ENTREVISTA
Cuando era niño su abuelo anotaba sus goles en una libretita del almacén; hoy de no tener la misma edad que Suárez y Cavani sería la gran figura de la selección, pero no es algo que le quite el sueño.
Cristhian Stuani lleva el gol en la sangre. Una característica que se le notaba ya de niño, desde que comenzó a jugar a los seis años en el club Atenas de su Tala natal. Por algo, su abuelo, comerciante de profesión, anotaba cada fin de semana sus goles en una de aquellas clásicas libretitas del almacén. Y la llenó con los 520 tantos que marcó su nieto en el baby fútbol. Es que no hubo una temporada en que el pequeño Cristhian no se colgara la medalla de goleador.
Los Stuani son una familia muy unida. Unos años después, su padre lo traía a diario a Montevideo a practicar en las formativas de Danubio donde arrancó a los trece años. Y si tenía escrito al otro día volvía estudiando en el viaje. Lejos estaba aquel muchachito del interior, de soñar con que algún día sería el máximo artillero uruguayo en el exterior, o el segundo goleador extranjero de una temporada en la historia de la Segunda División de España.
Hoy en el domicilio de los Stuani en Tala el dormitorio de Cristhian está intacto. Salvo por el hecho que sus padres, Ricardo y Miriam, le han colgado las camisetas que vistió durante su carrera llena de goles. Y el que más lo disfruta es Constantino, el hijo menor del artillero quien se maravilla cada vez que visita la casa de sus abuelos.
“Es un dato que no deja de ser estadístico, pero es real. Ser el uruguayo con más goles en el mundo esta temporada es un honor. Más que nada porque hay muchos jugadores que están rindiendo a buen nivel por el mundo y estar tan arriba en el goleo me llena de orgullo. No es nada fácil y le doy el valor que merece”, dijo Cristhian desde la hermosa ciudad de Girona donde parece haber encontrado su lugar en el mundo.
“Por suerte, sigo en racha y con una muy buena estadística. Lo importante es que el equipo repuntó y mejoró los números que teníamos antes del confinamiento. Para nosotros era vital ubicarnos en la zona alta de la tabla para pelear el ascenso hasta último momento. Todavía tenemos la chance de los playoffs”, afirmó sobre la situación de su equipo que el viernes derrotó al ya ascendido Cádiz por 2 a 1 con dos goles suyos. El primero tras una gran jugada personal en la que se sacó de arriba al arquero y definió con el arco libre, y el segundo de penal.
La pandemia no lo afectó pero tampoco le resultó fácil
La pandemia no hizo que Cristhian perdiera su capacidad goleadora, pero le resultó algo difícil adaptarse a un fútbol nuevo. “Al principio sentí una gran incertidumbre. Era todo nuevo y el protocolo era tan extenso que cada día te encontrabas con algo nuevo. Nos hacen un test de COVID-19 dos días antes de cada partido. Ya llevamos varios y no es lindo. Pero es lo que nos tocó y hay que asumirlo. España fue muy castigada, hay que echar para adelante con esto”.
Que Stuani juegue en Segunda le da aún más mérito a sus conquistas, las que lo han ubicado en lo más alto entre los jugadores uruguayos en el exterior. “La categoría es mucho más pareja y hay quizás menos espacios y menos oportunidades de gol. Los equipos se cierran y se defienden mucho, más si jugás en un equipo de los llamados a ascender. Los rivales te suelen esperar, especulan y juegan a la defensiva y al contragolpe. Y eso hace que uno tenga menos posibilidades, pero tenemos buenos números de goles. Ojalá podamos conseguir el tan ansiado ascenso”, se ilusionó quien no duda a la hora de explicar su vida de gran definidor.
HAMBRE. “Mi mayor virtud es la constancia. Cuando empieza una temporada nueva, siempre pienso que debe ser la mejor. Me mentalizo para intentar mejorar y eso, la mentalidad, es lo que me hace ser mejor que en el año anterior. Eso es lo que me lleva a tener esos números y ser importante para el equipo. El esfuerzo, las ganas y el hambre. El día en que ya no tenga el hambre de ganar dejaré el fútbol. Es algo que tengo, que traigo de chico: soy competitivo. Y acá nos consideran a los uruguayos con ese gen, con ese hambre. Nos tienen con esa chapa en el extranjero y nos reconocen por ser tan competitivos. La idea es seguir con esa mentalidad hasta que el cuerpo diga”.
Cuando Girona descendió en la temporada pasada, Stuani tuvo oportunidades de salir del club. Pero no lo hizo. “Acá he encontrado el equilibrio en todo. Puse todas las cosas en la balanza y tomé la decisión de quedarme.Tuve posibilidades de emprender oro camino y con realidades deportivas muy buenas, pero decidí quedarme acá. Era lo que yo quería: estoy donde quiero estar. Me quedé para pelear por un desafío que no era nada fácil. El club hizo una apuesta por mí, se portaron muy bien siempre conmigo. Yo también aposté por ellos, por el proyecto del club: es como que vamos de la mano. Estamos muy cómodos acá con mi familia y queremos estar mucho tiempo. Ojalá podamos ascender para seguir disfrutando de este club, de LaLiga española, de esta ciudad y sobre todo del fútbol”, explicó y no dudó en reconocer que vivir en una ciudad tan hermosa es un privilegio.
“Acá tenés todo: buen clima, el mismo idioma y kilómetros y kilómetros de costa. Paisajes fabulosos y en invierno montañas y nieve a una hora. Para donde mires hay cosas para hacer. Geográficamente es un lugar privilegiado. Además de la gastronomía, la comida mediterránea donde abunda la paella y los mariscos. La calidad de vida es espectacular en Girona”, admitió quien en épocas anteriores a la pandemia recibía constantemente el cariño de los aficionados.
“En este tiempo no me he movido casi, pero normalmente si ando por la ciudad la gente me reconoce al momento y me demuestran el aprecio y el cariño que me tienen. Sobre todo los niños que están muy contentos conmigo, y eso que me transmiten con su inocencia es muy, muy lindo. Es algo que también me enorgullece porque no es fácil resaltar en tan corto tiempo y la gente me lo agradece porque ellos también lo disfrutan”.
Josefina y los 13 años en el viejo continente
Cuando Cristhian y Ximena hicieron las valijas por primera vez para viajar a Italia, que fue la primera escala del goleador en Europa, Josefina, tenía seis meses. Hoy tiene 13 años y es la que marca el tiempo que la familia lleva en el viejo continente. Luego, en España nació Constantino, que ya tiene seis. “Ha sido una carrera preciosa. Siempre le digo a los jóvenes que es muy difícil llegar a Europa, pero mucho más es mantenerse. Hay que esforzarse para estar acá muchos años”.
COMPETENCIA. Stuani debutó en la selección uruguaya en noviembre de 2012, cuando entró en un amistoso frente a Polonia en lugar de Luis Suárez. Lleva ocho años en el equipo de Tabárez y concurrió a dos mundiales: Brasil y Rusia. Con su capacidad goleadora, el delantero de Tala sería el gran ídolo celeste de no ser porque tiene la misma edad que Luis Suárez y Edinson Cavani. Pero no es algo que le quite el sueño.
“Las cosas por algo pasan. Seguramente, tendría otro protagonismo o más oportunidades. Pero también soy un privilegiado de ser parte de una selección en la que están ellos dos y vivir experiencias junto a ellos, dos de los delanteros más importantes del mundo. Y la selección es de lo más lindo que me ha pasado en mi carrera”, dijo con humildad a pesar de que los ha superado a ambos en goles jugando en Europa. Y no es la primera vez.
Cristhian conoció personalmente a Darwin Nuñez cuando Girona se enfrentó a Almería. “Estuvimos hablamos un poco. Es un chico que tiene presente y futuro. Está en pleno crecimiento. Es su primer año en Europa y lo está haciendo muy bien. Le dije que siguiera así. Tiene hambre y muchas ganas de crecer. Es la savia nueva para la selección y es importante que sigan apareciendo muchachos jóvenes con tanta hambre”.
Las Eliminatorias son complicadas por la logística
Stuani es consciente que volver a jugar la Eliminatoria va a ser complicado por la logística y los desplazamientos. “Acá, por ejemplo, LaLiga nos pone aviones privados para ir a jugar a otra ciudad. No tenemos casi contacto con nadie en los aeropuertos y vamos en dos ómnibus para mantener la distancia con los compañeros. Me imagino organizar todo eso para una Eliminatoria y me parece difícil porque estamos todos dispersos. Y hay lugares que siguen muy complicados”.