FÜTBOL FEMENINO
La nueva vida de la delantera melense en el equipo femenino de Inter de Porto Alegre. "Acá estoy aprovechándolo todo", dijo la ex jugadora de Arachanas.
Wendy Carballo lleva poco más de una semana en el complejo de las Gurias Coloradas, el equipo femenino del Inter de Porto Alegre. Al ser presentada brindó una conferencia de prensa como corresponde a la futbolista profesional en que se ha convertido.
“Ando a las corridas, con muchas actividades y tratando de adaptarme de a poco. Este es un equipo muy grande, con un gran complejo y lugares increíbles. Por suerte las compañeras me recibieron súper bien”, comenzó contándole a Ovación la delantera de 18 años que ya ha defendido a la celeste en Sub 17, Sub 20 y hasta en la selección mayor donde jugó unos amistoso en Chile.
Como buena melense el portuñol no le es ajeno y no tiene problemas para entender portugués, aunque le cuesta un poco más hablar. Es la única extranjera del equipo y firmó contrato por un año. “Ahora estoy sacando los papeles brasileños y las chicas me ayudan mucho con el idioma”.
Vive en el hotel que se encuentra dentro del complejo del club, y que cuenta con varias canchas, gimnasios y piscina. “Todo lo que necesites lo tenés acá”, comentó.
La posibilidad de llegar al Inter se dio porque la vieron jugar en la selección. Ya le habían hablado y luego su compañera, la tricolor Esperanza Pizarro, le preguntó si le gustaría ir a Porto Alegre. “¿Cómo no me iba a gustar?, esto es otra cosa. Inmediatamente dije que si”, reconoció la joven.
Es la primera vez que sale de su hogar, pero la lleva bastante bien. “Se extraña pero muchas veces hay que dejar cosas de lado para enfocarse en el futuro. Me tocó a mí, ya podremos reponer el tiempo en que estamos lejos. Ya habrá tiempo para nosotros”, dijo quien disfruta mucho del Carnaval de Melo, aunque nunca salió en un conjunto.
En Melo vivía con su madre y sus cinco hermanos, dos niñas y tres varones. “Extraño convivir con ellos. Y alguna comida de mi madre y de mi abuela también. Tuve que irme de la noche a la mañana. Fue algo inesperado, pero acá estoy aprovechando todo”.
En su familia son todos futboleros, sus tíos y su tías, y dos de sus hermanos son arqueros, pero ella prefirió hacer los goles y no evitarlos.
“Con una de mis tías, Caterine Carballo, jugamos juntas en Arachanas”, contó la delantera quien comenzó jugando al baby fútbol en el club Artigas con varones, cuando tenía siete años. “Al principio fue complicado: era la única nena y todo el mundo decía que el fútbol era para varones. Pero como estaba haciendo lo que me gustaba, no me importaba. Luego se fueron acostumbrando”, relató la número 9.
Después pasó para Charrúas y a los 12 años la invitaron a jugar en Arachanas. Es más, debutó en el primer equipo a esa edad, jugando con adultas. “No me importaba si eran grandes, sólo quería jugar. Me llevé una cuantas patadas, pero a mí me encanta que me peguen. Estoy acostumbrada”. Fue campeona de OFI con Arachanas y cuando se armó la Sub 16, salió goleadora.
Por ahora está cumpliendo exámenes médicos y de fuerza, resistencia y velocidad. “Recién estoy conociendo todo, me armo un matecito y salgo a caminar. Me quiero enfocar en mi carrera. Mi objetivo es llegar lo más lejos posible. Crecer y poder jugar en Europa. Con esfuerzo, dedicación y confianza en uno mismo, todo se puede lograr”, finalizó la admiradora de Cristiano Ronaldo y de la norteamericana Alex Morgan. Pero como buena hincha de Cerro Largo (se instaló una aplicación en el celular para ver los partidos del equipo de Danielo Núñez), también mira mucho a Hugo Dorrego.