Por Diego Domínguez
"¿Cómo estás?”. Con esa simple pregunta, el psicólogo Damián Benchoam se introduce en las conversaciones con cada uno de los 29 jugadores que al día de hoy forman parte del plantel principal de Nacional.

Sin importar el día, él está cerca. Sea en el gimnasio, en la sanidad, en los pasillos, en el vestuario o a pocos metros del cuerpo técnico, trabaja bajo esa modalidad y ejecuta sus planes en el club desde 2007, aunque recién el año pasado tuvo la oportunidad de dar el salto al equipo de Primera. “Trabajo desde el lado de la sanidad, en la parte emocional, pero también me interesa mucho lo deportivo. Tengo esas dos funciones: sanidad con todas sus cosas extradeportivas y lo específico del entrenamiento psicológico del deporte”, dice a Ovación.

Pese a lo hermético que pueda parecer el círculo de un plantel profesional para alguien ajeno a un grupo de futbolistas, Benchoam consigue penetrar en el núcleo más duro, desde los juveniles hasta los referentes, y de una manera muy sencilla: se muestra presente.

“En Nacional ya no es tabú la figura del psicólogo”, remarca Benchoam.

Con la confianza ganada, sortea entre varias herramientas para ayudarlos. Por ejemplo, le envía esporádicamente un test psicológico deportivo a Sergio Rochet (por ser el capitán) y le pide que se lo reenvíe al resto de sus compañeros. Así es que comienza a perfilar sus primeras evaluaciones. “Evalúo las habilidades psicológicas, el control del estrés, la ansiedad, concentración, tensión, gestión emocional, autoeficacia. Las herramientas mentales que tienen las evaluamos y entrenamos como habilidades psicológicas”.

Foto: Prensa Nacional.

“Nosotros tenemos que buscar cuáles son las emociones necesarias para cada momento del partido y en base a eso trabajamos”, explica.

En 2023, su metodología empezó de cero con gran parte de los jugadores. Sucedió que el plantel de Nacional se reconstruyó, a partir del mercado de pases, y hubo quienes se marcharon, nuevos que llegaron y otros que volvieron. “Creo que lo primero que hay que hacer siempre es tomarse un tiempo de observación y que ellos vean que estás ahí. Bajar esa figura de que el psicólogo te está analizando todo el día”.

Distinto fue el acercamiento de Benchoam con Gastón Pereiro, a quien ya conocía desde su época de juveniles, cuando por entonces trabajaba en formativas. “Este es mi segundo año en Primera, entonces con muchos jugadores ya tenemos el vínculo del año pasado y con otros ya veníamos trabajando desde juveniles. Alfonso Trezza, por ejemplo, entró en Séptima y yo ya estaba. Gastón Pereiro también. Ellos ya no tienen resistencia. Para ellos soy una figura natural; no me ven como alguien distante o autoritario porque fue así toda la vida”.

Juan Manuel Ramos/Archivo El Pais

Entre tanta variedad de personalidades, ánimos y edades, hay una conclusión que el especialista, observa, se repite en todos los casos: “Eso de que los problemas quedan afuera de la cancha es mentira. Si vos tenés una situación complicada por fuera de lo laboral te va afectar después. ¿Y por qué a ellos no? Todos podemos trasladar los problemas personales a la vida laboral”.

El psicólogo busca que los futbolistas se apoyen en él y, para eso, apela a conocer el lado más humano del futbolista por fuera de la figura profesional. “Los jugadores viven una adultez y una jubilación más temprana. Ellos a los 18 años, mientras otros están estudiando, ya están ganando un dinero que no es lo habitual para la edad. Yo nunca pregunté cuánto ganan, pero lo que sí tengo claro es que cuando me pongo frente a la persona quiero saber su situación y qué herramientas tiene para gestionar sus emociones”, subraya.

Y agrega: “No tenemos que hacer a las personas de determinada forma porque sea la fórmula del éxito. Eso no existe”.