TORNEO APERTURA

Motivado por la derrota de Liverpool, Wanderers venció 1-0 a Defensor Sporting en el Parque Viera por la cuarta fecha del Torneo Apertura y se situó como único líder del certamen, posición que no perderá cuando culmine la etapa. Y el héroe volvió a ser Mauro Méndez, quien una vez más salió desde el banco de suplentes y anotó a los 89 minutos el tanto de la victoria.

Lo más difícil para Wanderers al salir a jugar el partido fue manejar la ansiedad. Eso se notó, porque algo que seguramente el técnico Daniel Carreño recalcó quizás se convirtió en letanía. Eso le dio la opoertunidad a Defensor de hacerse de la pelota y llegar con peligro. A los 5' , por ejemplo, Barrios sacó un gran remate lejano que De Arruabarrena resolvió mandando al córner con más naturalidad de lo que requería la situación.

Sin embargo, esa jugada sacudió al equipo bohemio, que comenzó a progresar en el campo y a generar llegadas. A los 26' se produjo la polémica, porque Matías Rocha tomó de la camiseta a Hernán Rivero cuando entraba al área, cayó dentro de la misma y los bohemios pidieron penal.

Sí hubo falta, pero no penal porque Rocha sujetó afuera del área al delantero, que se dejó caer cuando vio que entraba a la misma. Sin embargo, el árbitro Diego Riveiro nada sancionó.

El primer tiempo se fue sin goles y a Wanderers se le achicó a 45 minutos el tiempo para encontrar el gol que lo deara como único líder del Apertura.

Wanderers llevó la iniciativa en busca del tanto que lo dejara en lo más alto de la tabla, en tanto Defensor aguantó como pudo e intentó inquietar con algún contragolpe, pero al bohemio le faltaba claridad como para llegar cómodo a definir las jugadas. Carreño movió el equipo, hizo cambios y mandó a Mauro Méndez a la cancha a los 80'. El delantero venía de anotar un gol en la hora ante Cerro Largo en la primera pelota que tocó, otro frente a Fénix de un penal que a él mismo le habían convertido, así que ¿por qué no podría repetirlo?

Y allá fue Méndez, con toda su convicción, a buscar con todo lo que tenía una pelota en el minuto 89. Se zambulló, le dio con la parte que pudo de la cabeza y cumplió otra vez. Sí, fue el gol de una victoria muy celebrada porque no es cualquiera: es una que vale la punta en solitario, esa que cuando termine la cuarta fecha nadie le habrá podido arrebatar