Una bruja. Fue lo que pidió Alejandro Balbi (de forma irónica) para resolver cuanto antes el calvario que ha vivido esta temporada Nacional en torno a las lesiones, que han crecido con el pasar de los meses y ya suman 20.

El presidente apeló a la ironía para pintar una realidad que acompañó al plantel principal durante todo el primer semestre: cuando se conocía una, al tiempo aparecía otra. Y cuando un jugador se recuperaba, seguro otro caía en sanidad.

El panorama, al menos en el comienzo de la segunda parte del año, no pinta la suerte tan diferente. Bastó que empezara agosto para que se conociera que Gonzalo Carneiro, apenas aterrizado en Uruguay, se había fracturado el peroné en su tercera prácticacon el club. La noticia no dio ni para ser procesada cuando a los días Franco Romero, otro de los incorporados del extranjero, se desgarró y quedó fuera del partido de vuelta por Libertadores contra Boca Juniors.

Por si fuera poco, la eliminación trajo el último eslabón a esta larga cadena de lesiones que fue Yonatan Rodríguez, quien sufrió un desgarro que se confirmó ayer y amplió la lista a 14 jugadores lesionados.

Foto: Juan Manuel Ramos.

De todos ellos, el que más repitió los problemas físicos fue Francisco Ginella, que desde enero entró en un laberinto sin salida y aún sigue sin curarse de su operación en el tobillo de la pierna derecha. En medio del camino de luces y sombras que transitó, lo bueno -para él- fue que Nacional decidió extenderle el contrato por un año más, aunque todavía no ha podido cumplir en la cancha.

El caso más duro, tal vez, es el de Renzo Sánchez (19 años), que en marzo y con una carrera por delante sufrió una inesperada rotura de ligamentos cruzados en el Tróccoli, en parte, se cree, por el mal estadio del campo de juego. A día de hoy sigue en sanidad junto a Ginella, Carneiro, Yona Rodríguez y Romero.

En el primer partido de la llave entre Nacional y Boca Juniors, Diego Rodríguez estuvo en el ojo de la tormenta cuando apenas iban ocho minutos de juego. Por un leve empujón de Cristian Medina, cayó desplomado y se golpeó directamente la cabeza contra el piso, lo que alertó a la sanidad.

Molesto, cuando se dio cuenta que los médicos le informaron al DT Álvaro Gutiérrez que no podía seguir, estalló de la bronca y les recriminó la decisión, aunque luego públicamente reconoció que se le había borrado de la mente el momento. Pese al inconveniente, no se perdió ningún partido.