De vivir en una residencia de juveniles a debutar en Primera División, convertir un gol clásico para Nacional y estar en el radar de un equipo europeo. La historia de Gonzalo Petit está atravesada por un último año de cambios, en el que, entre otras cosas, fue definido por el presidente Alejandro Balbi como el "jugador con más proyección" del club.

En entrevista con Ovación, el abogado dijo sin medias tintas: "Petit es el jugador con más proyección que tenemos".

El nombre del chico volvió a estar sobre el radar en las últimas horas, ya que su círculo más cercano recibió una llamada procedente de Italia. ¿El interesado? El Inter de Milán, que tanteó en busca de más información sobre su ficha.

Ovación consultó la información divulgada por medios italianos el pasado martes y confirmó que efectivamente hubo "un interés", pero aún "nada formal". Más sencillo: Nacional todavía no recibió ninguna oferta por él, pese a que su nombre ya está sonando fuerte.

De todas formas, la intención primaria de Petit, de acuerdo a averiguaciones, sería seguir en el primer equipo de Nacional para consolidarse y ganar protagonismo el próximo año.

Estefania Leal/Archivo El Pais

Quien también tuvo palabras de aliento para el jugador nacido en Carmelo, hace 18 años, fue su entrenador, Martín Lasarte, que le dio alas para debutar en la primera categoría del fútbol uruguayo. "Lo que más me llena es el hecho de que el pibe entendió el mensaje. Nunca abandonó, entendió su lugar", dijo en la conferencia de prensa posterior al último partido del Campeonato Uruguayo con Boston River, donde Petit puso en ventaja a Nacional.

Al dejarlo relegado durante un tramo del año y priorizar otras opciones por sobre él, recibió cuestionamientos de parte de la prensa y algunos sectores de la hinchada: "La crítica por los juveniles nunca la entendí. Alguna vez dije 'a Petit lo puse yo y ahora me critican a mí? No entiendo eso'. Por suerte, se hizo viral la frase 'poné a Petit'", contestó.

Ignacio Sanchez/Archivo El Pais

Gonzalo Petit entró a jugar un clásico entre Nacional y Peñarol con 17 años, en lugar de Federico Santander, que abandonó la cancha a los 35 minutos.

En plena final del Torneo Intermedio, se coló entre un mar de camisetas aurinegras y sacó un latigazo que se convirtió en el empate que rescató a su equipo y forzó los penales. Con ese bautismo, se dio a conocer y su nombre quedó grabado en la memoria de los hinchas. La historia tuvo final feliz.

Meses después, en diálogo con Ovación, dejó en claro que las repercusiones siguieron: "Cada tanto me acuerdo. Siempre voy a llevar conmigo el recuerdo del clásico y probablemente la mayoría me conoció después de ese gol. No lo quiero olvidar, pero también sé que tengo que seguir y aspirar a más momentos como ese”.

“No me olvido más. Volviendo de la práctica, me bajé en 8 de Octubre para caminar hasta mi casa y uno me gritó re fuerte desde el bondi: ‘Petit, los clavaste’. Yo me reí y le levanté el dedo. Me causó gracia”, contó.