Redacción el País
En la tarde fría del Estadio María Mincheff de Lazaroff - Jardines del Hipódromo, Danubio recibí a Nacional por la quinta fecha de la Serie B del Torneo Intermedio cuando el árbitro Esteban Ostojich decidió paralizar el fútbol por algunos minutos luego de que varios proyectiles volaran sobre el arco defendido por Mauro Goicoechea.
Corrían 50 minutos de juego cuando Gabriel Báez recibió una pelota de Leandro Lozano y anotó el cuarto gol para los tricolores. Eso desató la furia de una porción de la parcialidad danubiana, ubicada en la cabecera del arco defendido por Mauro Goicoechea.
Desde ese sector cayeron numerosas piedras y de gran tamaño, por lo que el árbitro solicitó al arquero que se retirara de la zona y detuvo el juego por varios minutos. El episodio era similar a lo que había sucedido en el primer tiempo, cuando Luis Mejía estaba en esa posición y cayó un pico de botella cerca de su área.
Tras constatar la situación, Ostojich reunió a los capitanes, Diego Polenta y Mauro Goicoechea, el veedor de AUF y representantes de la Guardia Republicana para determinar qué decisión tomar.
El objetivo era determinar si las garantías estaban dadas para terminar el juego sin mayores problemas y, sobre todo, de forma segura.
"Necesito saber si me da las garantías para continuar", le preguntó Osojich al responsable de la Guardia Republicana. Mientras que el veedor de AUF señaló: "No podemos depender de la puntería".
Por su parte, el capitán de Nacional se mostró dispuesto a continuar y dejó la decisión en manos del capitán danubiano.
Lo que ofreció el de la Republicana fue poner un cordón policial dentro de la cancha, por lo que un grupo de efectivos se dirigió atrás del arco de danubiano para garantizar la seguridad.
El partido se reanudó tras permanecer más de 12 minutos detenido.