ENTREVISTA
"Tuve miedo cuando me dijeron que tenía cáncer. Es una enfermedad silenciosa. Te asustás", afirmó el arquero que juega en Everton.
Franco Torgnascioli es un arquero uruguayo nacido en Salto, de 31 años. Se formó en Danubio, donde debutó en Primera División y fue campeón uruguayo en 2014, y luego tuvo pasajes por Boston River, Pachuca, Mineros de Zacatecas (México), Lorca de España y Everton de Chile, que actualmente es su equipo.
Después de ser titular durante toda la temporada 2021, jugando en buen nivel 32 partidos de la Primera División de Chile, todo cambió para Franco en diciembre de ese año.
“A mí me empezó una mínima molestia la semana antes del último partido del campeonato. Jugamos el 5 de diciembre. No sabía distinguir si era pubalgia o si era algo en el testículo. Posterior a ese partido sentí una molestia fuerte en esa zona y llamé al doctor. Me dijo que podía ser una vena inflamada, pero me agregó que si me seguía molestando, que consultara al urólogo; tratamos de sacar fecha pero yo el lunes viajaba a Uruguay porque empezaban las vacaciones. Lo dejamos para la vuelta ya que pensábamos que no era nada grave”, cuenta el arquero uruguayo que en su momento fue pretendido por Peñarol cuando Leonardo Ramos era el DT.
“Un viernes de diciembre fui a cenar con mi señora, mi hermano y su señora, y ahí sentí un dolor fuerte en el testículo y se me inflamó casi al doble. Me asusté. Ya en Salto fui a emergencias y en la ecografía ya el que me la hizo me dijo que tenía un tumor en el testículo. El doctor me dijo que me tenía que operar de urgencia y a los dos días ya me estaban operando”, le dice a Ovación.
Con un dejo de acento del interior, y con mucha amabilidad, Torgnascioli habla de su repentina historia con naturalidad: “Pasé las fiestas en Uruguay y me vine para Chile. Ya hace siete años que me fui de Uruguay, no tenía cobertura médica, la cobertura la tengo acá en Chile. Me operaron en el hospital de Salto, donde me trataron muy bien, y me vine a hacer la quimioterapia a Chile, pero no la podés empezar rápido porque tenés que ver la patología del tumor para saber si hacer quimio, si no, de qué estilo y cuantas sesiones”.
Enero y parte de febrero Franco lo pasó en los sanatorios realizándose la quimioterapia. “Fue todo rapidísimo, en un abrir y cerrar de ojos ya estaba entrenando. De hecho esperaba que fuera más largo porque el doctor me había dicho que después de la quimio iba a estar tres semanas para poder arrancar, pero como fui y todos los resultados estaban bien, mis defensas, porque te baja mucho el sistema inmune, los glóbulos blancos y todo eso, salió todo bien y me permitió atajar, haciendo vida normal, sin ninguna contraindicación”.
El lunes Franco publicó en sus redes sociales: “Hoy es un día muy especial. Después de un tiempo alejado de las canchas volví a los entrenamientos. Gracias a todos quienes se dieron el tiempo y me llenaron de energía para enfrentar este proceso. Feliz de volver a mi Everton querido” junto a una foto con una sonrisa inmensa.
Hoy es un día muy especial. Después de un tiempo alejado de las canchas volví a los entrenamientos.
Gracias a todos quienes se dieron el tiempo y me llenaron de energía para enfrentar este proceso. Feliz de volver a mi Everton querido. pic.twitter.com/0kKnRgKz5o
— Franco Torgnascioli (@francotorgna1) March 7, 2022
“Hace dos días empecé a entrenar y me duele todo, pero es normal, je. Típico de entrenar después de tres meses sin hacerlo. Perdí dos kilos, no me afectó tanto”, afirma Torgnascioli, quien ahora debe llevar una vida normal.
“Tuve miedo cuando me dijeron que tenía cáncer. Tampoco sabía qué podía salir en la tomografía... El cáncer es silencioso. Te asustás. Enseguida fue con un doctor amigo de la familia en Salto, Diego Paciel, que es urólogo, y me transmitió tranquilidad en todo momento, me dijo que era de los cáncer más curables. Tenía miedo, pero él me ayudó dándome tranquilidad”, señala. “Cuando me hice la tomografía y no tenía nada más en el testículo me quedé feliz. Estoy tranquilo”, concluye.
“Muy agradecido con toda la gente, que te sorprende, te escriben desde todos lados. Muchísimas personas que vivieron la misma enfermedad también me han escrito. Está bueno, te sentís apoyado, recibís ese cariño y esa energía positiva que te sirve para el momento duro que estás pasando. Te llegan mensajes de gente que nunca esperás que te escriba y lo hace para dar el apoyo”, comentó.
Uno de los que lo llamó fue Marcelo Tabárez, quien pasó por la misma enfermedad: “Me transmitió su experiencia, me tocó estar en ese plantel cuando a él le pasó, pero uno no sabía mucho. Fue un fenómeno conmigo”. Torgnascioli ya tiene el alta deportiva, empezó a practicar con normalidad y lo que le queda es ponerse a punto. Tiene que hacerse controles cada cuatro meses por cinco años.
“Me pongo protector en la cabeza para no quedar como un chupetín, je. Me quedaron unos pelos locos, parecía un pájaro recién nacido, entonces me afeité del todo, pero aún no ha venido. Nos habíamos pelado cuando pasó lo de Marcelo; no es lo mismo. Te impresiona porque estás muy blanco, da la sensación que estás enfermo, de fantasma, pero no se me cayeron las cejas, que es peor”.
La familia y un tema de fondo
Franco está casado y no tiene hijos. “Parece que la familia lo sufre más que uno. Mi señora se mostró lo más fuerte posible para tratar de que yo esté bien, tratar de hacerme todo lo más fácil posible. Mamá estaba muy nerviosa, la pasó mal, lo notaba. El cáncer de este tipo te hace un poco de ruido por el tema de tener hijos a futuro. Pero bueno, tenemos esperma en el banco en el caso de que no tenga fertilidad, pero me han comentado, por ejemplo Marcelo Tabárez, que él se hizo cuatro ciclos de quimio y pudo ser papá después naturalmente. Igual, tener espermas guardados te da tranquilidad”, dijo.