Enviado a Miami - Estados Unidos
Hoy el Inter Miami es un club mundial. Niños, adolescentes y adultos son hinchas de se club que apenas tiene seis años de existencia en gran parte porque está Lionel Messi. Se puede percibir claramente en las afueras del Chase Stadium, un escenario totalmente prefabricado, con capacidad para 21.500 espectadores, ubicado junto a un pequeño aeropuerto y que llama la atención por su estructura y por las curiosidades que aportan los fanáticos de Las Garzas.

Es un partido de MLS contra el último campeón -Columbus Crew-, se juega entre semana y falta una hora para el inicio. Varios grupos de hinchas están reunidos en las afueras, comen y toman bebidas juntos mientras los niños tienen varias opciones con juegos interactivos de las empresas que patrocinan al club y que marcan la diversión de los más pequeños. No hay ningún motivo para aburrirse porque los juegos son variados y de todo lo que se puedan imaginar. Si un hincha quiere entrar temprano, dentro del escenario hay música, lugares de comida que dan a la cancha y la tienda oficial.

Foto: Mateo Vázquez

Ocho de cada 10 camisetas en las afueras son rosadas o negras de Messi, y las restantes casi que todas de Luis Suárez. En los más de 60 minutos que demoró la recorrida de Ovación, no se vio otra camiseta que tuviera un nombre distinto en la espalda. A lo sumo algunas sin ninguna identificación.

Todo es show. Cuando se presenta al equipo, cuando se hace un gol, cuando hay una situación clara de gol o una atajada. En muchas oportunidades hay fuegos artificiales, humo blanco y los hinchas empiezan a golpear el piso con sus piernas generando un ruido ensordecedor. Entre las decenas de nacionalidades que hay en los partidos del Inter, muchos son uruguayos y argentinos que hace años están radicados en Miami. Son los que llevan los bombos y los que cantan temas rioplatenses, y hasta se acuerdan del “clásico” rival: el Orlando.

Foto: Mateo Vázquez

“Familiero” es la palabra que más se repite. Aprovechan el partido para encontrarse, hablar en las afueras y compartir un momento. Como Mauricio y Lara, dos hermanos uruguayos que hace más de dos décadas que viven en la Florida. “Una vez que llegó Suárez empezaron a verse banderas de Uruguay y camisetas de Nacional, de la selección y cosas relacionadas a él. Nosotros ya veníamos antes que él llegara, pero nos da un argumento más para estar acá”, comenta Mauricio, que forma parte de uno de los cinco grupos -Vice City 1896- que componen “La Familia”, como se hace llamar la hinchada del Inter Miami.

“Quisimos traer de Sudamérica las tradiciones de nuestro fútbol, aunque cumpliendo las reglas de este país” dice Néstor, un argentino que forma parte del mismo grupo que los uruguayos. Todos coinciden en que la llegada de Messi, y también de Suárez y las otras figuras, revolucionó a toda la MLS.