. "El nombre es por el apellido, mi hija sacó el nombre, y le dimos una vuelta para hacerlo gracioso", señaló.

También Santiago Silva mostró que está preparando un lugar especial para sus botines, ya que los colecciona —"siempre me gustaron", contó— y tiene una pared llena de recortes de los diarios que marcan lo que fue su carrera. Es un mural que narra cada paso a través de los medios. También hay recortes de El País.

"Con Papelito (Sebastián Fernández) la pasamos de maravilla y más con la persona extrordinaria que es él, con esa humildad. Esa dupla marcó la historia, nos tocó en el 2009 ser campeones, tener la primera estrella, me tocó ser goleador del equipo, jugar con James (Rodríguez), con Erviti, teníamos un plantel de guerreros y algunos que por ahí nos tocaba hacer algo diferente", recordó sobre su pasaje por Banfield, en Argentina.

Foto: Archivo El País.

El "Tanque" tuvo un exitoso pasaje por Boca Juniors entre 2012 y 2013. Incluso supo jugar la final de la Copa Libertadores de 2012, que finalmente el Xeneize perdió contra Corinthians 1-0. En cuartos de final Silva fue protagonista contra Fluminense anotando un gol clave sobre la hora para clasificar.

Sobre Edinson Cavani, actual jugador de Boca, que este sábado jugará la final de la Libertadores precisamente contra el Flu, señaló que "la verdad que lo he visto muy bien, con su misma actitud de siempre, me puse muy contento cuando él finalizó los idas y vueltas para poder llegar a Boca. Es un ejemplo para muchos, un jugador que mantuvo su rendimiento durante muchos años, y lo sigue manteniendo, y no es fácil poder entrar y jugar en el fútbol argentino, y más en Boca. Cuando a mí me tocó jugar en Boca pensé que iba a ser más fácil y al contrario, porque todos los equipos te quieren ganar, y estás jugando en La Bombonera y estás jugando contra Boca".

Silva agregó sobre el Matador que "entró la primera hace un mes, que es lo más importante, y ahora se le van a dar las cosas. Desearle lo mejor para este partido tan importante y esta final que ojalá que se gane la séptima que es lo que queremos todos los hinchas de Boca".

Foto: Archivo El País.

En Salir Jugando, Silva habló de la selección uruguaya: "Fue de las pocas cosas que me quedé con ganas sinceramente. Tuve un gran momento de mi carrera donde podía haber tenido alguna oportunidad y no se me dio. Lamentablemente no pude tener la suerte, la oportunidad, simplemente de sentirla, en algún partido amistoso".

El atacante añadió que "estaba Tabárez sí, nunca tuve una conversación con él. Por lo que yo generaba en el fútbol argentino, por ser la bandera uruguaya en Argentina por muchos años, por mí momento, porque en la selección... Sí (me lo merecía), yo tuve cuatro o cinco años de gran nivel, me hubiese encantado, la quería vestir (la camiseta celeste), por el momento, por lo que podía aportar y transmitir, esa era la idea".

También se refirió a la conducción de Marcelo Bielsa en Uruguay: "Me gusta mucho más allá de no haberlo tenido, cada persona que hablo me habla maravillas y a todos le ha dejado algo muy bueno. No sé si Uruguay necesitaba un cambio tan drástico, porque los referentes son importantes, son los que guían a los más jóvenes, y veo un gran aprendizaje por cómo juega Uruguay hoy, me gusta, lo hace más competitivo, más funcional. Me gusta más. El fútbol ha cambiado, veo jugadores más polifuncionales".

A su vez, comentó sobre Darwin Núñez que "no es el clásico nueve, es moderno, lo veo muy bien, te juega por dentro, por fuera, peleando pelotas. La aguanta, gira, mucha potencia, armado, es hasta facherito, je. Solo hay que darle tiempo".

Ya en el auto y escuchando la banda uruguaya No te va a gustar, el Tanque manejó hasta su casa en Málaga. En su hogar su refirió a su colección de camisetas: "Tengo 600, me faltan algunas que quedaron en Argentina". Entre ellas está la de Nacional, club que vistió en el segundo semestre del 2002.

Foto: archivo El País.

En 2019 Silva dio positivo en un control antidoping a raíz de un tratamiento de fertilidad que estaba haciendo. "En su momento lo que pensé era por qué a mí. No te lo voy a negar, pasé muy mal, mi familia la pasó mal, pero no me quedaba otra alternativa, conociéndome (por mí) forma de ser, que tenía que entender que por algo me pasó a mí que soy un luchador dentro de la cancha y afuera de la cancha, así que me fui contagiando, fui silenciando y entendiendo que no había otra alternativa y que yo tenía que salir de ese momento porque mis formas son y van a ser siempre así", contó.

"Con la ayuda de mi familia, de la gente, que fue incondicional en todo aspecto, me fui contagiando. Me pasaron cosas locas en ese transcurso y no lo voy a negar, fue muy difícil, pero yo estaba mentalizado que yo me iba a retirar cuando yo quisiera y nadie me iba a ensuciar mi carrera", añadió el Tanque.

Emocionado, y con un mate en la mano, Silva explicó que "sinceramente, después d haber pasado todo lo que pasé, y después de salir adelante, en un momento no tenía sentencia, pasó mucho tiempo sin tener sentencia... Después vino la pandemia, y en el camino me encontré con gente desconocida que cortaba desde arriba los hilos, pero a eso no voy a llegar. Lo que sí se puso en el medio el deporte con la Justicia, y eso no iba de la mano, entonces, ¿por qué yo no podía jugar si no tenía sentencia? Una contradicción cuando yo tenía todos los análisis presentados de lo que yo estaba haciendo con mi tratamiento. Entonces yo puse la Justicia y el deporte, ahí estaba el gran problema. Se movió un árbol que nunca se había movido, entonces trajo trascendencia, por eso fueron tan duros, pero bueno, volví y le demostré a todo el mundo que sí se puede y que hay que pelear por lo que uno quiere. Aunque te pongan piedras en el camino uno tiene que estar mentalizado y luchar".

"Muchas veces (lloré), lo que sí lloraba en los rincones, porque a uno como cabeza de familia no quieren que los hijos lo vean. Tuve mis momentos, muchos. Sí (emociona) porque solamente yo sé lo que pasé, solamente yo. Ni mi familia por ahí sabe lo que pasé, si bien me ve cotidianamente, pero no sabe esa resiliencia que tuve que tener, esa disciplina, esa constancia. Me iba a las 6 de la mañana a correr, a entrenar solo, eso sí lo sé yo dentro, por eso es algo que lo tengo tatuado y no se me va a olvidar nunca más. Eso me llevó a no querer retirarme y juego hasta que se me cante a mí y me dieron más ganas. Por algo las cosas pasan. Yo tengo ganas de querer seguir jugando al fútbol y tengo 43 años. Lo que me enseñó ese episodio fue brutal, como ser humano, como padre, como esposo, como deportista profesional. Les dí una lección a varias personas y fui contra el sistema, y le gané al sistema, que eso pasa muy pocas veces", cerró visiblemente tocado por el tema en el calor de su casa de Málaga.

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