Mil y un minutos. Más de 11 partidos sin recibir goles, casi 17 horas con la valla invicta. Nada mal para un futbolista que empezó como volante derecho y también le gustaba jugar de nueve. Seguro aquel Carlos Techera de 16 años, que llegó al arco por falta de uno en su arribo a Uruguay Montevideo y con la única experiencia de ponerse los guantes el club del barrio (La Chala) en el que jugaba con sus amigos, ni se imaginaba que a sus 31 años iba a batir un récord histórico a nivel personal. Nada más ni nada menos que el registro que había dejado vigente el ex-Peñarol Ladislao Mazurkiewicz (987’), el arquero con más vallas invictas hasta el pasado sábado 29 de julio de 2023.
Lo logró en el mismo club del que es hincha, en el que empezó el sueño y lo conocen desde que usaba pañales. “No había golero, me puse los guantes y ahí empezó toda esta locura, que hoy es un pasión. Empecé atajando con los pies y hasta ahora me mando alguna locura, encajo algún borde interno”, confiesa Techera, que no dejó de chivear ni cuando su récord estaba en peligro el pasado sábado en la victoria 2-1 ante Progreso.
Pero antes de romper un récord que estuvo vigente 55 años, Techera pasó de Uruguay Montevideo a la Cuarta de Racing y en un mes llegó a Primera. Alternaba la titularidad pero pasó más de un año sin firmar contrato, así que dejó el fútbol por necesidad y empezó a trabajar en una fábrica de pastas. El receso fue corto porque al tiempo regresó a La Celestina y dividía su tiempo para ambas tareas.
“Trabajé en una fábrica de pastas, entraba los congelados, separaba los ravioles”, recuerda Techera, que era el “ché pibe”. Luego pasó a un montacargas, a manejar los elevadores. Vivía contrarreloj corriendo para llegar a las prácticas y cuando no le daba entrenaba en solitario. Aquello sirvió porque llegó a “tocar el cielo con la manos” cuando atajo ante Boca Juniors. En ese momento se ubicaba bajo los tres palos del Wanderers de Alfredo Arias.
En el medio jugó en Villa Teresa (en la “B”) en lo que pensó era “su última bala”. El arquero titular se fue, se ganó el puesto y perdió la final del ascenso contra Rampla. Jugó seis meses más y desembarcó en el Bohemio para jugar Copa Libertadores, en la que debutó con Boca.
“El estadio estaba lleno. No me entraba ni un vaso de agua. Perdimos 3-0 en el Estadio Centenario”, recuerda Techera de su primer partido internacional. “Me hicieron un gol a los 9’12’’, Jonathan Calleri de cabeza. Picó la pelota y yo me tiré de onda, la pelota pegó en el techo del arco. Ahí dije ‘muchacho, acá me como cinco’”. “Toqué el cielo con las manos en ese momento”, sostiene el arquero. Luego se fue a préstamo a Villa Española porque “no iba a jugar mucho”. Subieron a la “A”, aunque a la siguiente temporada volvieron a la “B”, Techera se fue a Progreso y allí logró su tercer ascenso.
Llegó el arco de Cerro, jugó Sudamericana, pero también sufrió goles como el de arco a arco de Washington Aguerre (hoy en Querétaro). Hizo un regreso exprés a Villa Teresa y luego retornó al origen: desde hace tres años está en Uruguay Montevideo, que está a dos puntos del líder de la “B”, que es Miramar Misiones.
“No queremos que se vaya nadie pero ahora en este parate puede salir alguno, incluso yo. Esto de la valla no se va repetir, si pasaron 55 años del último”, dice Techera, que tres partidos atrás empezó con la ansiedad de tener la marca en mira. “Tuve muchas llamadas, la psicóloga no tenía lugar y lo tuve que hablar con el DT, Joaquín (Boghossian). Es un señor técnico y señor persona, ahí me descargué y lo llevé mejor”, recuerda de la previa al gran logro.
En el momento que el juez pitó el final Techera estaba en el piso, escaneando las tribunas en busca de su pareja. “Cuando la vi le hice el gesto de: ‘Ya está’” (el récord), declara el arquero, que confiesa que se le cayeron algunas lágrimas y que por eso se tapó la cara con la camiseta. Ahí empezó el festejo. “Lo lograste”, me gritaban.
Pero no todo fueron felicitaciones. “Pueden debatir lo que quieran, pero yo sé que en la historia del fútbol uruguayo está mi nombre y el de Uruguay Montevideo”, expresa el golero luego de recibir muchos insultos por arrebatarle el récord a Mazurkiewicz.
“Me decían que deje de hacerme el vivo, que juego en la ‘B’. Sé quién soy y qué logré”, dice. Y continúa: “Es fútbol profesional. Les duele porque se lo quité a un arquero de un cuadro grande, sino no se generaba tanto debate”.
El guardián del arco menos vencido recibió muchos mensajes, destacó el del Gallego Ferro y dice que “se muere” si le llega uno de Sergio Rochet, uno de los arqueros que dejó atrás. No sigue arqueros internacionales dice mientras lleva a su hijo Lautaro (7 años) a la escuela. Para él y para su esposa, que "estuvo siempre al firme", va este récord. Carlos Techera ahora es historia.
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