Una de las primeras veces que se juntaron a tomar un café entre presidentes, el del chico le dijo al del grande: “A usted lo van a reelegir por este moreno”. Les tomó no más de 10 minutos ponerse de acuerdo y el resultado fue satisfactorio para ambas partes: el jugador, que llegó como un desconocido, al año renovó su préstamo tras superar la cantidad mínima de partidos (60%) dispuesta en el contrato.
Los protagonistas de esta historia son el expresidente de Cerrito Auro Acosta, quien renunció a su cargo a fines de diciembre, y José Fuentes, entonces presidente de Nacional, que falleció en julio de 2023. La conversación fue por Yonatan Rodríguez, que dos años después terminó el contrato de su cesión y, habiéndose ganado un nombre, vuelve a estar en el tapete por el tire y afloje en las negociaciones de una extensión que está estancada.
Ayer, se terminó formalmente la licencia para los futbolistas, aunque en Nacional los entrenamientos de la pretemporada comenzaron el último viernes. A toda candela, el cuerpo técnico dispuso trabajar en horario doble turno, pero lo hizo sin el futbolista que era uno de sus pedidos primordiales.
Por estas horas, lo único que reina es la incertidumbre. Desde los altos mandos del club reconocen que, pese a los repetidos intentos, la renovación -que procuró el entrenador Álvaro Recoba- está “en suspenso” y no hay señales claras de que se redireccione en otro sentido.
Por la parte del jugador, si bien no descartan que la situación se pueda arreglar para prolongar su estadía en el equipo tricolor, vuelven a insistir en que cualquier acuerdo lo harán bajo, lo que ellos entienden son, “condiciones igualitarias”.
El repaso de los hechos
El presidente Alejandro Balbi fue uno de los primeros en quebrar una lanza. Según pudo reconstruir Ovación, habló directamente con Acosta -a quien conoce personalmente- en una sola oportunidad y le transmitió, antes de que venciera el contrato, que Nacional no estaba en condiciones de “gastar” por encima de sus posibilidades.
Luego, el diálogo quedó en manos del empresario Gerardo Rabajda, que marcó la cancha con condiciones que exigen que el tricolor haga un esfuerzo para quedárselo: le pidió US$ 200.000 al contado -que podrían variar en función de la clasificación a las copas internacionales-, con la intención de repartirlos entre Cerrito y la parte empresarial, y un aumento salarial importante para el jugador.
La respuesta fue con una contraoferta de US$ 100.000 a pagar en 36 cuotas (tres años), que, a su vez, incluía la pretensión de quedarse con el 50% de la ficha del jugador.
En Nacional consideran que para un jugador de su edad (30 años) y con “escasa” posibilidad de venta futura, la inversión es “muy alta”.
“De ninguna manera”, contrarrestaron desde el entorno de Yona y otra vez el tema volvió a quedar en el freezer. Confían en que, tarde o temprano, su destino se conocerá y confirman que Gimnasia de La Plata es uno de los principales interesados que trasladó una propuesta.
El jugador, mientras tanto, se entrena por su propia cuenta con un preparador físico personal y es común verlo cerca de la playa.
Tal y como le había expresado a Ovación, su intención desde un primer momento era quedarse en el club, donde dijo sentirse a gusto. Con el matiz económico sobre la mesa, prefiere mantenerse cauto y disfrutar de las tardes tomando mate en el frente de su casa.