Giovanni Zarfino(32) ha estado en el fútbol español desde 2017 defendiendo las camisetas de Extremadura, Tenerife, Alcorcón y Sporting de Gijón. En este último, volvió a jugar el sábado luego de 14 meses fuera de las canchas, ante el Cartagena, en una victoria fundamental para buscar el ascenso directo a LaLiga de España.

Fueron 13 minutos, pero para Zarfino significaron “volver a sentirse” como un futbolista: “Hace 14 meses que estaba fuera de la cancha y volver así, como se dio todo, como está el equipo y entrar en un momento complicado del tramo final del campeonato, me pone muy contento”, dijo a Ovación.

“Tuve muchos momentos muy difíciles porque con una lesión como la que tuve yo, no te dan un tiempo estimado de recuperación y eso es difícil”, añadió.

Zarfino sufrió una lesión rebelde en el tendón rotuliano. El problema comenzó con algunas molestias en la rodilla y continuó jugando porque el equipo lo necesitaba. Sin embargo, su decisión de priorizar lo colectivo sobre su bienestar físico lo terminó afectando. Finalmente, tuvo que someterse a una operación y después de una larga recuperación volvió a jugar.

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El camino fue duro. Tuvo que parar y reconocer que no podía hacerlo solo, que la situación lo estaba afectando no solo en lo deportivo sino también en lo personal y emocional.

“Desde mi época en Boston River he estado trabajando con el mismo psicólogo, Diego, quien ahora está en Rentistas. Hace muchos años que trabajo con él, pero antes era más como un mensaje o una llamada de amistad. Sin embargo, en este último tiempo comenzamos a trabajar en el aspecto mental porque estaba pasando por un momento muy complicado y realmente me ayudó mucho”, señaló.

El mediocampista pidió ayuda en el momento adecuado y considera que en el fútbol debería suceder más a menudo. “Siempre digo que no eres más ni menos hombre por pedir ayuda a una persona preparada para ello y que realmente pueda ayudarte en un momento delicado”, enfatizó.

Con su regreso, Zarfino cumplió un gran deseo: volver a jugar. Se llevó una sorpresa: “Volver a la cancha aquí en El Molinón fue algo que no esperaba. No creía que la gente me quisiera tanto con tan poco tiempo aquí, y la verdad es que eso es algo por lo que estoy agradecido”, confesó.

Su objetivo ahora es estar disponible para que el equipo pueda ascender a la Primera División de España, donde compite directamente con equipos como el Espanyol del uruguayo Leandro Cabrera, o el Valladolid de Paulo Pezzolano.

Antes de llegar a España, Zarfino jugó en Boston River y Danubio, pero en los últimos años su nombre ha estado vinculado repetidamente a Peñarol. “Antes de venir a Gijón tuve la oportunidad de unirme a Peñarol. No llegamos a un acuerdo y sucedió así. De todos modos, siempre es positivo que se interesen en mí”, reconoció.

Sobre la posibilidad de volver a vivir en Uruguay, dijo que en su momento consideró regresar debido a un problema de salud familiar, pero finalmente decidió quedarse en España. Pero no descarta el regreso. “No es que lo haya pensado ni nada, pero siempre estoy abierto a escuchar lugares donde pueda estar bien con mi familia. Cuando llegue el momento, se verá. De todos modos, si en el futuro tengo que volver, quiero estar bien y hacerlo a un buen nivel”, agregó.

Zarfino es un gran admirador de Álvaro Recoba e incluso en su momento consiguió una camiseta del exfutbolista y ahora DT de Nacional a través de Diego Perrone, con quien compartió en Danubio. “Lo he visto dirigir; siempre sigo los partidos de Uruguay”, destacó.

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En 2020, Zarfino se aventuró y abrió su propio restaurante, donde rinde homenaje al máximo escenario del fútbol uruguayo: “Lo tenemos abierto en Extremadura. Está siendo dirigido por mi cuñado y mi hermana, y lo están llevando muy bien, gracias a Dios. Se llama El Centenario”.

En ese rincón de la provincia de Badajoz, en Almendralejo, a una hora y media de Sevilla, la familia del centrocampista añade sabor uruguayo a la comida: “Tenemos nuestra propia parrilla, con horno a leña en lugar de carbón. Es muy nuestra y a la gente le gusta. Estamos contentos”, concluyó.