FÚTBOL FEMENINO
Fue compañera de Gastón Silva en el baby fútbol, está a un paso de recibirse en la Licenciatura de Comunicación y en 2020 nadie marcó más goles que ella a nivel de mayores.
"Vi un llamado de Racing y me quedaba relativamente cerca de casa y fui. No conocía las aspiraciones del club y yo solo quería ir a ver si me daba el nivel para jugar en un equipo de AUF”, comenta Sofía Oxandabarat que no solo terminó logrando el ascenso con la Escuelita en fútbol femenino, también fue la máxima goleadora de mayores tanto de la A como de la B con 20 goles.
A su 26 años, Sofía suma apenas un año jugando a nivel AUF, pero ya fue suficiente para demostrar sus condiciones las que también ya se habían visto a lo largo de su niñez y de su adolescencia a otros niveles.
Con Gastón Silva -hoy en Huesca y con pasajes por la selección uruguaya- y Valentín Fornaroli -hermano del “Tuna”- como compañeros, Sofía hizo su estreno en baby fútbol con solo siete años y jugó hasta los 13 siempre defendiendo los colores de Ferro Carril de Salto e incluso también la selección de su departamento, siempre jugando con varones.
“Siempre desde chica me gustó la pelota y enfrente a mi casa había un club: Deportivo Artigas. Yo siempre llegaba de la escuela, cruzaba la calle y estaba ahí todo el día jugando con los varones y un día le preguntaron a mis padres si me dejaban jugar. Mi madre dijo que no porque me iban a lastimar, pero mi padre se ve que la convenció y ahí llegué a Ferro Carril y por suerte desde un principio mis compañeros me trataron muy bien, nunca me discriminaron ni nada y ahí jugué todo ese tiempo. Salimos seis años campeones, solo perdimos un año”, recuerda Sofía.
"Siempre había algún insulto desde afuera de algún padre para que me peguen, o que gritaban para qué estaba jugando al fútbol, pero siempre la llevé bien y además yo quería que me traten como uno más porque por algo estaba jugando", sostiene.
"A los 11 jugué en la selección de Salto y jugamos contra selecciones de otros departamentos y ahí nos quedábamos a dormir en los cuarteles militares y yo compartía cuartos con ellos y sin problema. Cuando nos íbamos a bañar pasaban ellos primero y yo esperaba o a veces yo me bañaba primero y eran ellos los que esperaban. Fue muy natural", recuerda Sofía.
Pero al terminarse el baby, Sofía no tenía donde jugar y más allá de hacerlo con sus amigos en el campito, se iba a reencontrar con la pelota siete años después.
“Volví a jugar cuando me fui a vivir a Montevideo y fue a los 21 cuando me fui a estudiar laboratorista dental y me fui a probar a River Plate y había quedado, pero como no conocía nada en ese tiempo de la capital y sentía que quedaba lejos de mi casa, dejé. Al año siguiente me cambié de Facultad y comencé la Licenciatura en Comunicación en la FIC y justo tenía un equipo femenino que jugaba el Campeonato de Interfacultades y ahí me metí”, agrega Sofía desde su Salto natal.
“En el equipo de la facultad se me daba bien. En los tres o cuatro años que estuve en el equipo siempre fui la goleadora y justo se dio que en el último año pudimos salir campeonas”, sostiene.
Pese a que asegura que siempre priorizó el estudio, sus compañeras la convencieron y así llegó el momento de ir a probarse a Racing: luego de eso la historia es conocida.
El buen nivel de Sofía la llevó a cambiar de equipo ya que para la temporada 2021 defenderá la camiseta de Defensor Sporting, pero está a la espera de jugar la final de la Segunda División 2020 con la camiseta del equipo de Sayago, frente a Náutico para saber si además de goleadora, se va como campeona.
Una materia, que ya está cursando, y la tesis, que será sobre el rol de la mujer en el periodismo deportivo, es lo único que la separa de recibirse. Aunque de lo que no se separa es de la pelota, porque además de jugar a nivel de clubes, se ganó un lugar para entrenar con la selección, con la que se ilusiona de ser parte del plantel de cara a la Copa América.
"En diciembre estaba jugando el último partido del año y me enteré que el técnico de la selección había ido a mirarlo. Yo no sabía, me enteré después y a mitad de enero me comunicó la delegada de Racing que me iban a citar a la selección y a la semana por ahí ya estaba entrenando. Estuve dos meses y pese a que se suspendieron los amistosos que íbamos a tener ahora, seguimos porque el técnico nos dijo que está preparando el plantel para la Copa América y obvio que me tengo que ganar el lugar, pero tengo la posibilidad de seguir entrenando", afirmó.
Pese a que aprovechó que se suspendieron los entrenamientos para viajar a Salto, Sofía se mantiene en contacto con su departamento todo lo que puede y en relación al fútbol femenino sostiene: "Ahora por suerte en Salto, hace cuatro o cinco años se ha formado una liga de fútbol femenino y está creciendo mucho. En el tiempo que yo jugaba, no tanto".
Aquella niña a la que dejaban bañarse antes sus compañeros en el baby fútbol, a la que no le daba miedo que desde afuera gritaran que le peguen, le bastó un solo año al más alto nivel del fútbol femenino para demostrar que está para grandes cosas y su ejemplo, para ilusionarse de que el femenino siga creciendo.