Sergio Massa: el candidato que hospedó a Federer, hizo política con Maradona y tentó a Riquelme con Tigre

El aspirante a la presidencia en Argentina hizo campaña con varias estrellas del deporte y comió un asado con Roger Federer en su visita al país vecino.

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Sergio Massa y Federer.
Sergio Massa y Roger Federer.
Foto: Twitter Sergio Massa.

La Nación / GDA
Hizo campaña con Lionel Messi y Diego Armando Maradona. Toma mates con Juan Román Riquelme, el vicepresidente de Boca Juniors, y practica tenis con Jorge Brito, el actual mandatario de River Plate y del Banco Macro, que es el sponsor principal de Tigre. Fue aliado de Julio Grondona, Daniel Vila y Marcelo Tinelli y ahora, gracias a su relación con Claudio Tapia, es el lazo de poder entre la AFA y la Casa Rosada. Lleva 21 años como “hombre fuerte” del Matador y el 19 de noviembre jugará el partido más importante de su vertiginosa trayectoria política: el balotaje con Javier Milei en busca de la presidencia.

Sergio Tomás Massa fue el candidato más votado en las elecciones del 22 de octubre (36,7%) y quedó a un paso de convertirse en el presidente de Argentina. Aunque comenzó a militar desde muy chico, el deporte fue, sin dudas, su principal trampolín.

En 2002, durante la presidencia de Eduardo Duhalde, Massa fue designado al frente de la ANSES (Administración Nacional de Seguridad Social), la caja más grande del Estado argentino. Unos años antes, había conocido a su actual esposa, Malena Galmarini y, a través de ella, a su hermano Martín, joven promesa del Matador de Victoria. En ese 2002, asumió como vice 1° del club, cuando naufragaba por mitad de tabla de la Primera B -la Tercera División de AFA- y corría serio riesgo de descender. En su primer partido al mando del fútbol, Tigre cayó 5 a 0 de local ante Temperley, hubo disturbios entre los hinchas y la Policía, el equipo falló un penal y terminó con dos jugadores lesionados. “¿Por qué me tengo que meter?”, pensó. Camino a los vestuarios, un plateísta se acercó a Massa y, al borde de las lágrimas, le rogó: “Flaco, hacé algo porque nos vamos a la C”.

Sergio Massa, junto a su esposa Malena, quien comentó que no votaría a Scioli. Foto: AFP
Sergio Massa junto a su esposa, Malena.
HO/AFP

A partir de allí, comenzó a pisar cada vez más fuerte en la institución de Victoria hasta convertirse en la figura de mayor peso a través de sus terminales de poder y su creciente exposición mediática. Oriundo de San Martín, simpatizaba con Chacarita pero era hincha de San Lorenzoy se había mudado a Tigre a fines de los 90 tras contraer matrimonio con Malena, vecina de San Isidro. Massa no necesitó ser presidente de Tigre para manejar durante más de dos décadas los hilos de un club con 121 años de historia. Por el contrario: construyó poder desde las sombras y prefirió mostrarse siempre como un simple “colaborador” a la distancia. Ambicioso, tenaz y de envidiable cintura política, exprimió su agenda de contactos y llevó a Tigre a los primeros planos del fútbol sudamericano. ¿Cómo lo hizo? Moviendo sus influencias políticas y obteniendo dinero a través de los sponsors: Casino Trilenium, Nordelta, Topper, Banco de la Provincia de Buenos Aires y Banco Macro, entre otros.

El fútbol y la política fueron, desde siempre, las dos grandes pasiones del candidato de Unión por la Patria. Mamó desde muy chico el fanatismo por San Lorenzo, ya que su papá, Alfonso, era “enfermo” del Ciclón. En 1981, el club de Boedo descendió por única vez en su historia y su hinchada desbordó todos los estadios donde jugó en los pedregosos caminos del ascenso. Los Massa eran parte de esa marea azulgrana que seguía a todos lados al conjunto de José Yudica. De hecho, el ídolo del joven Sergio no es otro que Ruben Insúa, el Gallego, figura de aquel equipo y gloria del club. Aunque se reconoce “100% hincha de Tigre”, no pierde su simpatía por el Cuervo. Y es capaz de recitar de memoria, como el preámbulo de la Constitución Nacional, la formación del equipo azulgrana que logró el ascenso en la cancha de Vélez.

El jefe de gabinete argentino, Sergio Massa, anunció el monton del canje de deuda. 360x439
Sergio Massa cuando era jefe de gabinete argentino.
El País

En 2014, San Lorenzo obtuvo la Copa Libertadores y Massa fue uno de los primeros funcionarios en saludar en sus redes al equipo de Edgardo Bauza: “¡Felicitaciones a los hinchas de CASLA por este triunfo histórico! En especial a Joaquín de la Torre (fundador y armador del Frente Renovador) y a mi viejo, que esperó esta Copa toda la vida”.

Pero fue en Tigre donde Sergio Tomás había comenzado a mostrar sus garras. El 15 de mayo del 2004, el Matador venció 1 a 0 a Cambaceres en un ajustado partido en Ensenada y él, disconforme con la actuación del árbitro, Pablo Castagnino, lo increpó en la zona de los vestuarios. ¿El motivo? La expulsión de Martín Galmarini, su cuñado, a los 38′ del segundo tiempo. “¡Vos no dirigís más a Tigre!”, le habría gritado. De acuerdo con el testimonio del árbitro, cuando Castagnino le pidió que se identificara, en vez de presentarse como directivo del club, el marido de Malena sacó la credencial que lo acreditaba como titular de la ANSES. El juez lo denunció por intento de agresión y el caso requirió intervención del Coprosede (Comité Provincial de Seguridad Deportiva) y la Prosef (Programa de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos). Massa ofreció disculpas públicas, le envió una carta al árbitro y el expediente caducó.

Sergio Massa y Lionel Messi.
Massa con Lionel Messi.
Foto: Municipio de Tigre.

En 2009, Massa rompió relaciones con el kirchnerismo y renunció a la jefatura de Gabinete para reasumir la intendencia de Tigre, cargo para el que sería reelecto en 2011, con más del 73% de los votos. A los 39 años, el dirigente peronista había entendido al deporte no solo como una herramienta de inclusión y transformación, sino como una vidriera para mostrarse a sí mismo y construir poder. Así, logró fotografiarse junto a las más rutilantes figuras de la escena internacional. En 2010, por ejemplo, convocó a Diego Maradona y su equipo de Indoor Show para celebrar el lanzamiento de las colonias de verano del Municipio. “Me la juego por Massa y por los chicos de Tigre. No soy político, ni voy detrás de ninguno, pero lo que hace en Tigre por los chicos es excelente. Si él me necesita, yo por los chicos voy a estar donde sea. Espero un 2011 en el que no haya más pobres y en el que los chicos no estén más en la calle”, dijo Diego, que años más tarde se tomaría una foto junto a Guillermo Moreno, por entonces secretario de Comercio de la Nación, exhibiendo un llavero que trataba de “boludo” al actual candidato a presidente.

Por supuesto, Massa tampoco se perdió la oportunidad de mostrarse junto a Lionel Messi. Fue 24 horas antes de recibir a Maradona. Massa y Messi firmaron un convenio para la construcción de dos jardines de infantes en Tigre, en el marco de un acuerdo tripartito entre el Municipio, la Fundación Leo Messi y la petrolera YPF, todavía en manos de inversores privados. A lo largo de su carrera política, el multifacético abogado de 51 años también se dio el gusto de pelotear junto a Andre Agassi durante una exhibición en la estación de Tigre y posar junto a otras grandes estrellas del tenis como Pete Sampras, Jim Courier, Mardy Fish y Roger Federer, quien enfrentó a Juan Martín del Potro en un complejo montado en Tigre ante más de 20.000 personas.

Su amistad con Riquelme

Massa y Riquelme.
Massa junto a Riquelme.
Foto: Sergio Massa.

Juan Román Riquelme, vecino de zona Norte, también jugó para Massa en la previa de cada elección. En 2011 inauguraron juntos un polideportivo en Don Torcuato; en 2014 participaron de una jornada de deporte e inclusión para los chicos de la colonia de verano; y en 2015, en la recta final de su campaña a presidente, el rival de Javier Milei en el balotaje homenajeó a Riquelme en el Museo de Arte Tigre. Fue el día que Román minimizó los logros deportivos de Boca y aseguró que “una Copa Libertadores vale 10 campeonatos locales”.

Massa había buscado tres veces tentar a Riquelme para sumarlo a Tigre. La primera fue en 2012, cuando el ídolo xeneize dejó Boca por diferencias con Julio César Falcioni. “Me siento vacío, no tengo nada más para dar”, anunció el crack tras la final de Copa Libertadores perdida frente a Corinthians. El desembarco de Román en Victoria podía servir como plataforma para las aspiraciones políticas de Massa. Riquelme, además, tenía buena relación con Rodolfo Arruabarrena, DT de Tigre; con su ayudante Diego Markic, con quien había sido campeón juvenil en Malasia 97; y con Javier García, arquero surgido en Boca y titular en el Matador. No lo convenció, pero volvería a intentarlo más adelante.

En 2013 Riquelme seguía sin club y Massa volvió a hacer un intento por contratar al ídolo boquense. Lo invitó a cenar a su casa junto a su representante, Daniel Bolotnicoff, y le ofreció jugar la Libertadores con los colores del Matador. Boca pedía 2.100.000 dólares para liberar a Román y, aunque la idea de Massa era negociar una rebaja, el club de Victoria tenía parte del dinero asegurado gracias al inquebrantable apoyo del Banco Macro. Riquelme pidió unos días para analizar la situación y antes de responder la oferta de Tigre recibió el llamado de Carlos Bianchi, su padre futbolístico, para ofrecerle la 10 de Boca. El último intento fue en 2014, luego de que el enganche finalizara su vínculo con el Xeneize, pero este ya tenía resuelto retirarse en Argentinos.

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