Había una fila hasta la calle Comandante Braga. La gente entraba a la Tienda Nacional y relojeaba hacia el piso de arriba, donde los jugadores Eduardo Vargas y Bruno Arady estaban a la espera de sacarse fotos.

Empezaron en tiempo y forma, aunque ellos habían llegado mucho antes. Y lo mismo los niños más fanáticos, que eran los que se veían más impacientes y nerviosos por tener ese encuentro tan especial.

En lo que se conoce como meet and greet y es habitual en artistas musicales o youtubers, la gran mayoría se acercó con respeto y casi no soltó una palabra enfrente a sus ídolos. Pero claro: cada vez eran más y más hinchas y la demanda crecía. Era un pedido atrás de otro. Y entonces llegó Diego Herazo para descomprimir.

Foto: Diego Domínguez.

El presidente Ricardo Vairo, sorprendido con la presencia de Ovación, no tardó en hacer bromas: “Sale un 9 y entra otro 9 ahora, ¿no?”, le dijo amistosamente a los jugadores y se ganó la complicidad del chileno, que semanas atrás había dicho en la interna que parecía que Nacional había sido “campeón de la Copa Libertadores” por lo “loca” que fue la bienvenida de la gente de Mercedes cuando viajaron a jugar un amistoso.

Ayer, su sorpresa se dio por el sinfín de fanáticos que lo requirieron pidiéndole, además de un autógrafo, un video, un saludo y selfies y más selfies.

“Hola Morrón, soy Eduardo Vargas y te deseo un muy feliz cumpleaños”. “Hola Cayetano, te saluda Eduardo Vargas. Mucha suerte en la escuela”, fueron algunos de los pedidos que cumplió antes de pasar a ser fotógrafo y retratar a Arady junto a una mamá y su hijo pequeño.

El juvenil, justamente, fue otro de los fanáticos que bregaron por la buena voluntad del chileno. Camuflado desde su rol de jugador y compañero de equipo, le pidió una firma en una camiseta para su sobrino chico.

Mientras tanto, un hombre cercano a Vargas, que había estado también durante su presentación oficial de enero, aprovechó el tiempo en la tienda para sacarle jugo a una serie de promociones.

Foto: Diego Domínguez.

Inquietado por un puñado de niños antes del tiempo previsto, Herazo fue uno de los más demandados y entró en el combo de Jeremía Recoba, que tenía la cita fijada para la misma hora.

“Llegué temprano y el tiempo ya empezó a contar. Voy a estar más de una hora”, le dijo entre risas a Ovación antes de preguntar por un modelo para sus hijos: “¿De esta pequeña, de niño, no hay?”. “Esta no la entrego más”, dijo, otra vez bromeando y señalándose la nueva casaca que Nacional presentó para esta temporada.

La tarde siguió con las firmas de Gonzalo Petit y Lucas Villalba, quienes estuvieron hasta las 18 en la tienda ubicada en las inmediaciones del Gran Parque Central.

Entre tantos testimonios, sorprendió el de Sebastián, un niño de 14 años que, con mucha inocencia, prefirió ir acompañado: “Estoy muy nervioso. Son mis ídolos”.