EN LIMA

Centro de derecha a izquierda de Walter Gargano, cabezazo de Pablo Ceppelini hacia el medio y aparición del goleador de la Copa Sudamericana, Agustín Álvarez Martínez, para poner a los 7 minutos el 1-0 de Peñarol sobre Sporting Cristal. Mejor inicio imposible. Pero habría más.

A los 18' el que mandó el centro, también de derecha a izquierda, fue Jesús Trindade con la diferencia de que fue de pelota quieta. La peinó el "Canario" Martínez a la altura del punto penal, el balón fue a Facundo Torres y el zurdazo de primera del 10 se convirtió en el 2-0. El aurinegro conseguía así el objetivo primario jugando de visitante que era anotar, pero además lo hizo en forma doble. Y los dos tantos claramente llegaron luego de un análisis del rival.

Después del tanto de la apertura quedó claro que la táctica era meter pelotazos cruzados de derecha a izquierda, porque incluso Carlos Rodríguez lo buscó en otra ocasión antes de que cayera el segundo. Peñarol, ese que en el plano internacional se pone el traje y da una imagen mucho mejor que cuando se pone la ropa de entrecasa, dominó en los primeros 45 minutos el trámite aun teniendo menos la pelota que Sporting Cristal.

Incluso pudo haber anotado un tercero, pero Ceppelini (que organizó muy bien el juego aurinegro) disparó por sobre el travesaño desde la altura del punto penal.

¿Lo negativo? La lesión de Facundo Torres, que debió salir a los 27 minutos y preocupa de cara al partido de vuelta, ya que sufrió una torcedura de tobillo.

Peñarol había cuidado las energías de sus titulares el fin de semana pasado ante Cerro Largo, ocasión en la que el entrenador movió el plantel. Esto le permitió tener un buen despliegue físico en Lima, pero así y todo le costó aguantar el embate del local, que necesitaba achicar la diferencia.

Quedó claro entonces desde el primer minuto del complemento que habría que aguantar y, en ese marco, que Kevin Dawson debía responder cuando lo exigieran. Y el arquero lo hizo. Tapó una, dos, tres pelotas de gol, una de ellas incluso con una doble atajada. Brindó desde el arco la seguridad que el equipo requería y así redondeó el buen juego colectivo.

Cristal nunca bajó los brazos y, con más inquietud que claridad, forzó más atajadas del arquero, logró el descuento a los 89' y cuando parecía que volvía a meterse, Peñarol dio el golpe de gracia. Cristian Olivera (que entró para jugar los últimos seguros junto al debutante Ruben Bentancourt) armó un contraataque por izquierda, habilitó a Canobbio, quien al borde del área giró y encontró a Walter Gargano llegando de frente. El Mota sacudió la derecha y puso el 3-1.

Gol y, lo más importante, Peñarol selló el triunfo y quizás la serie al haber convertido tres tantos y dos de diferencia, lo que obliga al conjunto peruano a anotar tres el próxima miércoles en el Campeón del Siglo, cuando se juegue la vuelta, que tendrá a 5.000 hinchas carboneros en lo que será la vuelta del público al fútbol en Uruguay.

Peñarol dio un paso gigante hacia las semifinales de la Copa Sudamericana, esa en la que anda con paso ganador.