Cetraro-Klüver: los remeros que hicieron gritar a Uruguay

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Cetraro y Kluver
Bruno Cetraro y Felipe Kluver, los remeros que en los Juegos Olimpicos de Tokio 2020 hicieron historia por lo que reciben el Diploma Olímpico tras el sexto lugar en el doble par peso ligero, nd 20210826, foto Francisco Flores - Archivo El Pais, en Club de Pesca Armonia
Francisco Flores/Archivo El Pais

LOS HECHOS DE 2021

Fueron los deportistas celestes más destacados en los Juegos Olímpicos de Tokio

Los Juegos Olímpicos de Tokio, golpeados y postergados un año por la pandemia, transcurrieron sin medallas para el deporte uruguayo, pero los deportistas celestes supieron protagonizar actuaciones que hicieron gritar a los aficionados frente a los televisores.

La labor más meritoria fue la de los remeros Bruno Cetraro y Felipe Klüver, que se metieron en la final del doble scull ligero, pelearon por un lugar en el podio y finalizaron sextos.

La clasificación a la final fue particularmente celebrada por lo emocionante. En todos los parciales pasaron sextos y últimos: en los 500 metros, en los 1.000 y en los 1.500, pero estaba planificado que aumentarían el ritmo para el remate, en los últimos 500 metros. Y cuando todos vieron que comenzaban a superar a sus rivales resonó el grito de “¡Uruguay!”. Se hicieron virales en particular las imágenes de sus allegados y amigos en el Club Remeros de Mercedes viviendo la carrera como si estuvieran en Japón.

En una resolución dramática Cetraro y Klüver se colocaron segundos sobre la misma meta y con ello aseguraron el pasaje a la última prueba. Ese representó su gran premio en Tokio, pues fueron los únicos remeros no europeos que alcanzaron la final (dominada por los irlandeses).

Con su actuación obtuvieron el diploma olímpico, al igual que Alejandro Foglia en Londres 2012 (clase láser standard de yachting) y Emiliano Lasa en salto largo en Río 2016. La de los remeros fue la mejor actuación de Uruguay en unos Juegos desde que Milton Wynants logró la plata en la carrera ciclista por puntos en pista en Sidney 2000.

La juventud de ambos competidores (21 años Felipe, 23 Bruno en el momento de la competencia olímpica) hace pensar que pueden mejorar su posición en los Juegos de París 2024.

Finalmente, el remo ratificó que es el deporte que más satisfacciones dio a los uruguayos en la historia de los Juegos, con una medalla de plata y tres de bronce entre Los Ángeles 1932, Londres 1948 y Helsinki 1952, gracias a los brazos de Guillermo Douglas, Eduardo Risso, Juan Rodríguez, William Jones y Miguel Seijas.

Uruguay estuvo representado en Tokio además por Déborah Rodríguez, Emiliano Lasa y María Pía Fernández en atletismo, Dolores Moreira, Dominique Knüppel y Pablo Defazio en vela, Mikael Aprahamian en judo, y Nicole Frank y Enzo Martínez en natación.

En los 800 metros, Déborah Rodríguez hizo una notable carrera al clasificarse a las semifinales como segunda de su serie, tras medirse con cinco rivales que tenían mejores marcas de temporada. En la semifinal entró séptima, por lo cual no pudo clasificarse a la final, y quedó finalmente 19a. entre 45 atletas.

Emiliano Lasa, en tanto, quedó fuera de la final de su especialidad del salto largo por apenas un centímetro.

No tuvo medalla, ni siquiera hizo un gran tiempo, pero María Pía Fernández encarnó con su actuación la esencia del espíritu olímpico: corrió los 1.500 metros con una lesión muscular decidida a no dejar escapar el sueño para el cual se preparó durante años. Y llegó a la meta, superando incluso a dos atletas que abandonaron.

Dolores Moreira, al cabo de las diez regatas de la clase láser radial, fue 22a. entre las 44 competidoras. Mientras tanto, Pablo Defazio y Dominique Knüppel ocuparon el lugar 18 entre 20 participantes en la clase Nacra 17.

Aunque hizo un buen combate, Mikael Aprahamian quedó eliminado ante el sueco Robin Pacek en la categoría -81 kilos de judo.

Nicole Frank fue última en su serie de los 200 metros combinados, pero logró el segundo mejor registro personal de su carrera. Enzo Martínez fue cuarto en su serie de 50 metros libres, también con su segunda mejor marca: ambos casos fueron la demostración de lo difícil que resulta competir ante los monstruos del deporte.

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