Zalayeta y Abreu opinan sobre el clásico: los halagos a Arezo, el doble 9 de Recoba y los goles intachables

Dos goleadores históricos de Peñarol y Nacional dieron su parecer previo al partido que se jugará el próximo sábado en el Gran Parque Central y recordaron algunas de sus vivencias.

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Marcelo Zalayeta y Álvaro Recoba en el clásico. Foto: Gerardo Pérez
Marcelo Zalayeta y Álvaro Recoba en el clásico.
Foto: Archivo El País.

Los tradicionales zapatos negros de uno. La vincha y las muñequeras del otro. El juego de espaldas. La picardía para los penales. De un lado la 17 y del otro la 13, con los goles como denominador común. Marcelo Zalayeta y Sebastián Abreu, cada uno a su estilo, se fueron ganando el mote de ídolos defendiendo los colores de sus clubes a lo largo de los años.

Y no es para menos. Fueron figuras que marcaron a una generación de Peñarol y Nacional que fue testigo de su plenitud y que también los vio envejecer con la chispa goleadora aún intacta. En particular en los clásicos.

Uno abrió la catarata histórica que resultó ser el 5-0 aurinegro en aquella recordada tarde del 27 de mayo de 2014. El otro dejó su huella para revertir la historia en 2004 de la forma que al hincha tricolor más le gusta: 3-2 de atrás y en la hora. Son solo dos de los más de 17 goles que se combinan entre ambos.

Aunque su momento de esplendor ya pasó, Zalayeta y Abreu, a sus 44 y 47 años siguen siendo voces autorizadas para dejar de manifiesto algunas conclusiones sobre el clásico que se jugará el próximo sábado. Con la particularidad, eso sí, de que será el primero que se hará en el Gran Parque Central sin la presencia de visitantes, algo que ninguno de los dos vivió.

Mientras jugaron profesionalmente, el Estadio Centenario fue la sede fija, sin importar a quien le tocara la localía. Hubo apenas cinco excepciones en las que el Campus de Maldonado hospedó clásicos de verano durante sus carreras, pero no era la norma. Al punto tal de que solo el Loco, en la Copa Conrad de 2005, se dio el gusto de jugar y convertir en ese escenario.

Álvaro Recoba, Marcelo Zalayeta y Marcelo Sosa. Foto: archivo El País.
Marcelo Zalayeta junto a Álvaro Recoba y Marcelo Sosa.

Seguirán un nuevo clásico por televisión, en un caso tirando para Peñarol y en el otro por Nacional. Pese a haber sido colegas de profesión y a compartir siete años en la selección uruguaya, tomaron carriles casi opuestos una vez que se despidieron del fútbol.

El referente aurinegro tuvo pocas apariciones públicas desde su retiro y se escudó en que “siempre” fue igual: de bajo perfil y de hablar con su rendimiento en la cancha.

Poco más se supo de él en los últimos años, aunque Ovación pudo confirmar que abrió un puesto de frutas y verduras y que se dedicó a esa actividad en el último tiempo. Después de un período largo en silencio, reapareció y reveló sus sensaciones de la semana previa a un clásico.

—Yo era muy tranquilo en general, pero los nervios en los partidos importantes siempre estaban. Algunos los demostraban más y otros, como yo, un poco menos.

A su espalda, guarda un historial de 19 cruces (14 oficiales y cinco amistosos), en los que registró un saldo de nueve triunfos, cuatro empates y seis derrotas, y aportó nueve goles.

Su debut fue el 27 de febrero de 1997, por la Libertadores, donde entró apenas seis minutos, pero ese corto margen le dio para hacerle un gol a su máximo rival en la goleada 4-1.

Marcelo Zalayeta
Marcelo Zalayeta en Peñarol.

En el equipo actual, el dueño de su posición es Matías Arezo, máximo artillero del Campeonato Uruguayo con 15 goles y al que el propio Zalayeta destacó por su capacidad ofensiva.

—Me parece un buen 9 como para Peñarol y en el momento que le lleguen más centros va hacer más goles.

Abreu, por su lado, tomó un camino distinto al de su colega y aún no se desprendió del fútbol. Aunque terminó su actividad en César Vallejo como entrenador, en general sigue viajando cuando la pelota se interpone.

Habituado a estar cerca de los micrófonos, al ser consultado, demostró tener la misma facilidad que para desenvolverse adentro de una cancha.

—Después de que sos un delantero con características goleadoras y te ponen esa etiqueta, generás una preocupación mayor en el rival. Eso te da la posibilidad de que haya un movimiento, un error o una equivocación mínima y vos ya estés con esa confianza de ser hombre-gol. Entrás con eso en la cabeza y es una parte psicológica fundamental que se transmite.

Foto: archivo El País.
Sebastián Abreu en Nacional.
Archivo El Pais

En el análisis de Nacional, que tiene como DT a Álvaro Recoba, otro excompañero suyo, repartió halagos para los tres centrodelanteros (Gonzalo Carneiro, Juan Ignacio Ramírez y Emmanuel Gigliotti), pese a encontrarles características diferentes.

—Los tres tienen muchas cosas positivas que pueden estar dentro de los sistemas que el entrenador utilice y se pueden adaptar. Nacional puede jugar con doble 9; el tema es que a ellos se les pueda generar juego para que puedan sentirse participativos. A veces no es un tema de nombres o de posiciones, sino del funcionamiento y las sociedades que se generan.

Como hombre analítico, tampoco se guardó halagos para Arezo. Lo definió como el “hombre-gol” más peligroso de Peñarol y valoró otras cualidades del equipo que hoy tiene a Darío Rodríguez encabezando el cuerpo técnico.

—En Peñarol, hay dos aspectos que generan preocupación. Sebastián Rodríguez en el medio, que es el nexo futbolístico. Y si juega Matías Aguirregaray, que normalmente tiene rendimientos altos en este tipo de partidos, terminará siendo el otro nexo para encontrar a Matías Arezo, que es el hombre-gol y si tiene una chance la manda a guardar.

Abreu en Nacional. Foto: Archivo El País
Sebastián Abreu defendiendo los colores de Nacional.

En su historial clásico, el Loco reúne un total de ocho partidos, separados por siete oficiales y un solo amistoso. Del desglose surge que se retiró con una racha positiva de cuatro victorias tricolores por sobre dos derrotas y otros dos empates (aunque uno de ellos contó como triunfo porque pasó a la final de la Copa Conrad).

A su vez, demostró ser un especialista en esta clase de partidos cerrando su carrera con ocho goles en enfrentamientos contra Peñarol.

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