LUTO
"Te salvé la plata Gerardo”, le dijo Santiago García tuteando al entrenador, al otro día de su debut en el primer equipo de Nacional.
"Al Morro lo conocí cuando recién habíamos llegado a Nacional. Y en una de esas reuniones de trabajo que teníamos para conocer a los entrenadores y los jugadores de formativas, Gustavo Bueno me dijo que tenía que ir a la ver la Quinta División, que era espectacular. Que era una generación de futbolistas extraordinaria”, cuenta Gerardo Pelusso, el técnico que hizo debutar a Santiago García en el primer equipo de Nacionalen julio de 2008.
Y Pelusso fue a ver la Quinta en un partido frente a Danubio en el Gran Parque Central. Allí jugaban Nicola Pérez, Sebastián Coates, Matías Abero, Facundo Píriz, Mauricio Pereira y el “Morro” García, entre otros. Al año siguiente todos ellos, salvo el arquero, debutaron en Primera de la mano del floridense cuando apenas tenían 18 años.
El “Morro” lo hizo con sólo 17 en la final de la Liguilla frente a Defensor Sporting. “El día antes del partido me crucé con él en Los Céspedes cuando salía de la merienda. Y entonces yo, para hacerle un chiste, por si estaba nervioso, le dije que si estaba asustado me lo dijera nomás, que yo lo dejaba irse y traía a otro a concentrar. Entonces se empezó a reír y con ese desparpajo que tenía me contestó: ‘los que se van a asustar cuando me vean venir son ellos. Si les hice goles siempre. Poneme un rato y vas a ver’. Y siguió caminando como si nada. Yo me quedé pensando que o era muy agrandado o tenía una gran personalidad”.
El resto es historia conocida. Nacional se había quedado con muy pocos delanteros, el Morro era el único en el banco. Se desgarró Diego Vera, entró y anotó el gol de la victoria.
“Te salvé la plata Gerardo”, le dijo al otro día al entrenador tuteándolo a pesar de que era un adolescente que recién había ascendido. “Era un personaje muy lindo. Conocí a la madre, a Claudia, que era enfermera en la Asociación Española y trabajaba mucho para que al ‘Morrito’ no le faltara nada”, añadió Pelusso.
Luego siguió haciendo goles importantes como el que anotó frente a Palmeiras en la Copa Libertadores. Años después, Pelusso se lo encontró en un aeropuerto, cuando el Morro se iba para Paranaense. “Nos dimos un beso y un abrazo. Luego nos reencontramos en Nacional otra vez, pero ya estaba excedido de peso. Por suerte luego encontró su lugar en Mendoza donde se convirtió en ídolo de Godoy”, finalizó Pelusso quien se enteró de lo que había pasado el sábado cuando llegaba a una reunión en Audef y tuvo que excusarse y regresar a su casa porque la noticia le pegó fuerte. “Quiero recordarlo con lo bueno. Era un personaje, un negro lindo”.
La presión
Mathías Cardacio jugaba en Nacional cuando ascendieron al Morro al primer equipo. “Jugué con él aquella Liguilla antes de irme al Milan. Y ya había entrenado con nosotros. Parecía un muchacho muy introvertido, pero con nosotros era muy divertido. Alegre y jodón. Siempre con un chiste y con buena cara. Sano y con un corazón enorme. Muy bueno, cero maldad”, relató el Bocha.
“Lo que paso nos afectó a todos, pero al haberlo tenido de compañero te llega mucho más. Sentí una energía muy rara el sábado”, añadió.
Cardacio no estaba en contacto con el delantero en los últimos tiempos, pero sabe de muchos futbolistas que sufren depresión. “Conozco situaciones de compañeros que viven cosas muy complicadas. La gente conoce una parte del jugador de fútbol, y el resto no lo ve. Somos seres humanos. Tenemos problemas y sufrimos como cualquiera. Pero en nuestro caso es mucho peor por la exposición, porque somos personas públicas. Sobre todo en las redes donde gente que no te conoce te insulta y pone cualquier cosa. Y eso puede hacer mucho daño. Al jugador y a su familia. Te marcan y te hacen bullying por un error que cometiste en la cancha, como si ellos no tuvieran errores en sus trabajos. Nosotros hacemos lo mejor siempre, después el resultado se puede dar o no. Que nos critiquen por lo futbolistico, lo acepto, pero las cosas se han ido de las manos. Estamos hartos de que nos juzguen así. Hablen más de fútbol, de táctica, de sistemas. La maldad es terrible”, reflexionó el volante.
"La presión es muy grande. Me ha pasado de luchar todo el año para ser campeón y cuando llegó el momento de la copa me sentí vacío. Entonces te preguntás se valió la pena tanta presión, tanto sufrimiento tuyo y de tu familia”, argumentó.
“Hoy el futuro, la renovación de un contrato ya no depende de tu rendimiento. Depende solo de los resultados y de lo que se dice en las redes, porque muchos dirigentes se basan en eso para tomar decisiones. Está todo muy mal”.
Otro que jugó con el Morro en Nacional fueJorge Bava.“Aún no caigo. No me cierra por ningún lado. No puedo creer lo que pasó. Sobre todo por cómo era él. Una persona requerible. No te podías imaginar un final así porque siempre estaba contento, jugara o no jugara. Es más, a veces había que bajarlo un poco. Él y el Mama (Arismendi) eran como niños, siempre con la música. A veces los teníamos que separar”, contó el arquero quien seguía en contacto esporádicamente con el delantero.
“El Morro es parte de mi familia”, dijo justamente Diego Arismendi quien ayer se excusó de hablar porque su dolor era muy grande y estaba en los trámites acompañando a la familia de su amigo.
La Mutual manejó la posibilidad de que no se jugara la quinta fecha en su honor. Pero finalmente, se tomó la decisión de honrarlo jugando. De hacerlo en la cancha, el lugar donde el "Morro" era feliz.
La despedida de los hinchas de Godoy Cruz
La madre y el hermano de Santiago viajaron a Argentina donde se realizó un breve velatorio en Mendoza. El homenaje de los hinchas de Godoy Cruz fue impresionante. Miles de ellos, la mayoría llevando la camiseta del club, se reunieron para despedir al delantero que jugó cuatro años en la institución mendocina y fue el máximo goleador de la Superliga Argentina en 2018 con 17 anotaciones y el mejor delantero.
Los familiares del Morro se reunieron con las autoridades de la fiscalía y retiraron sus pertenencias. Se espera que su cuerpo pueda ser repatriado en las próximas horas.