COPA SUDAMERICANA
Para avanzar a octavos de final los de Daniel Carreño debían ganar y esperar que Lanús no lo hiciera, pero no se dio ninguno de los resultados necesarios.
Para Wanderers se terminó la doble actividad, porque la Copa Sudamericana 2022 ya es pasado. Necesitaba dos resultados: ganarle a Barcelona de Guayaquil en el Estadio Centenario para aspirar al primer lugar, el único que otorgaba pasaje a octavos de final, pero empató 0-0. Además necesitaba que Lanús no le ganara a Metropolitanos, lo que tampoco ocurrió porque el granate se impuso 1-0.
El encuentro que cerró la presentación bohemia en América dejó, no obstante, algunas lecturas interesantes. Una es que aunque este miércoles se conoció la salida del arquero Ignacio De Arruabarrena para pasar a jugar al Arouca de la primera división de Portugal, tiene buen recambio, ya que Mauro Silveira respondió en forma notable y fue clave para que su equipo se mantuviera en partido hasta el final. También lo fue su colega Burrai, quien evitó varias veces la caída de su valla luego de triangulaciones interesantes de la ofensiva uruguaya.
Quedó, como sensación primordial, que si Wanderers no hubiera tenido que afrontar la doble actividad podría haber llegado un poco más lejos en el Torneo Apertura. Continúa en la pelea, pero a esta altura es prácticamente imposible que logre el título. Para el Clausura seguramente perderá a Nicolás Quagliata, quien se marcharía al PAOK de Grecia, y allí habrá que ver cómo logra Carreño disimular la falta de su futbolista más talentoso. De que lo consiga dependerán las posibilidades bohemias en lo que resta del Campeonato Uruguayo.
Primer tiempo
Si Wanderers empezaba el juego urgido por ganar por ser el que venía de atrás, también necesitaba ganar Barcelona y esperar el milagro de Buenos Aires. Y fue el elenco ecuatoriano el que salió decidido a marcar la diferencia, lo que estuvo a punto de conseguir en menos de cinco minutos, cuando exigió al arquero Silveira, metió un balón en el travesaño y luego un disparo pegado al palo.
El bohemio reaccionó, se acomodó en el campo luego del sacudón inicial, comenzó a manejar más la pelota, emparejó el trámite, tuvo un par de llegadas y una situación clara cuando pasado el minuto 20 Veglio le metió una gran bocha a Méndez, a quien el arquero rival le tapó el toque cruzado.
Wanderers encontró espacios y los aprovechó bien, mostrando interesantes momentos de juego, con triangulaciones en velocidad y llegada al área, aunque con escasa resolución. Ecuador fue más práctico. Tuvo más la pelota, también llegó con más frecuencia y peligrosidad, pero chocó contra un Mauro Silveira muy seguro y resolutivo en el arco para mantener el cero y la esperanza bohemia viva.
Segundo tiempo
El complemento quedó marcado rápidamente y no por lo ocurrido en el Centenario, sino por las noticias que llegaron desde Buenos Aires, porque Braghieri puso en ventaja a Lanús apenas iniciado el segundo tiempo y allí los dos equipos vieron que, sin importar lo que hicieran, no les alcanzaría.
Eso, en cierta forma, también los liberó y entonces el partido se hizo de ida y vuelta por algunos momentos. Sin embargo los arqueros tuvieron una muy buena noche. Silveira tapó varias llegadas ecuatorianas y Burrai otras tantas uruguayas. El 0-0 fue inamovible y a ambos se les terminó el camino americano.