Falta todavía una fecha para que Nacional -ya clasificado- complete formalmente su participación en la fase de grupos de la Copa Libertadores. También resta un partido para que baje la cortina del Torneo Apertura, que ya está definido. Pero aunque ambos capítulos están próximos a cerrarse (entre esta y la próxima semana), por lo visto hasta ahora, ya es posible trazar un diagnóstico de los síntomas que se repiten cada vez que hay una nueva performance por delante para el equipo -o los equipos, porque jamás se ha repetido una oncena-.

En el primer tramo de la temporada, la procastinación es el primer elemento de coincidencia que puede resumir la sopa de opiniones a favor y en contra del ciclo de Álvaro Recoba como director técnico. Entre los defensores, el “sufrimiento” para ganar partidos en el tramo final parece ser una sensación habitual, que incluso ha sido manifestada por el presidente Alejandro Balbi. “Sufrimos más de la cuenta”;“teníamos que haber ganado con más amplitud”, han sido algunas de sus reflexiones más sinceras.

Por otro lado, detractores señalan que ese primer diagnóstico en realidad es una consecuencia directa de la “excesiva” rotación, que en algunos casos se traduce en planteos “poco atinados” -como contra Fénix- o cambios, que, por lo general, no llegan antes del minuto 15 del segundo tiempo, entienden otros.

Esas opiniones, transmitidas en el fuero íntimo de algunas corrientes, especialmente por exdirigentes que refugian su descontento entre una masa social de hinchas, hacen de una especie de contralor fuera de micrófonos. Y la disconformidad de algunos es tan palpable que basta con sentarse a seguir cualquiera de los últimos partidos de Nacional desde las tribunas.

Por el momento, no ha aparecido ninguna voz resonante pidiendo la cabeza del técnico, aunque algunas audiciones partidarias marcan desde hace un tiempo sus profundos matices con el modelo de conducción que tiene la actual directiva.

Estefania Leal/Archivo El Pais

Pasando raya, al cabo de 24 presentaciones en el primer tramo del año, el análisis numérico de Recoba deja, hasta el momento, más luces que sombras. El diagnóstico inicial de procastinación se prueba en las dos caras que por lo general muestran sus jugadores entre el primer y el segundo tiempo de un partido.

Sobran ejemplos que lo demuestran, pero el que quedó grabado a fuego en la retina del hincha de Nacional fue el 2-2 con River Plate por Copa Libertadores, donde pasó de estar completamente desdibujado y perdiendo por dos goles a encontrar soluciones en el banco de suplentes, con Diego Zabala iluminado y un Gonzalo Carneiro que encontró la llave del gol.

Ese resultado marcó un punto de inflexión para que el equipo se (mal) acostumbrara a ganar sus cuatro partidos siguientes bajo la misma fórmula, como si estuviera planificado.

Aquellos que revisen el desenlace de los partidos con Fénix (1-4), Deportivo Táchira (1-0), Deportivo Maldonado (2-0) y Danubio (1-0) se darán cuenta de que Nacional, una vez más, mostró otra cara en el complemento.

Foto: Estefanía Leal.

Hay una diferencia de 13 puntos entre la versión de Nacional que se muestra en los primeros 45 minutos de un partido y la que se aprecia en el tramo final, cuando llegan las segundas partes. En números, son 34 puntos contra 47 (de 72 posibles), lo que arroja una diferencia sustancial en la efectividad.

En resumen, al término del primer tiempo, el equipo en todos sus partidos recoge menos de la mitad de las unidades posibles (47,2%). El saldo da ocho victorias, 10 igualdades y seis caídas.

Por el contrario, cuando el análisis se concentra únicamente en lo que sucedió en el complemento, el resultado numérico es altamente favorable y cierra con un 65,2% de los puntos obtenidos, que se explican por los 13 triunfos, 10 empates y una sola derrota entre un total de 24 partidos.

Nicolas Pereyra/Archivo El Pais

Recoba se caracteriza por realizar la totalidad de cambios permitida desde que la normativa International Football Association Board (IFAB) estableció la regla de las cinco modificaciones, que quedó permanente en el reglamento FIFA después de la pandemia de coronavirus. Es así que en los 24 partidos que lleva conducidos como técnico este año, hizo uso del límite permitido en 23 ocasiones, lo que supone 119 cambios en total. De esa cantidad, el promedio arroja que realizó la mayoría en el minuto 62 de partido y que, salvo algunas excepciones, cuando un jugador es amonestado ya tiene que pensar en que a la brevedad será sustituido. Como consecuencia de la amarilla, salieron 20 futbolistas.

Foto: AFP.

Aún con el duelo de Copa Libertadores pendiente para cerrar su desempeño en fase de grupos, Nacional viajará mañana desde el Aeropuerto de Carrasco en un vuelo chárter que partirá sobre las 15:00 horas de Montevideo.

Las entradas para los hinchas tricolores se comercializan por 30.000 guaraníes, es decir unos 150 pesos uruguayos, y se venden a través de la página paraguaya de Red UTS.

El partido, en el que Libertad será local, se jugará en el Estadio Tigo La Huerta, que cuenta con una capacidad para 10.100 espectadores. Entre sus futbolistas, fuentes allegadas al club destacaron la ausencia del mediocampista Álvaro Campuzano, que se operó de la rodilla derecha y no estará disponible para el compromiso que se jugará el jueves a partir de las 21:00 horas.