Diego Aguirre dio otra vez en la tecla con la rotación, distribuyó los minutos de piezas importantes, le dio espacio a jugadores que piden pista tras algunas ausencias y Peñarol despachó a Boston River, ganó 2-0 en el Estadio Campeón del Siglo, durmió como líder del Torneo Clausura junto a Nacional y sigue al frente de la Tabla Anual.
Y todo eso lo consiguió ante el equipo que venía como escolta en el Clausura y que, a pesar de las bajas, no pudo demostrar su juego ante un auriengro que pegó de entrada a los 6’ gracias a un golazo de Felipe Avenatti, quien aprovechó la chance como titular y abrió el camino hacia un triunfo clave.
De ahí en más, el partido fue todo amarillo y negro. Las chances de gol se repetían pero Peñarol no la podía mandar a guardar a pesar de ser avasallante en la ofensiva con un juego rápido por las bandas y con pases certeros por el callejón central.

Mientras tanto, Boston River no lograba inquietar a una zaga que se mostró muy firme con Camilo Mayada y Lucas Hernández cubriendo bien las bandas y con Léo Coelho y Nahuel Herrera aportando seguridad en los duelos, por arriba y por abajo, además de la buena actuación de Guillermo de Amores, quien cuando tuvo que actuar, lo hizo y bien.
De todas maneras, la distancia era demasiado corta y no correspondía con el trámite del encuentro ya que en la segunda mitad, si bien en el inicio el Mirasol bajó su intensidad, no pasaron 10 minutos para retomar ese juego que le permitió seguir llegando con claridad al arco de Santiago Silva, quien tuvo un par de buenas intervenciones pero que a los 68’, cuando Leonardo Fernández ya estaba en cancha, no pudo evitar que un tremendo zapatazo de la figura aurinegra se metiera en su arco.
Y ahí sí se terminó el partido. Esos dos goles de ventaja eran demasiado para los de Jadson Viera y mientras tanto, Aguirre movió piezas y le dio minutos a Jaime Báez —quien regresó de una lesión y se perfila para ser titular el miércoles en Río de Janeiro—, a Rodrigo Pérez, a Ignacio Sosa y a Diego Sosa, dos que habían quedado bastante relegado en el plantel.
La jugada salió redonda. Peñarol se sacó a otro rival directo de arriba tras el agónico triunfo ante Danubio en Jardines del Hipódromo y completó una semana perfecta después de la derrota en el clásico: nueve puntos de nueve, cinco goles a favor y ninguno en contra para subirse a la cima del Clausura y seguir al mando de la Anual.
Ahora viene otra historia: las semifinales de la Copa Libertadores. El primer capítulo será este miércoles a la hora 21:30 en Río de Janeiro frente a Botafogo y para ese partido, el Carbonero tuvo anoche el mejor apronte para seguir aferrado a la ilusión.
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