EL IMPACTO MUNDIAL
Los clubes fundadores, la forma de disputa del torneo, el dinero que se estima repartir, los rechazos de clubes de peso y las advertencias de FIFA y UEFA.
Doce clubes se unieron a la iniciativa de crear un torneo que sea manejado por ellos mismos y por fuera de las competiciones que están bajo la órbita de los organismos que rigen en el fútbol profesional.
Los clubes fundadores de la Superliga Europea son Arsenal, Atlético de Madrid, Barcelona, Chelsea, Inter de Milán, Juventus, Liverpool, Manchester City, Manchester United, Milan, Real Madrid y Tottenham Hotspur.
El principal argumento esgrimido por los impulsores de esta iniciativa es el económico. Siguiendo las palabras entregadas por Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, la pandemia del coronavirus generó una pérdida de ingresos del orden de los 5.000 millones de euros, lo que provocó una "inestabilidad económica" en los equipos.
Los 12 clubes pretenden recibir el apoyo de otras instituciones para poder completar en primer lugar el cuadro de 15 instituciones fundadoras y luego entregar cinco cupos más para un torneo que se disputará anualmente entre 20 instituciones.
PSG de Francia, Borussia Dortmund y Bayern Múnich de Alemania fueron en primera instancia los tres clubes que se buscaron como socios fundadores, pero su respuesta fue negativa. Ajax de Países Bajos, finalista de la Liga de Europa 2016-2017 y con un extenso palmarés de logros deportivos, no apareció entre las instituciones sugeridas en primer lugar como factible equipo fundador.
El gobierno
La propia Superliga informó que el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, presidirá a la organización, quien será secundado por el titular de Juventus, Andrea Agnelli, y por el dueño del Manchester United, Joel Glazer.
La Superliga será gobernada por los 15 clubes, los que nunca perderán su posición en la competencia y en la dirección del torneo profesional.
El campeonato
El torneo que se prevé jugar desde agosto próximo hasta mayo, aunque podría retrasarse un año, está creado para 20 equipos.
Los 15 elencos fundadores y otras cinco instituciones adicionales que deberán disputar fase de clasificación para intervenir el torneo. A esa fase de clasificación se llegará en función de lo que logren en sus ligas locales. No se informó los criterios específicos para llegar a la Superliga.
Los 20 clubes se dividirán en dos series de diez y por clasificación en sus zonas ingresarán a una fase eliminatoria. Los tres primeros de cada llave son los irán a la siguiente etapa, los cuartos y quintos jugarán una nueva instancia de eliminación directa para meterse en los cuartos de final. Todos estos cotejos se realizarán bajo el sistema de ida y vuelta. La final del torneo se disputará en el mes de mayo y en suelo neutral.
El dinero
El primer reparto de los euros se realizará entre los 15 clubes fundadores. Por ingresar a la Superliga se repartirán entre ellos unos 3.500 millones de euros para planes de infraestructura y para compensar el impacto de la pandemia. A cada uno le tocará unos 233 millones de euros.
Las estimaciones de ingresos mínimos que se realizan tendrá cada club fundador por temporada son de unos 240 millones de euros.
A esa cifra hay que agregarle luego el reparto de los premios. El 32,5% de los premios se repartirán a partes iguales entre los 15 clubes fundadores. El otro 32,5% entre los veinte clubes que conformen la Superliga en cada temporada; un 20% será repartido teniendo en cuenta la clasificación y el 15% restante servirá para la publicidad y el marketing del propio torneo.
Los ingresos por televisión se estiman en unos 4.000 millones de euros, de ellos 264 irían destinados a la devolución de la financiación de los inversores durante 23 años. Es decir, superarían en total los 7.000 millones de euros por temporada..
Las negativas del PSG y del Bayern Múnich
PSG y Bayern Múnich, oficialmente, expusieron su negativa a formar parte de la Superliga por considerar que el torneo no puede estar limitado a un número concreto de clubes muy ricos y dejar de lado el espíritu competitivo de la Champions League.
El CEO del Bayern de Múnich, Karl-Heinz Rummenigge, reiteró su apoyo a la UEFA y a la FIFA y levantó el pulgar a las reformas que se aplicarán a la Champions League, porque creen que “es el paso adecuado para el desarrollo del fútbol europeo".
El presidente Herbert Hainer dijo: “Nuestros socios y aficionados rechazan una Superliga. Como FC Bayern, nuestro deseo y nuestro objetivo es que los clubes europeos vivan esta maravillosa y emocionante competición de la Champions League y la desarrollen junto con la UEFA. El FC Bayern dice no a la Superliga”.
Sin perjuicio de ello, el sitio web The Athletic explicó que el presidente del PSG, Nasser Al-Khelaïfi, forma parte del Comité Ejecutivo de la UEFA y de la ECA, por lo que no era una buena decisión traicionar la confianza de Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA.
Además, Al-Khelaïfi también lidera BeIN Media Group y posee los derechos televisivos de la UEFA Champions League. Una competición que vería devaluado su producto de asentarse la Superliga europea.
Las amenazas de FIFA y UEFA
El presidente de la UEFA, Alexander Ceferin, lanzó de forma directa su advertencia: “No vamos a permitir este cambio. Los jugadores que participen en esta liga cerrada no podrán jugar con sus selecciones”. Y agregó, además, que ya se pusieron en contacto con las grandes Ligas europeas para aislar de alguna manera a los 12 clubes rebeldes”.
Al momento de anunciar los cambios que se vienen en la Champions League, Ceferin dijo: “Todos los clubes se clasifican por méritos, no como si fuera una tienda cerrada. Jugar en la Champions depende de resultados en el césped. El fútbol tiene que estar unido ante esta desgracia tras la postura de unos clubes con intereses particulares. El mundo del fútbol está unido, los gobiernos están unidos, la sociedad está unida. Estamos de acuerdo en que la Superliga es un proyecto sin sentido. FA, La Liga, Serie A, FIFA, la FEF, Premier... todos están en contra de estos cínicos planes. No vamos a permitir este cambio. Los jugadores que participen en esta liga cerrada no podrán jugar con sus selecciones”.
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, respaldó a la UEFA en su oposición a la Superliga europea privada fundada por doce grandes clubes disidentes, que según el dirigente de la Federación Internacional de Fútbol "deberán afrontar las consecuencias" si persisten en su proyecto.
Infantino fue claro desde el principio al afirmar que no existe "ni la menor duda" de que la FIFA "desaprueba con firmeza" el proyecto de la Superliga europea anunciado el lunes por doce grandes clubes.
Considera esa nueva competición "un club cerrado" y "disidente de las instituciones existentes", algo que deberá hacer que las formaciones tengan que "afrontar las consecuencias" de su ruptura si persisten en ella.
"O estás dentro, o estás fuera. No puedes estar mitad dentro y mitad fuera", añadió, agitando de nuevo la amenaza de la exclusión de los clubes impulsores de la Superliga europea y de sus jugadores de todas las competiciones nacionales e internacionales, sin citar sin embargo medidas concretas.