INTERNACIONAL
Quiere organizar mundiales cada dos años pero la UEFA y la Conmebol se oponen
Las batallas que se vienen dirimiendo por el control del negocio del fútbol tienen a este al borde de una guerra mundial, si es que esta no puede darse ya por iniciada tras el impulso que esta semana ha cobrado la idea de la FIFA de organizar el Campeonato del Mundo de selecciones cada dos años y el rechazo frontal mostrado por la UEFA y la Conmebol.
La organización y ocupación del calendario mundial emerge como el principal motivo de las disputas. Las fechas de las competiciones son la base imprescindible sobre la que se negocian la explotación de los derechos de retransmisión del fútbol y sus derivados comerciales como la publicidad y la mercadotecnia, las tres patas que sustentan la industria del fútbol, alimentadas a su vez por el consumo masivo de los aficionados de todo el globo.
La mayoría de estos asisten con el ceño fruncido a cómo los cambios que se proponen para hacer más atractivo y rentable el fútbol atentan contra algunas de las costumbres y tradiciones que engrandecieron el deporte que les enganchó.
El jueves, el presidente de la UEFA, el esloveno Alexander Ceferin, ya amenazó con el boicot en una entrevista concedida a The Times “Podríamos decidir no jugar. Hasta donde yo sé, los sudamericanos están en la misma línea”.
El titular de la Conmebol, Alejandro Domínguez, era favorable a la idea del Mundial cada dos años, pero en los últimos meses el organismo sudamericano ha fraguado una alianza con la UEFA. Esta es hostil a cualquier competición internacional que la obligue a compartir el pastel televisivo y publicitario.
La FIFA y las confederaciones donde menos desarrollado está el fútbol como deporte y negocio (Asia, África, Oceanía y Centroamérica) pretenden el Mundial cada dos años como motor económico que mejore infraestructuras y eleve el nivel competitivo para consolidar la expansión y el crecimiento del fútbol por todos los rincones del mundo.