Redacción El País
A fines de enero de 2024 una tragedia sacudió al departamento de Salto y llegó a cada rincón de Uruguay. Guadalupe, de 17 años, murió calcinada en un accidente de tránsito en el que viajaba con sus padres, que fallecieron días después, y su hermano, Genaro Cabrera, fue el único sobreviviente.

"Tiene un poder mágico que todo lo que lo pasa lo revierte y tiene una capacidad de resiliencia que hoy está bailando y en su casa", dijo Beatriz Manaro, la cirujana que trató al niño desde el primer día en declaraciones a Telemundo.

"La recuperación es muy grande, él sabe que las secuelas las tiene que trabajar. Va a ser un período de años de usar prendas, tratar de que no se generen secuelas de las quemaduras y tratar de que el niño se recupere de todo punto de vista: psicológico, emocional y físico. Lo va a lograr, eso seguro", afirmó la profesional sobre el niño que tendrá que usar un traje como segunda piel y ya superó 14 cirugías.

En los cinco meses en los que estuvo internado en el Pereira Rossell, la cirujana pudo conocer bien a Genaro y enseguida supo de sus sentimientos por Peñarol. "Tiene pasión por Peñarol y eso lo estimula", dijo Manaro.

El club aurinegro quedó al tanto de la situación y confirmaron que lo llevarán al Campeón del Siglo y a Los Aromos. "¡Te esperamos, Genaro!", escribieron desde la cuenta oficial del mirasol junto a un fragmento de la entrevista.

“Cuando lo vi por primera vez a los ojos pensé: ¿Cómo puede ser tan valiente?”, dice entre lágrimas al otro lado del teléfono la amazona paralímpica Alfonsina Maldonado. Su emoción tiene nombre y apellido: Genaro Cabrera. El niño de 7 años, que perdió a toda su familia en un siniestro de tránsito en enero de este año, volvió este jueves a su hogar, en Salto, acompañado de su nueva “tía” de la vida.

A raíz del accidente, Genaro quedó con el 70% del cuerpo quemado y por ello fue derivado al Hospital Pereira Rossell donde pasó por un “largo y doloroso” proceso de recuperación, que incluyó varias intervenciones quirúrgicas, entre ellas una inédita en Uruguay.

“Es importantísimo destacar el trabajo de todo el personal médico del hospital, que lo cuidó muchísimo. Especialmente la cirujana plástica Beatriz Manaro que literalmente hizo magia”, detalla Maldonado desde Salto, a donde viajó a pedido del niño para vivir con él el gran momento de volver a casa.