SELECCIÓN

Qué bronca! Uruguay venció 2-0 a Ghana pero por diferencia de goles a favor, quedó eliminado. Diego Alonso puso un once para ser protagonista y esta vez le salió bien, pero los dos primeros partidos (un solo punto y sin goles) le pasaron factura. El equipo se pareció al de la recta final de la Eliminatoria, cuando el Tornado había tomado el equipo, pero no alcanzó y por eso rápidamente la selección debe armar las valijas.

Fin de ciclo para Luis Suárez, que ayer terminó el partido desconsolado, y el resto de los históricos: Edinson Cavani, Diego Godín, Fernando Muslera y Martín Cáceres. Y en duda la continuidad de este proceso que, al menos desde lo contractual, llega a su fin.

Uruguay salió ayer con un esquema mucho más ambicioso que en las dos primeras fechas. Decidido a marcar la cancha. Jugado al todo por el todo, tomó la iniciativa con De Arrascaeta por izquierda, Pellistri por derecha y Bentancur y Federico dividiéndose la mitad del terreno. La Celeste salió a ser protagonista, algo que solo había podido conseguir en el último cuarto de hora contra Portugal.

Alonso había reconocido el día anterior que el bajón en el rendimiento se debía exclusivamente a un tema de confianza. Se necesitaba un punto de inflexión en esta Copa del Mundo para comenzar a levantar el estado de ánimo. Y lo consiguió a los 19’ cuando Rochet evitó el gol de Ghana en un tiro penal (¡qué karma los penales para Ghana con Uruguay!). El arquero adivinó el remate cruzado de Ayew y a partir de ahí la selección se plantó fuerte.

Motivados por esa incidencia, que se festejó como un gol, Uruguay continuó decidido a llevarse puesto a Ghana. Primero lo tuvo Núñez con un mano a mano, pero llegaron a despejar la pelota antes de que cruzara la línea. Y luego sí llegó el tan ansiado festejo. A los 26’, Suárez recibió la pelota en el área, enganchó hacia el medio y sacó un potente disparo que le quemó las manos a Zigi. La pelota fue en cámara lenta hasta el arco y apareció justo De Arrascaeta para empujarla con la cabeza. Desahogo brutal tras dos partidos con el arco en cero.

Lejos de conformarse, la selección pisó el acelerador y con Ghana algo mareado, le dio otro golpe. A los 32’, otra vez los mismos protagonistas, pusieron el segundo de la Celeste: pase fenomenal de Suárez para dejar solo a De Arrascaeta, que le pegó de primera a la pelota y fulminó al arquero.

El complemento fue otro partido. Ghana se paró más adelante y aprovechó de algunas desatenciones defensivas de Uruguay para ponerlo en aprietos. El ingreso de Vecino por Bentancur, lesionado, le quitó salida al equipo.

Los africanos terminaron mal casi todas las llegadas y eso le facilitó el trámite a la Celeste. De lo contrario, contra un equipo con mejor puntería, hubiera terminado pidiendo la hora.

Faltando 10 minutos, cuando el equipo esperaba y hacía distribuir la pelota, Alonso comenzó a agitar sus brazos de forma desesperada. Su ayudante, Darío Rodríguez, le había avisado que Corea estaba venciendo a Portugal. Uruguay necesitaba un gol más.

Con más ganas que ideas y con Coates de centrodelantero, Uruguay se fue con todo en busca del tanto de la clasificación. Gómez tuvo la más clara y el arquero africano desvió con la punta de los dedos. Después, centros y alguna llegada más; pero no hubo tiempo para más y Uruguay quedó eliminado. El equipo reaccionó tarde en el Mundial y encima se fue masticando bronca por un penal a Cavani que ni el VAR cobró.

Mazazo difícil de digerir para una selección que desde los nombres y por la historia era candidata a pasar de ronda. Justo castigo también, hay que mencionarlo, para un equipo que recién en la última fecha y cuando ya no dependía de sí mismo volvió a sus raíces.

Comenzará una nueva era rumbo a 2026: veremos si con el Tornado o con otro entrenador, pero seguro será sin los históricos que venían desde Sudáfrica 2010.