Redacción El País
El regreso de Antonio Pacheco al Estadio Campeón del Siglo del pasado sábado, con motivo del duelo entre Peñarol y Wanderers (1-0, gol de Leo Fernández) generó todo tipo de repercusiones por la magnitud de lo que representa la figura del Tony en el mundo Mirasol.

Fue una tarde - noche particular para el novel entrenador, pues pasó de todo: desde los reconocimientos que recibió de parte de los hinchas aurinegros al cruce polémico con el presidente Ignacio Ruglio. Si bien el titular de Peñarol buscó bajarle el perfil, claramente era imposible. Algo había pasado por lo que el Tony le negó el abrazo.

"En realidad lo que pasó calculo yo que no fue nada, lo que pasa que en este caso se vio. Yo me había cruzado con él (Ruglio) tiempo atrás y él no me había saludado en un lugar público, donde yo estaba con mi familia. No me saludó. ¿Por qué yo lo tengo que saludar ahí?", explicó Pacheco en el programa La Oral Deportiva de radio Universal.

"Si me saludás bien, y si no, no pasa nada, pero, o me saludás en todos los lados o no me saludes", profundizó el actual entrenador de los Bohemios. A su vez, Pacheco negó que existiera algún tipo de recelo por haberse preparado para ser gerente deportivo y que Ruglio nunca lo haya considerado para trabajar en Peñarol. "Es así, yo estaba con mi familia, comiendo en un lugar de comidas, él entró, no me saludó, entonces ¿por qué yo lo tengo que saludar el otro día? O me saludás siempre o no me saludás", cerró.

En su primera experiencia como entrenador profesional en el equipo que le dio lugar cuando no lo quisieron en Peñarol, Pacheco lleva ocho partidos al frente del equipo, con tres triunfos, un empate y cuatro derrotas. Los albinegros han mostrado una ligera evolución en su juego en los últimos encuentros, aunque todavía le falta una mayor regularidad. Además, han sufrido bajas por varios meses, como la del argentino Francisco Cerro y la del lateral derecho Sebastián Figueredo.