PLAZA COLONIA
El mediocampista que se siente más cómodo jugando de número cinco, pero nunca duda en dar una mano en el puesto que lo precisen, se tiene mucha fe para lo que viene por delante.
Yvo Calleros juega de mediocampista, es más le gusta ser el número cinco, pero cuando el equipo lo precisó en otra función ni lo dudó, porque no hay dos lecturas posibles: lo primero es ayudar y dar una mano. Hoy está loco de contento por el éxito, pero quiere ir por más con Plaza Colonia.
- ¿Bajaron las revoluciones o todavía están bien altas por la alegría del título?
- La alegría está bien arriba. Aunque cuesta caer que somos campeones, se disfruta muchísimo con la familia, pero también se descansa porque todavía queda un partido más.
- ¿Qué sos: mediocampista, zaguero, lateral?
- Juego donde el equipo me precise y él técnico me pida. Si tengo que dar una mano la doy, por suerte tengo esa habilidad de acomodarme al puesto que me piden y siempre tratando de dar lo mejor para que le vaya bien al equipo.
- ¿Cuándo comenzaron a comprobar o sentir que estaban bien fuertes en el torneo?
- Después que conseguimos la solidez defensiva, porque hubo un par de partidos seguidos que mantuvimos el cero en nuestro arco y teníamos victorias. Y nos dimos cuenta que podíamos pelear el campeonato cuando estuvimos cinco o seis fechas punteros. Creo que ahí entendimos que podíamos salir campeones.
- ¿Conservar la punta fue una gran demostración de que no se iban a caer, como podían especular algunos?
- Es cierto que muchas personas pensaron que nos íbamos a caer, que íbamos a perder puntos, pero el grupo demostró que estaba fuerte, que sabía jugar con la presión, aunque en realidad estar ahí primero no lo sentimos tanto porque era una posición inmejorable. Era todo disfrute. Hubo personas que querían que nos viniéramos a bajo, pero no se les dio.
- ¿La defensa y la solidaridad fueron los puntos más fuerte?
- Sabíamos que si no corríamos todos, si todos no metíamos, no nos iba a alcanzar porque el fútbol uruguayo es muy parejo y los partidos se definen por detalles. Sabíamos que teníamos que estar todos juntos, convencidos, respetando una idea y por suerte se dio.
- ¿Podés destacar a un jugador por encima del resto?
- No. Me quedo con el equipo. Todos metieron como caballos, todos se entregaron y creo que la gran estrella fue el equipo.
- ¿Cuál fue tu mejor partido?
- Uno de los mejores que pude haber jugado fue contra Fénix en Capurro. Creo que ahí tuve una buena actuación y capaz que ante Boston River, porque hubo que sufrir más porque tuvimos un hombre de menos y hubo que correr más, pero yo siempre estuve bien respaldado por el equipo. Si uno no ayuda al compañero tampoco le va bien.
- ¿Cómo fue la charla antes de jugar ante Wanderers?
- Se tocó más el tema de que no había mañana, que era el partido a ganar, que había que dejar todo en la cancha y que teníamos que ser campeones y no posponerlo más. El mensaje era a salir a morir en la cancha.
- Te mojo la oreja, ¿se cae ahora Plaza Colonia?
- Hay que ver cómo queda el equipo, si algún compañero da el salto y se va, pero mientras que se tenga la base este equipo está grandes cosas. Vamos a pelear hasta lo último el Clausura y está la final, que seguramente la vamos a encarar con toda la fuerza, con toda la alegría y con toda la humildad.
Feliz por toda la gente
“Estoy muy feliz por los festejos de la gente de Colonia. Es un orgullo porque también es con el club que me vio crecer, me permitió formar y pudimos devolverle algo. Hay una parte muy emotiva de ver a los gurises de las escuelas festejar así, es una alegría enorme”.