FÚTBOL INTERNACIONAL
El brasileño gana 40 millones de euros por año y si se va a otro club los parisinos lo compensarán
De niño mimado de París a un despido bien pagado pero poco honorable: así fue la peripecia de Neymar en el PSG. Los fuegos de artificio, el marketing, incluso los millones gastados no sirvieron para que el club de capitales cataríes alcanzara la gloria planificada de conquistar la Champions League.
Por eso, el delantero brasileño fue puesto sin mucho disimulo en el mercado, más allá de que sigue siendo un “producto” de lujo, al alcance de pocas instituciones en el mundo. Si bien Santos le abre las puertas y Barcelona sueña con recuperarlo, lo más probable es que termine en algún equipo de la Premier League.
Hay un asunto complicado: su contrato hace poco se renovó automáticamente hasta 2027 y le asegura ingresos de 40 millones de euros netos anuales por sueldos y patrocinios, que en buena medida provienen de empresas vinculadas a Qatar. Pero el PSG tiene tantas ganas de sacarse de encima a Neymar como dinero disponible, por lo cual está dispuesto a abonar la diferencia del salario que vaya a percibir en su nuevo club hasta llegar a esos 40 millones.
El novelón empezó en el verano de 2017, cuando sorpresivamente el PSG pagó 222 millones de euros al Barcelona por la cláusula de rescisión de Neymar. En el Barça, el brasileño se sentía demasiado opacado por Messi y se marchó buscando ser el primer actor de su nuevo equipo, pensando en la conquista del Balón de Oro.
También el PSG tenía sueños de grandeza. Su presidente Nasser Al-Khelaïfi decidió que todo el proyecto del club debía girar alrededor de Neymar, por lo cual la política fue decirle siempre que sí.
Sin embargo, Neymar quiso convertirse en el futbolista número uno del mundo viviendo la vida de un adolescente de vacaciones: fiestas con amigos y amigas, trasnochadas, viajes frecuentes a Brasil, además de un entrenamiento liviano y sin complicaciones. Si bien en la cancha demostró compromiso, sus lesiones fueron frecuentes.
PSG igual alcanzó una final de la Champions en 2020 pero la perdió ante el Bayern.
El club parisino redobló la apuesta con sus petrodólares y contrató a Messi. Sin embargo, en los cuartos de final de la última Champions chocó contra la mística, la gloria conquistada y no comprada del Real Madrid. Desde ese día, puertas adentro del PSG, muchas cosas empezaron a cambiar.
Además, en la cancha siguió ganando espacio Kylian Mbappé, a quienes muchos ven el mejor futbolista del mundo a corto plazo. Real Madrid se lo quiso llevar, el jugador parecía de acuerdo, pero PSG movió cielo y tierra para retenerlo. Apeló incluso a altas influencias políticas. Finalmente, Mbappé aceptó quedarse, pero además de un salario monumental reclamó convertirse en el jefe del equipo. Y como tal, dice la prensa europea, exigió que se fuera Neymar por “poco profesional” (pese a que hasta hace poco se decía eran compinches).
Hace algunos días, un representante del club le avisó al padre de Neymar para comunicarle que querían buscarle una salida. ¿Fin de la historia? En los novelones, en realidad, nunca se sabe qué pasará.
Mbappé es el nuevo patrón del PSG
El nuevo patrón indiscutido del PSG es Kylian Mbappé, más allá de la presencia de Lionel Messi en el plantel. La renovación del contrato le asegura al delantero francés un salario neto anual de casi 50 millones de euros, lo cual le implica al club el desembolso de unos 110 millones por año, pues en Francia el impuesto sobre los salarios altos llega al 55,6%.
Pero hay más: el PSG le garantiza a Mbappé casi todos los ingresos por derechos de imagen, lo cual significa ingresos adicionales por cifras quizás más altas que el propio sueldo. El jugador incluso tendrá la última palabra sobre las marcas que patrocinarán al equipo.
El tema de los derechos de imagen fue decisivo en la caída de su pase al Real Madrid, pues el club español no estaba dispuesto a cederle tanto. Allí la política es poner a la institución por delante de los jugadores, por lo cual lo habitual es que ceda hasta el 50% de los derechos de imagen, aunque con Cristiano Ronaldo se hizo una excepción y se le dio el 60%.
Los consejeros de Mbappé le advirtieron el potencial de ese rubro y el jugador tiene roces con la Federación Francesa justamente por eso.
Además de todas esas prerrogativas económicas, Mbappé cuenta ahora con voz y voto sobre decisiones deportivas: puede aprobar o desaprobar la contratación de un entrenador o de jugadores.
Según varios medios europeos, ya aplica ese privilegio. Su primera acción fue pedir la contratación del portugués Luis Campos (a quien conoció en el Mónaco) como director deportivo en lugar del brasileño Leonardo, que estaba en el PSG desde hace años. Y entre ambos están analizando la situación del plantel. El diario L’Equipe asegura que se irán 10 jugadores. Neymar será uno de ellos.