A pesar de estar viviendo solo en Uruguay, a Federico Santander (33 años) se lo notaba a gusto. Tenía todas las comodidades acondicionadas en el barrio La Tahona, se había hecho compinches en el plantel, alternaba entre tereré y mate (según el clima) y los goles, en mayor o menor medida, solían acompañarlo dentro de los escenarios deportivos.

En mayo, fue uno de los anfitriones del viaje de Nacional a Paraguay, donde les presentó a sus compañeros a un amigo suyo llamado Marconi, mezcló bromas con risas, y en un lapso de siete meses ya le dio tiempo a dejar una huella con declaraciones resonantes.

Marcó la cancha diciendo que "otros equipos" jugaban solamente en dos estadios y dio lugar a la suspicacia. Le dijo al Chino Recoba que no estaba al 100% para el clásico y, en consecuencia, quedó afuera de la convocatoria. Y hasta reconoció que el país le parecía "caro".

Pero de pronto, cuando su única preocupación parecía estar abocada a la escasa cantidad de minutos que normalmente le tocaba participar, una llamada de su esposa le cambió la perspectiva.

Santander avisó en Nacional que tenía que viajar de urgencia a Paraguay por un problema de salud de su hijo mayor y, con la autorización previa de Martín Lasarte, armó las valijas y se tomó el primer avión que salía rumbo a Asunción.

Algo que era una rutina de disfrute para él en los días libres, se transformó en un dolor de cabeza repentino al que todo Nacional respetó y se mantuvo alerta, pero bajo cautela. "Tengo a mis hijos que van a la escuela allá, así que cada vez que ellos tienen días libres, vienen. Nacional tiene un programa (cronograma) muy exigente a corto plazo, con muchos partidos seguidos, así que irme porque sí, no”.

Los días pasaron y su ausencia se hizo cada vez más notoria. Pegado a su partida se desencadenó la rotura de ligamentos cruzados que sufrió Gonzalo Carneiro y en las últimas horas fue noticia la salida de Rubén Bentancourt del partido frente a Miramar Misiones por una molestia física. En medio de eso, debutó el juvenil Gonzalo Petit, pero Lasarte habló de que apurarlo podía ser "peligroso".

Estefania Leal/Archivo El Pais

Todas las situaciones convivieron con la incertidumbre sobre el futuro del paraguayo hasta las últimas horas y en filas tricolores presumían que su estadía podía no tener vuelta atrás. La prueba más clara fueron las declaraciones del técnico, que pasó de decir que "dudaba" que pudiera regresar a mostrar optimismo en su última conferencia de prensa.

"Esta semana se va a resolver. Es muy probable que él pueda volver", adelantó.

Ovación pudo finalmente corroborar que el jugador, que tiene contrato hasta el 31 de diciembre de este año, ya tomó una decisión en conjunto con su familia. Y la confirmación sale de su propia boca: es un hecho que entre el próximo martes y miércoles de la próxima semana retomará los entrenamientos.

El cuerpo técnico, que ha destacado el "profesionalismo" de Santander a pesar del revés familiar, ya está al tanto de la noticia y, puertas adentro, lo procesó de muy buena manera, aseguraron a Ovación fuentes tricolores. Igualmente, los dirigentes están en busca de al menos dos jugadores para reforzar la delantera y el foco sigue puesto en el extranjero.