HERENCIA DIVINA

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Los que lleguen a Primera División, no pasarán desapercibidos. Sus apellidos los delatarán. También, en algunos casos, sus parecidos físicos o los gestos dentro de la cancha. Es que en nuestro fútbol y en el exterior, hay hijos de distintos futbolistas que ya van haciendo sus primeras armas en esta profesión. Con nombre propio, buscan su lugar y construir su camino como en su momento lo hicieron Diego Forlán, Paolo Montero, Jorge Goncalvez, Gustavo Matosas y tantos otros.

Hoy en la máxima categoría hay nombres de sobra: Agustín Canobbio en Peñarol (hijo de Osvaldo), Giovanni González (Juanchi) en Mallorca y Nicolás Lugano (Diego) en Sud América, por nombrar algunos casos. ¿Pero quiénes son hoy los que se aprontan en juveniles?

Comencemos por los equipos grandes. Nacional tiene hoy un solo caso en esa condición: Jeremías Recoba. El hijo del Chino pasó por las categorías menores de Danubio y desde este año defiende al Bolso en la Tercera División que ahora dirige su padre. 

Quienes lo conocen lo definen como un volante ofensivo con una muy buena pegada. Eso sí, a diferencia de su padre, la derecha es su pierna hábil.

En Peñarol actualmente no hay futbolistas con un vínculo parental en la profesión. Estaba el volante Favio O’Neill, hijo de Fabián, que pasó ahora a Wanderers y Facundo Cedrés, de Gabriel, que se encuentra actualmente en Deportivo Maldonado.

Ovación constató y consiguió imágenes con fuentes cercanas a Luis Suárez que su hijo Benjamín, con pasado en la escuelita del Barcelona, ya está fichado por las categorías menores del Atlético de Madrid.

El niño, nacido en Inglaterra en el año 2013, está en lo que en España llaman la categoría Pre-Benjamín. Al igual que su padre, juega de delantero y luce el mismo número de camiseta (9) que el Pistolero en el equipo principal Colchonero.

Es zurdo, pero tiene el mismo hambre de gol que Lucho: se mueve por todo el frente de ataque y no da ninguna pelota por perdida, contaron a Ovación. Siempre tiene el arco entre ceja y ceja.

En las fotos, ya se ven algunas similitudes con su padre como por ejemplo cómo posiciona el cuerpo a la hora de correr.

El dicho “de tal palo, tal astilla”, encaja a la perfección en estas dos familias. Es que los hijos de Sebastián Abreu y Diego Lugano, amigos y súper compinches desde sus épocas de selección, juegan todos al fútbol.

Arranquemos por el Loco y el caso de sus tres varones. Primero está Diego, delantero de 18 años y físico casi idéntico al de su padre: flaco, alto, espigado. Juega en Defensor Sporting (en juveniles hizo más de 100 goles), ya firmó contrato profesional y ahora se recupera de una lesión de rodilla. Defiende a las selecciones de México, país donde nació, y Uruguay en las categorías juveniles. En mayores deberá decidirse por una.

Luego están los casos de los gemelos Franco y Facundo o “los repetidos”, como prefiere llamarlos el Loco. Ambos son categoría 2008, se formaron en Carrasco Polo y este año arrancarán en la Séptima de Montevideo City Torque. Franco juega de centrodelantero como su padre y su hermano y Facundo se desempeña como volante ofensivo.

En lo que tiene que ver con la Tota, sus dos hijos varones también tienen la pelota en la cabeza todo el día. Nicolás, formado en Defensor Sporting y tras un pasaje por el fútbol de México, jugará esta temporada en Sud América que disputará el torneo de Segunda División. Será su estreno en un plantel principal en el fútbol uruguayo. “Dicen que soy mi padre con unos centímetros menos”, confió a Ovación un mes atrás cuando se confirmó su llegada. El parecido físico entre ambos está a la vista. Juega como lateral derecho y al igual que otros de estos chicos, también se formó en las escuelitas donde estuvieron sus padres: PSG y West Bromwich, en este caso. Se destaca por su despliegue físico.

Luego está Thiago que a partir de este año integrará el plante Sub 16 de Montevideo City Torque. “Es zurdo y volante interior. Muy técnico. Es el Lugano que se avivó”, bromeó Nicolás.

Alfonso Montero no necesita más que presentar la cédula para mostrar que por sus venas solo corre fútbol. El hijo de Paolo y nieto de Julio, también está iniciando su camino en el mundo de la pelota.

Se desempeña como zaguero en la Sub 15 de Defensor Sporting. “Es un jugador técnicamente muy bueno, pero además cuenta con una gran personalidad”, indicó Fernando Fadeuille, Director Deportivo del conjunto violeta.

Si en el futuro el fútbol lo encuentra en la máxima categoría, podrá repetir lo hecho por Diego Forlán. Cachavacha jugó profesionalmente al igual que su padre (Pablo) y su abuelo (Juan Carlos Corazo).

Además de Diego Abreu y Alfonso Montero, o incluso Nicolás Lugano que también se formó en Defensor, el Tuerto cuenta todavía con más jugadores hijos de futbolistas profesionales.

Lautaro Navarro (hijo del Chino) es uno de los goleadores de la Sub 14, Xavier Biscayzacú (del Grillo) es un volante ofensivo de la Sub 17 que al igual que el hijo mayor de Abreu defiende a la selección de México y ya fue convocado por Uruguay, Renzo Fadeuille (de Fernando) es zaguero en la Sub 15 donde también es compañero de Juan Fleurquin (de Andrés), Francisco Sorondo (de Gonzalo) es volante en la Sub 14, Leonardo Machado (de Fernando) es mediocampista en la Sub 13, Franco Recoba (de Fabián, hermano del Chino) es volante en Sub 19, Fabricio Leal (de Nicanor) y Agustín Pérez (de Maxi) se desempeñan como extrema y volante ofensivo respectivamente en la Sub 16. También está Tomás Shaw, hijo del basquetbolista Sebastián.

“Es una buena señal al margen de que muchos hayan jugado en el club, que confíen en este lugar para sus hijos. Saben que acá hay proyección y trabajo”, indicó Fadeuille.