Si uno mira la tabla de posiciones del presente Campeonato Uruguayo puede notar el rotundo dominio que han tenido los cuadros grandes durante el año. Faltan solamente dos fechas para que termine la temporada y el tercero mejor ubicado (Boston River) está a 27 puntos del líder Peñarol y a 22 del segundo, Nacional.

Si bien es cierto que la enorme mayoría de los años son aurinegros o tricolores quienes celebran a fin de año, generalmente no sacan una diferencia de tal magnitud ni siempre definen entre ellos, sino que generalmente se cuela un animador de turno. ¿La explicación de lo que pasó este año? Que ambos estaban obligados a ser protagonistas: Peñarol porque no fue campeón en las dos últimas temporadas y perdió la última de manera insólita con Liverpool, y Nacional porque ni siquiera disputó el campeonato anterior y atraviesa un picante año electoral. Es decir, los hinchas presionan de los dos lados.

Foto: Ignacio Sánchez.

Los grandes apuntaron igual de alto en todos los frentes que compitieron: ganar el Uruguayo y ser protagonistas en el plano internacional. Lo local todavía no está definido, aunque Peñarol corre con ventaja; y a nivel continental el Manya hizo una campaña espectacular y se volvió a ilusionar con que es posible; y Nacional tuvo altibajos, quizás comunes en otras temporadas pero que en esta se grandificaron por todo lo bueno que ocurría en la vereda de enfrente.

Aunque incorporaron a figuras como Bentancourt, Santander o Herazo, y repatriaron a Pereyra, Oliva, Mejía, Coates y el Diente López, los tricolores no alcanzaron el gran anhelo del Mundial de Clubes, despidieron a un técnico de la casa y hoy corren el Uruguayo desde atrás a pesar de estar haciendo una temporada de campeón. La razón es que enfrente caminan detrás de un líder que todo lo vuelve posible: Diego Aguirre.

La influencia de Diego Aguirre en esta campaña de Peñarol es inconmensurable: no se puede medir por su magnitud.

Más allá del ámbito local, la temporada del Carbonero ya quedó marcada por el notable desempeño del equipo en la Copa Libertadores después de 13 años sin pasar la fase de grupos, desde aquella edición 2011 con el mismo hombre a la cabeza.

Es por eso que tanto se habla del vínculo de la Fiera con la propia Libertadores, y que los buenos resultados que fue cosechando pasaron al plano de la “mística”, como si se tratara de algo surreal, un poder sobrenatural de Aguirre que conseguía que Peñarol pudiera con el rival que tuviera enfrente, no importa si multiplicaba por 10 el valor de mercado de su plantel.

Estefanía Leal/Archivo El País.

Quién se atrevería a ir en contra de ese relato romántico si literalmente los hechos y la historia lo respaldan: como jugador hizo el gol en el último segundo de la final contra el América de Cali para darle la quinta Libertadores a Peñarol en 1987, y como técnico lo llevó de vuelta en 2010 tras siete años sin jugarla y un año después a la final. Y este año a ser otra vez protagonista.

Sin embargo, la influencia de Aguirre en Peñarol no termina en la Libertadores y es producto de un trabajo arduo del día a día, partido a partido, gracias al que va camino a una nueva marca histórica con el club de sus amores en el Campeonato Uruguayo.

El sábado pasado en el Estadio Campeón del Siglo, Peñarol selló otro sólido triunfo por el Clausura (2-0 sobre Defensor Sporting, el séptimo consecutivo a nivel local) y batió una marca histórica, que todavía no puede llamarse récord porque restan seis puntos por jugar y Nacional (cinco unidades abajo) aún podría superarlo.

Se trata de la mayor cantidad de puntos en el campeonato desde que existe el Torneo Intermedio y se juega en el formato de tres torneos cortos, implementado desde 2017. Salvo en 2021, que por la pandemia no hubo Intermedio, se juegan 37 partidos por campeonato entre los que el máximo caudal de puntos que había conseguido un campeón de la Tabla Anual eran 86 (Peñarol en 2017 y 2018). Con la reciente victoria a Defensor, el Manya ya llegó a 87 puntos con todavía dos partidos por jugar.

Foto: Ignacio Sánchez

Pero además, esos números implican una marca todavía más extraordinaria: los 87 puntos en 35 partidos jugados hasta el momento, equivalen a haber obtenido el 82,9% de los puntos en disputa. Ese porcentaje es el mayor del fúbtol uruguayo desde el año 1995, cuando los triunfos pasaron a valer tres puntos en lugar de dos.

Por ejemplo, en 2021 Peñarol salió campeón de la Anual con 60 puntos en 30 partidos, que corresponde al 66,7% de las unidades en juego. El Uruguayo especial del 2016 lo ganó Nacional con 34 puntos en 15 partidos (75,6%). Más atrás está la temporada 2009/10, cuando otro Peñarol de Diego Aguirre obtuvo el récord de mayor cantidad de puntos en un torneo corto (43/45 en aquel Clausura, 95,6% de los disputados), y también ganó la Anual con 69 puntos en 30 partidos (76,6%). Mientras que el récord vigente de mayor porcentaje de puntos obtenidos por campeonato lo posee Nacional y data del año 2000, cuando cosechó 81 unidades en 33 partidos, equivalente a el 81,8%. Para mantenerse por encima de esta marca, Peñarol debería conseguir al menos cuatro de los seis puntos por disputar, frente a Progreso en el Centenario y Fénix en el Campeón del Siglo.

Este equipo de Diego Aguirre es un líder feroz que gana, gusta y está en el escalón más alto de la Anual desde la primera fecha del campeonato, y va camino a dejar su huella en la historia grande del fútbol oriental.