De fondo suenan las balizas de su auto y cerca del micrófono de su celular, pero sin fuerzas, se escucha una voz tenue. Es la palabra de un integrante del cuerpo técnico de Nacional, que con mucha sinceridad le transmite a Ovación su sentimiento de desazón antes de una nueva citación a entrenar en la Ciudad Deportiva Los Céspedes.

"Lo vamos a sacar adelante entre todos", confía, a pesar de las noticias desfavorables que se conocieron en las últimas horas sobre el estado de salud de Juan Izquierdo y la crítica situación que atraviesa ahora su familia. "Se trata de contener a todo el mundo, de ayudar". Es claro que no hay una receta mágica, pero desde el club insisten en que la buscarán "entre todos".

Tirando de la piola, el plantel de Nacional sigue fuertemente afectado y solo ellos, en su fuero más íntimo, saben a ciencia cierta lo que vive un grupo humano luego de que uno de sus soldados caiga (por una arritmia cardíaca) en pleno partido de Copa Libertadores.

Por esa y tantas otras razones fue que el entrenamiento del pasado lunes, pactado para las 10:30 de la mañana, se transformó en una charla técnica a corazón abierto para juntar fuerzas y ayudar a que se descarguen los más afectados.

Este martes, en cambio, se dispuso que aquellos que quisieran entrenar pudieran hacerlo, aunque no tenían la "obligación". La mayoría acataron, aunque fueron ejercicios muy básicos (pequeños trotes y trabajos en el gimnasio), según precisaron fuentes tricolores a Ovación.

No hace falta ir hasta la Ciudad Deportiva Los Céspedes para comprobar la falta de ánimo y la tristeza que rodea a los futbolistas aún a la distancia. Basta con repasar las declaraciones del presidente Alejandro Balbi: "Hoy (por ayer, lunes) hubo jugadores que cuando empezaba la práctica no pudieron soportarla y pidieron abandonar la misma”.

“Hubo una charla por Zoom con nuestro psicólogo que está acá en São Paulo. En Los Céspedes les está faltando algo”, sostuvo.

Foto: Juan Pablo Romero.

Algunos de ellos, como Diego Polenta, se involucraron con la causa al punto de asistir a la familia. Además de capitán del equipo en la cancha, también lo fue afuera y le ofreció a Selena, la esposa de Izquierdo, llevarla al aeropuerto junto a Lucero, su hija de dos años y medio, para que viajara a acompañar a su pareja.

Desde Nacional buscan permanecer unidos en horas muy difíciles y atípicas para cualquier futbolista profesional: "No importa la cantidad de años que estés en el fútbol; nunca vas a ver algo más jodido que esto".