Por Alberto Sobrero
Sergio “Manteca” Martínez (54) pasa gran parte del día haciendo lo que tanto le gusta: ver fútbol. Su tarea como representante e intermediario de jugadores se lo exige. Sin embargo, se toma un segundo y reflexiona sobre su extensa trayectoria que le permitió ser ídolo de Boca Juniors en Argentina, jugar en Peñarol-equipo del que siempre fue hincha- y ser campeón de América con la selección uruguaya. Pero también la de tomar una de las decisiones más difíciles de su carrera: ir a Nacional en el 2000.
Martínez se encontraba en el Deportivo La Coruña en España. Aquejado por una lesión en la rodilla no pudo jugar lo que tanto pretendía en el conjunto gallego. Entendía que era el momento para volver a Uruguay después de ocho años. Se sentó con su representante y amigo Francisco Casal con una idea fija: regresar a Peñarol. Aunque eso no se dio y terminó en Nacional. “En ese momento yo tendría que haber ido a Peñarol, pero no me quisieron”, le dijo el Manteca a Ovación.
Asimismo, confesó que fue una decisión muy complicada la de firmar con el tricolor. “Al principio me costó y después que dije que sí, me seguía costando y no quería ir”, aseveró.
“Estaba muy identificado con Peñarol y sabía que me iban a mirar con lupa”, expresó.
Martínez sobrellevó esa situación ya que fue bicampeón Uruguayo con Nacional. Además, anotó el gol con que el tricolor venció a Peñarol por la final del Uruguayo 2000.
En 2001 decidió colgar los botines porque su físico ya no daba más. “Dejé el fútbol a los 32 años por la lesión en la rodilla. Tenía en claro que no estaba bien porque ya no me gustaba ir a practicar y me tenía que cuidar mucho de la rodilla”, señaló.
El exfutbolista se sintió tan dolido por esta situación que decidió alejarse del fútbol. “Tomé la decisión de retirarme y por un momento no quise saber nada del fútbol”, contó.
Martínez aseguró que Paco Casal fue clave para que decidiera volver al fútbol. “Me junté con Paco porque él pretendía saber qué era lo que yo quería hacer y tras esa charla arranqué a trabajar en su empresa”, comentó.
Oscar Tabárez, el padre futbolístico del Manteca
La relación entre Sergio Martínez y Oscar Tabárez comenzó en 1986 cuando coincidieron en una selección uruguaya juvenil. Luego estuvieron en la mayor y en Boca Juniors.
“El maestro fue mi ‘padre futbolístico’ porque siempre estuvo en alguno de los momentos más importantes de mi carrera”, añadió.
En 1991 Tabárez se convirtió en el entrenador de Boca con la misión de cortar los 11 años sin títulos que traía el conjunto argentino. No lo dudó y llevó a Martínez. “Me llevó de a poco. Sin embargo, cuando agarré la titularidad no salí más”, dijo. En ese año, convirtió un gol en el clásico a River Plate -que quedó marcado por su festejo en el alambrado de la Bombonera- y fue campeón.
El Manteca se convirtió en ídolo de Boca. Tan es así que en setiembre de 2022 fue declarado “personalidad destacada del deporte” por la legislatura porteña. Uno de los que habló fue Oscar Tabárez. “Sos una de las personas más autenticas que he conocido”, contó el maestro en el reconocimiento al Manteca.
El cambio que se está dando en la selección
Martínez ganó la Copa América 1995 con Uruguay. Él pateó el último penal que le dio el título a la Celeste en el Centenario frente a Brasil.
El Manteca jugó 35 encuentros con la selección e hizo seis goles. Su fanatismo por la Celeste no cesa y siempre trata de verla y realizó una comparación entre el juego de la selección de su época con la actual.
“En mi época era una selección que aguantaba más y hoy sale a jugar. Hay jugadores de mucha técnica y no solo los ‘raspadores‘”, contó.
Indicó que ya no es común que existan jugadores defensivos en el mediocampo. “Es un cambio que se está dando porque hoy hay más jugadores que poseen las dos partes: la de meter y la de jugar. Antes querías que algún futbolista solo corriera y le diera la pelota al 10 o al 9 para que hicieran la diferencia. Por suerte eso cambió”, recalcó.
“Por ejemplo, hoy la tendría complicada para jugar el Ruso Pérez. Ese tipo de jugadores te dejan el alma en la cancha, pero en la actualidad tenés que tener las dos características. Porque hoy solo si corres no jugás”, dijo.
La actualidad del Manteca
Después de trabajar ocho años en el Grupo Casal resolvió abrirse y seguir con otro de sus grandes amigos que le dio el fútbol: José Herrera.
Entiende que por su tarea está obligado a ver fútbol de distintas partes del mundo. “Veo todo porque tengo que estar informado”, expuso.
Pero hay algo que intenta hacer cada vez que puede: ir al Campeón del Siglo a ver a Peñarol. “Sí, claro que voy a ver a Peñarol. En realidad a todos los equipos, porque ese es mi trabajo. Pero a Peñarol voy a verlo siempre”, sostuvo con entusiasmo.
Indicó que no tiene ningún problema de ir a ver al tricolor. Eso sí: lo hace cuando juega en el Estadio Centenario. “Solo he ido al Parque Central a ver a alguna selección uruguaya juvenil”, dijo.
Paco Casal definió a Martínez como una “persona que nunca se encandiló por la fama”. Bajo esta misma línea, el Manteca disfruta de su trabajo como representante, de seguir vinculado al deporte que tanto ama y de intentar mejorar día a día. Pero siempre con perfil bajo, algo que lo ha caracterizado en toda su carrera.
-
Marcelo de Souza se prepara para ser DT: “No hay más de dos personas de color dirigiendo; es un desafío lindo”
El proyecto de US$ 6 millones para remodelar el Palacio Peñarol: club social, piscina, canchas y gimnasios
Rodrigo Muñoz: por qué nunca jugó un partido en la selección y su compleja vuelta a Uruguay